España

Salvador Victoria repartía sobres con 3.000 euros a socios de Marjaliza en hoteles de lujo

El socio de Marjaliza reconoce haber recogido sobres procedentes de Salvador Victoria en un hotel madrileño. Asimismo, se menciona como el responsable de que Grandos y De Pedro llegasen a conocerse: "Alejandro no era nadie. Fue Paco quien le presentó a sus compañeros de partido".

  • El exconsejero de Presidencia, Salvador Victoria, a su salida de la Audiencia Nacional

El nombre de José Antonio Alonso Conesa ha ido ligado a diversos casos de corrupción en los últimos años, desde que diese el salto de la política al mundo de los negocios. La Operación Púnica ha sido su último lance con la Justicia y, en este sentido, es buen conocedor de la historia de cada uno de los presuntos cabecillas de la trama: Francisco Granados, David Marjaliza y Alejandro de Pedro.

Así se lo hizo saber al juez Eloy Velasco, el pasado 30 de octubre de 2014, durante su declaración en la Audiencia Nacional. Allí dio extensas explicaciones sobre su relación con el entonces consejero de Presidencia en la Comunidad de Madrid, Francisco Granados; los trabajos realizados junto al empresario “Alex” de Pedro y sus negocios a medias con el constructor madrileño David Marjaliza.

Alonso Conesa: “Llamaba para que le dijera al señor Victoria que el señor De Pedro quería verle. Así es como se perseguían los pagos”

En este sentido, José Antonio Alonso admitía haber cobrado sobres procedentes de políticos con altos cargos en la Comunidad de Madrid, como Salvador Victoria: “Él me dijo -refiriéndose a Alejandro de Pedro- que no podía venir a Madrid y que había quedado con un señor en el Hotel de las Letras a las tres de la tarde, que si podía hacerle el favor de recogerlo. Fui a recogerlo y me lo eché al bolsillo. Abrí el sobre, vi que había dinero dentro, llame al señor De Pedro y le dije que había tres mil y pico euros. Él me dijo que se lo diese a su hermano que venía al día siguiente a Madrid”.

Precisamente, Alonso trata al exconsejero de Presidencia como un mal pagador, ya que, según él, se tenían que bajar los sueldos porque había algunos clientes que le debían “ciento y pico mil euros”. “Yo le decía a De Pedro que esto no podía ser”, reconocía ante el juez José Antonio Alonso. Por ello, una trabajadora de la empresa de su hermano -Esther- se encargaba de mediar con la secretaria de Salvador Victoria. “Llamaba para que le dijera al señor Victoria que el señor De Pedro quería verle. Así es como se perseguían los pagos”, subrayó el conseguidor.

Juntó a Granados y De Pedro

Alonso también declaró sobre la relación entre los otros dos protagonistas del entremado, ya que se conocieron gracias a él. “Alejandro cuando llega a Madrid no conoce a nadie. Me lo presenta un amigo de Telefónica como un genio de la informática y me comenta que le habían hablado de un político que tenía una reputación de pena. Era Paco Granados". Y añadió: “Granados fue el que le ayudó a conocer a otros compañeros de partido”.

Por este motivo, el juez Eloy Velasco considera a De Pedro como “cabeza de un importante entramado de tráfico de influencias” y así lo plasma en el proceso de diligencias previas, debido a que ve posibles procedimientos irregulares “sirviéndose de contratos públicos con otro objeto”. Además de los trabajos de reputación, el magistrado, cree que el conseguidor de la Púnica abrió la posibilidad de construir una red de contactos con autoridades públicas que “le facilitarían la contratación en otros sectores para sí o para terceros”.

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