A siete días vista de la elección en Buenos Aires de la ciudad encargada de organizar los Juegos Olímpicos de 2020, el equipo de Madrid 2020 da síntomas crecientes de ruptura interna. ¿Motivo? Las rencillas y los celos. El presidente del Comité Olímpico Español (COE) y de la candidatura madrileña, Alejandro Blanco, y la alcaldesa de la capital, Ana Botella, reclaman en exclusiva el previsible “éxito” de la nominación de Madrid, asunto que en la delegación española se da por prácticamente seguro, según han informado a este diario fuentes cercanas a la misma.
Blanco, un hombre que cuenta con el respaldo de Rajoy y sobre todo del rey Juan Carlos, que tuvo mucho que ver en su nombramiento, viajó a Buenos Aires con 15 días de antelación (el pasado 23 de agosto), para preparar la presentación del dossier de la candidatura, hecho que ha sido criticado por todas las instituciones deportivas y de forma particularmente vehemente por el presidente de la Federación de Atletismo y vicepresidente del COE, José María Odriozola, un hombre que lidera un movimiento renovador para reemplazar a Blanco en caso de que Madrid no resultara elegida.
No es este el único frente que Blanco mantiene abierto, según las fuentes. Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte, pretendió viajar a Buenos Aires junto a Alejandro el citado 23 de agosto, dispuesto a participar en los preparativos de la candidatura, pero fue rechazado. De hecho, el Consejo Superior de Deportes no participa en forma alguna en la preparación de la candidatura madrileña. Blanco -que es militante del PP- lleva su protagonismo a rajatabla, razón por la cual exigió en su día a Mariano Rajoy la responsabilidad absoluta sobre todo el deporte español.
En igual o muy parecida tesitura se encuentra Ignacio González Presidente de la Comunidad de Madrid, que ha sido ninguneado y apartado de una candidatura en la que no goza de ningún protagonismo. Nacho González pidió de hecho participar en la presentación de Madrid 2020 efectuada en Moscú, Rusia, recibiendo un portazo en las narices. El resultado es que el papel de la Comunidad Autónoma madrileña en el evento de Buenos Aires y en la posible designación de Madrid es cero. El enfado del presidente madrileño es monumental.
Otro tanto le ocurre a Jaime Lissavetski, ex secretario de Estado para el Deporte y portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Madrid, que va penando por la capital española sin protagonismo alguno en el envite de Madrid por organizar unas Olimpiadas. Su situación es parecida a la de José Luis Sáez, presidente de Federación Española de Baloncesto, a quien Blanco hace tiempo declaró persona non grata. Sáez, que ha criticado la gestión del presidente del COE (“me parece muy mejorable en aspectos como el económico, donde se ha involucionado, o en el peso específico del Comité Olímpico a nivel internacional”), ni siquiera ha sido invitado a Buenos Aires, donde hubiera podido hacer valer sus excelentes relaciones internacionales -próximo Presidente de la FIBA- para obtener votos.
Fue el Rey quien colocó a Blanco en su actual puesto
El último de los protagonistas ignorados por la candidatura Madrid 2020 es Alberto Ruiz-Gallardón. El actual ministro de Justicia ni está ni se le espera. La que fuera íntima suya, al tiempo que responsable del equipo Madrid 2016, Tania Passler, que con demasiada frecuencia solía acompañarle en los viajes de aquella delegación, fichó por Estambul 2020, competidora de Madrid, ciudad la que todos dan por perdedora. La ex de Aznar junior, acompañante personal, también, durante largo tiempo del Príncipe Felipe, podría propiciar una auténtica “pasión turca” en caso de que Estambul ganara, algo que todos creen imposible.
Con la delegación española en Buenos Aires convencida del triunfo de la candidatura madrileña, Alejandro Blanco y la alcaldesa Ana Botella reclaman en exclusiva el “éxito” de la nominación, sin permitir interferencias o repartos de ningún tipo, al margen de las obligadas genuflexiones ante el Príncipe Felipe y la Casa Real, que fue la que colocó a Blanco al frente de Madrid 2020, en contra de los deseos de Gallardón, Lissavetski y Samaranch junior, otro que tampoco estará en Buenos Aires, naturalmente.
En el seno del Comité Olímpico Español aseguran que fue una llamada del Rey Juan Carlos a Gallardón la que colocó a Alejandro Blanco en su actual destino olímpico. Su posición parece tan fuerte, que mucha gente da por hecha su entrada en el Gobierno en caso de una eventual remodelación del mismo por parte del presidente Rajoy: “Blanco será ministro o sí o sí, y por Real Decreto”, sostienen las fuentes.
La otra gran triunfadora del convite olímpico en caso de adjudicación a Madrid sería, evidentemente, la ya citada Botella, una mujer que tiene puestas todas sus esperanzas de repetir como candidata a la alcaldía por el PP propulsada por el señuelo de los Juegos Olímpicos. Tanta carne ha puesto la señora en el asador que obligó a uno de sus hombres fuertes, Fernando Villalonga, hasta la tragedia del Madrid Arena responsable cultural del Ayuntamiento y ahora presidente de tres empresas municipales, a que llamara personalmente a Toni Cantó, con el que mantiene una buena amistad, para pedirle que UPyD archivara el discurso anti candidatura olímpica que ha venido manteniendo en el Ayuntamiento de Madrid. Así están las cosas en Madrid 2020: El éxito, “Blanco y en Botella”. El fracaso, para todos los que no vayan a Buenos Aires o lleguen tarde.