Agustín Linares, director Adjunto Operativo (DAO) de la Policía Nacional cuando el comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo se reincorporó al cuerpo en 1993 tras una excedencia en la que constituyó su grupo empresarial, ha afirmado este lunes en la Audiencia Nacional que tanto el director de la Policía de entonces Carlos Conde Duque como el ministro del Interior José Luis Corcuera y "de ahí para arriba" sabían de su situación "especial", si bien ha negado tajantemente que se sirvieran de aquellas empresas para labores policiales.
Linares había sido convocado por el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, a instancias de la Fiscalía Anticorrupción porque registró un escrito en enero de 2018 en el que avalaba que Villarejo se hubiese desempeñado en doble condición de funcionario público y empresario, aunque no contaba con la preceptiva autorización administrativa para ello.
Durante su comparecencia, que se ha extendido dos horas y en la que han podido intervenir además de fiscales, juez y la acusación popular que ejerce Podemos, los abogados de las defensas de cuatro de las piezas separadas de la causa, este policía retirado ha contradicho la versión del comisario, según el cual Linares y Corcuera le sentaron a comer en 1992 para pedirle que se reincorporase al Cuerpo Nacional de Policía porque facilitaba informaciones valiosas que de otro modo, podían carecer de valor probatorio.
De acuerdo a las fuentes jurídicas consultadas por Europa Press, Linares ha afirmado que Villarejo se reincorporó "porque le hacía ilusión", sin que existiese ningún ofrecimiento previo ni se celebrase la mencionada reunión, si bien se tuvo en cuenta que tenía un contacto importante que podía ser de valor y, en ese contexto, todos los mandos jerárquicamente por encima de él, incluido Corcuera, tuvieron conocimiento de su situación especial y su reincorporación extraordinaria.
En este sentido, ha reconocido que le hizo un servicio 'especial' mientras estaba en excedencia y fue iniciar tratos con el traficante Monzer Al Kassar para aportar información valiosa para la Policía. De hecho, ha reconocido que viajó a Siria en compañía de esta persona, condenada a 30 años por tráfico de armas, porque aunque había sido investigado en la Audiencia Nacional, la causa contra él se había sobreseído y no le dio importancia, de acuerdo a las mismas fuentes.
De la relación entre Villarejo y Monzer Al Kassar hay constancia ya en las actuaciones, pues figuran unos audios que le sitúan junto al traficante colocando unas cámaras ocultas para grabar en situación comprometida a un juez de instrucción de Marbella que estaba investigando una causa sobre Siria en la que estaba interesado. Es el mismo vídeo que años después el comisario ofrecería a unos empresarios que acudieron a él para extorsionar al exjuez, ya convertido en abogado.
Niega las operaciones que dice Villarejo
Este sería el único servicio de Villarejo que Linares ha reconocido en la Audiencia Nacional, pues preguntado por otras operaciones de aquella época en las que según el comisario, se habrían puesto sus empresas al servicio de investigaciones públicas o se habría desempeñado como encubierto, ha negado que tuviera ninguna participación: Desde la Operación Cataluña hasta Filesa, pasando por la estructura de ETA en Cuba.
Sí ha reconocido, en otro orden de cosas, que su hija trabajó para Medialink, una de las empresas de José Manuel Villarejo.
Que Villarejo contase o no con autorización para simultanear su labor de funcionario público con su entramado empresarial es clave en la imputación por cohecho que pesa tanto sobre él como sobre quienes le contrataron a sabiendas de que era Policía. Es la razón por la que dos de las defensas solicitaron que se incorporase a su parte de la causa el escrito de este ex DAO, que va en la línea con los que registraron sus sucesores Pedro Díaz Pintado y Eugenio Pino, ambos citados a declarar al respecto también esta semana.