A Estado Islámico también le preocupan las fake news que se publican sobre ellos. Por ese motivo, en el marco de su batalla mediática, la agencia oficial de noticias del grupo terrorista, Amaq, ha difundido un mensaje que va dirigido a los medios de comunicación. Les pide que sólo tengan en cuenta las informaciones que distribuyen sus canales oficiales.
En concreto, el mensaje al que ha tenido acceso Vozpópuli, va dirigido a los medios occidentales incluidos los españoles. En él se advierte de que “ningún contenido ya sea escrito, de audio o de vídeo puede ser atribuido al Estado Islámico siempre que no se haya publicado a través de las plataformas oficiales”.
“Cualquier otra plataforma no representa al Estado Islámico, su Wilayat y su liderazgo. Como tal, aconsejamos no trabajar con ese contenido ni difundirlo”, añade la comunicación interceptada hace días por AICS, empresa dedicada a la monitorización de la amenaza yihadista y que ha dado veracidad a este mensaje.
Esta advertencia a los medios de comunicación comenzó a circular días antes del aniversario de los atentados en Barcelona y Cambrils. Precisamente Estado Islámico incluyó varias mentiras en sus canales oficiales a la hora de atribuirse la acción hace un año. Cifró en 120 la cifra de heridos y asesinados o dijo que entre las víctimas había judíos cuando aún se desconocían las identidades.
Además, se hizo eco de una fake new de aquellos primeros momentos de desconcierto al asegurar que varios de sus miembros entraron en un local de la Rambla y habían matado y torturado a las personas que se encontraban en su interior. Pese a su pretendida oficialidad, se trata de un aparato de propaganda pensado para ensalzar las acciones ante sus simpatizantes en todo el mundo.
La difusión de esta advertencia a los medios se produjo también días antes de que la agencia de noticias Amaq difundiese por primera vez en mucho tiempo un audio de su máximo líder, Abu Bakr Al Baghdadi, el ‘Califa Ibrahim’.
Un imperio mediático en crisis
Estado Islámico llegó a contar con decenas de productoras audiovisuales repartidas por los territorios bajo su control, algunas de gran calidad técnica como las principales, Al Furqam o Al Hayat. Editaba además una revista en varios idiomas llamada Dabiq, posteriormente rebautizada como Rumiya, que lleva meses sin publicarse.
El retroceso militar ha afectado al aparato de propaganda del grupo, uno de los más fructíferos de la organización en el pasado a juzgar por las decenas de miles de jóvenes que procedentes de distintas partes del mundo decidieron viajar a Siria e Irak -desde España algo más de 200 personas- para unirse a las filas de Estado Islámico.
La paulatina pérdida de influencia mediática también se vio acelerada por la muerte hace más de un año de Baraa Kadek, un ex colaborador de los grupos de oposición al presidente sirio Al Ashad, que acabó enrolado en Estado Islámico y convertido en la cabeza pensante de su aparato de propaganda. De aquel imperio mediático apenas queda la agencia de noticias Amaq -fundada por el propio Kadek- y un boletín semanal en el que se detallan acciones del grupo.
En paralelo, a través de foros yihadistas y redes sociales, son muchos los grupúsculos afines a Estado Islámico pero sin formar parte de su estructura que difunden contenidos y mensajes radicales que circulan rápidamente por la red.
