José María Aznar actúa este jueves de telonero de Miguel Arias Cañete, en un acto en el que, al menos formalmente, se pone punto final al embrollo sobre la participación del expresidente en la campaña para las europeas. En un desayuno informativo organizado por el diario Abc, Aznar cumplirá con el compromiso personal adquirido con su gran amigo, el exministro de Agricultura, quien se empeñó en derribar todos los muros de distancia e incomprensión surgidos en las últimas semanas entre el expresidente y el PP. Dolores Cospedal ha prometido asistir a la cita en una muestra evidente de que el problema de Aznar no es con su partido sino, más bien, con el actual inquilino de La Moncloa.
Sobre ruedas
Arias Cañete ha logrado movilizar la campaña del PP en muy pocos días. Desde su designación como cabeza de cartel, el extitular de Agricultura no ha pasado inadvertido en todas las plazas donde ha 'actuado'. En el cuartel general de Génova no ocultan su satisfacción con el desarrollo de los acontecimientos, sin duda mucho mejor de lo inicialmente previsto.
Cañete es uno de los personajes de la política española mejor valorado en todas las encuestas y eso se está traduciendo en estas semanas previas a las urnas en apariciones públicas estimulantes y mensajes optimistas. Está recuperando aceleradamente el tiempo perdido. Quienes pensaban que Mariano Rajoy se había demorado demasiado a la hora de hacer público el nombre de su elegido para Bruselas, quizás estaban en un error. Todo marcha sobre ruedas, confiesan en el equipo de los 'populares'.
Proyecto propio
Va por libre, tiene libreto propio, conoce al detalle los entresijos de Bruselas, de la administración española y de su partido. En este sentido, es un candidato perfecto. Resulta también buen mitinero, próximo y atractivo para las audiencias y muy eficaz en sus críticas a la oposición. Además, no reniega de su pasado ni de sus lealtades. Arias Cañete dedicó cariñosas referencias a Aznar ya en su primera comparecencia como candidato, a mediados de abril, en Toledo. Ante toda la cúpula del PP, Cañete no tuvo reparo en elogiar la labor del presidente de honor del partido, en especial en su gestión europea, donde logró éxitos, réditos, conquistas y mejoras para los intereses de España. Un elogio encendido del aznarismo que hace mucho tiempo no se escuchaba en el PP.
Las referencias a Aznar son ya una especie de constante en las intervenciones de Arias Cañete. Sus discursos se orientan fundamentalmente hacia Europa, un 'Mcguffin' perfecto, un trampantojo para derivar luego hacia los elogios a la recuperación económica española y en críticas hacia la inoperancia de los dos gobiernos del PSOE.
Aplausos y ovaciones
No faltan los aplausos, que a veces derivan en ovaciones, cuando el candidato hace referencia a quien fue su primer presidente, ya que Arias Cañete fue también ministro con Aznar. Veteranos militantes y simpatizantes del partido, que se muestran muy alejados con la formación conservadora a causa de determinadas políticas adoptadas por Mariano Rajoy, en especial en el ámbito de las víctimas y el desafío nacionalista, agradecen estas referencias al que algunos denominan 'el viejo PP'.
Estas constantes menciones al expresidente y a su labor, nada casuales, revisten al candidato del PP de una pátina 'aznarista' con la que intenta reconciliarse con ese militante molesto con el actual estado de cosas. No engaña a nadie Arias Cañete ya que su respeto, cariño y amistad con Aznar son de todos conocidos y no han sufrido desgaste alguno en los últimos tiempos. Su relación con Mariano Rajoy también es excepcional, posiblemente Cañete es uno de los dirigentes del PP más próximos al presidente, junto con José Manuel García-Margallo, Ana Pastor, Jorge Fernández Díaz y José Manuel Soria. El candidato tiene previsto compartir al menos cinco mítines con Rajoy a lo largo de esta campaña.
Recuperar al votante ahora distanciado o abiertamente enojado con el partido es la estrategia dictada desde Génova. Ese votante puede aterrizar finalmente en el caladero de otras siglas, en especial Vox o Ciudadanos, dos pequeños partidos que defienden postulados que el PP enarbolaba ostensiblemente hace unos años. El PP necesita que al menos dos millones de esos antiguos votantes abandonen ahora sus dudas o sus reparos y vuelvan a apoyar a su partido el 25M. De esta forma, la victoria, según los mentados estrategas, estaría asegurada.