El robo de relojes de alta gama son investigaciones "complejas" para los agentes de la Policía Nacional. Los ladrones no tienen fácil su distribución en nuestro país. Sacan los Rolex de España en sus propias muñecas por el aeropuerto y luego buscan compradores en países lejanos como Dubái o Japón. En algunos casos transcurren varios años y son localizados de nuevo en la capital, según informan fuentes policiales a Vozpópuli.
El negocio del mercado negro de los relojes de alta gama puede suponer grandes beneficios para los delincuentes. Sus objetivos son, principalmente, tres marcas que tienen entre 'ceja y ceja': Richard Mille, Rolex y Patek Philippe. Algunos de los modelos de estas empresas pueden tener un valor superior a los 200.000 euros. Otros incluso se revalorizan con el paso del tiempo por ser ediciones limitadas.
Todo ello provoca que se asienten en España organizaciones criminales especializadas en este tipo de robos. Muchos de estos individuos son violentos y no dudan en usar la fuerza para llevarse su objeto más codiciado: los relojes. Los Mossos d'Esquadra son unos de los cuerpos que han establecidos grupos operativos específicos ante el aumento de este tipo de robos.
Otros sin embargo, como la Jefatura Superior de Policía Nacional de Madrid, han conseguido arrestar a muchas de las bandas que operaban en la región. La última de ella fue una peligrosa organización de cuatro 'relojeros de lujo' que robaban a punta de pistola desde una moto a turistas o clientes de restaurantes de lujo de la capital. Tenían todo planificado al milímetro para sustraer los Rolex.
Uno de sus cabecillas, Julio F.F., ya había cometido estos robos con gran violencia llegando a propinar palizas a sus víctimas. Este hombre, venezolano de 30 años, fue detenido hace años en Valencia (Venezuela) por pertenecer a una banda que portaba armas de fuego con las que amenazaban de muerte y robaban oro y teléfonos móviles a los vecinos del estado de Carabobo.
La temporada 'idónea' de este tipo de delincuencia es en verano. "La manga corta es su principal aliada. Identifican los objetivos en las zonas más adineradas y les siguen hasta el momento en el que pueden actuar", señalan estas fuentes. Cuando acumulan una gran parte de material, llegan a estar valorados en más de 300.000 euros, los sacan del país en el mismo sitio de donde lo robaron: "en sus muñecas".
Cinco años y vuelta a España
Los agentes de la Policía Nacional han detectado que estos Rolex tienen como punto de desembarco países como Japón o Dubái de la mano de coleccionistas o ricos que simplemente buscan relojes más baratos. "Hemos encontrado casos que cinco años después vuelven a España", resaltan estas fuentes. Los policías realizan un trabajo de orfebrería para llegar a estos grupos de ladrones.
Horas y horas de visualización de cámaras de seguridad y de tráfico para intentar captar el momento en el que bajan la guardia esos delincuentes. En el último operativo, los ladrones camuflaron la matrícula del vehículo en el que huyeron con una mascarilla. Solo se podía divisar la placa en un pequeño fragmento cuando en una curva se dejaban ver varios números. Eso fue suficiente para dar con la banda de los Rolex.
Las bases de datos de Rolex
Las investigaciones policiales también cuentan con la colaboración de las marcas de los relojes para seguir las diligencias. Una vez que los propietarios denuncian su robo, en la base de datos de la empresa figura como sustraído. En cualquier intervención los agentes pueden conocer si los artículos han sido objeto de hurtos. De igual forma, los policías usan todos los datos de los propietarios en las denuncias: número de bastidor o elementos característicos que puedan identificar estos elementos.
Estas organizaciones centran sus objetivos en relojes que tengan un valor superior a 30.000 euros. Los cálculos policiales cifran en dos o tres los artículos de lujo robados al día en toda España. Los principales puntos son las zonas adineradas de Madrid, Barcelona y Marbella. Para la temporada de verano frecuentan más lugares como Ibiza o Palma de Mallorca, donde centran sus esfuerzos en los turistas. Muchos de estos objetos no son encontrados jamás y son guardados como reliquias en exposiciones privadas de coleccionistas.