El magistrado de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha dejado en libertad provisional al patrón del Villa de Pitanxo, Juan Padín, tras tomarle declaración por el hundimiento del pesquero en Terranova (Canadá). El magistrado escucha a la Fiscalía y le prohíbe salir de España, le retira el pasaporte y le impone comparecencias quincenales ante el juzgado.
Según consta en un auto dictado este mismo lunes, el juez le obliga a comunicar cualquier cambio de domicilio que se produzca y facilitar un teléfono de contacto para estar accesible para la Justicia. Además, advierte de que el incumplimiento de las medidas cautelares adoptadas podría suponer su ingreso en prisión provisional.
De esta forma, Moreno ha accedido a lo solicitado por la Fiscalía, una petición a la que se han adherido las familias de los fallecidos, si bien alguna también había reclamado arresto domiciliario, según las fuentes jurídicas consultadas por Europa Press.
Fuentes presentes en las declaraciones han apuntado que Padín se ha ratificado en la versión ofrecida hasta ahora, esto es, que sobre las 04.00 horas de la madrugada el motor del barco se paró, lo que dadas las condiciones meteorológicas existentes en ese momento provocó la tragedia.
Trajes salvavidas para todos
Además, este lunes ha precisado que, llegado el momento, dio la orden de que toda la tripulación se pusiera el traje de supervivencia, subrayando que había trajes para todos.
Samuel Kwesi, otro de los tres supervivientes, en cambio relató en su última versión que no hubo orden expresa de que se pusieran los trajes y que le llamó la atención porque el patrón y su sobrino, Eduardo Rial, el otro superviviente, sí los llevaban.
De acuerdo con las citadas fuentes, Padin ha expuesto que, aunque era responsabilidad de cada uno ponérselo, la tripulación estaba en 'shock'. Por su parte, Rial, que ha acudido como testigo, ha respaldado igualmente su versión, coincidente con la de su tío.
Kwesi ha confirmado asimismo la suya, según la cual el motor no se paró, sino que las maquinillas que recogen el aparejo dejaron de funcionar bien, tensando pero no recogiendo y provocando la escora.
Por ello, le gritaron al capitán que soltara los aparejos, pero éste se negó. Después, con el buque muy ladeado, se paró el motor y se incrementó la escora de babor, narró Kwesi en sede policial.
Esta versión de Kwesi corrigió su primera declaración, con la que describió que al pararse el motor el barco quedó a merced de las olas, lo que, unido al peso del aparejo, hizo que entrara mucha agua y se escorara hacia babor. Entonces oyó al capitán ordenar que subieran al puente, lo que hizo sin el traje de supervivencia por no darle tiempo.