Carlos Lesmes está dispuesto a dimitir como presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo ante el insalvable bloqueo para renovar el órgano. El jurista mantiene la advertencia que lanzó en el acto de apertura del curso judicial, pero se resiste a hacerla efectiva hasta que el Consejo nombre a sus dos candidatos para el Tribunal Constitucional. Se trata de la única esperanza que alberga Lesmes a día de hoy ya que, en lo que a la renovación del CGPJ se refiere, las posibilidades de acuerdo parecen nula.
El presidente del alto tribunal dejó claro en el Pleno de este jueves que dimitirá de sus cargos más pronto que tarde, pero no quiere irse sin que el CGPJ cumpla con la Ley y designe a sus dos candidatos para el tribunal de garantías. Por eso ha dado a los vocales de ambos bloques un plazo de dos semanas más en aras a sellar ya el acuerdo entre las partes. Fuentes del órgano consultadas por este medio contemplan la posibilidad de que octubre sea el mes del pacto.
Sin embargo, Lesmes tira la toalla en lo que a la renovación del CGPJ se refiere. Ni el 'dardo' que lanzó para forzar las negociaciones entre Gobierno y PP, ni las advertencias de los vocales, ni tan siquiera la visita de Didier Reynders han calmado las aguas. Más bien al contrario, el propio comisario de Justicia de la UE ya ha dejado claro durante su 'tournée' en Madrid que la renovación compete exclusivamente a los negociadores. Y las posturas entre ambos no pueden estar más alejadas.
"Su dimisión no es buena"
Por ello Lesmes sigue adelante con sus planes de abandonar un CGPJ que actúa en funciones desde diciembre de 2018. Así mismo lo trasladó a los vocales este jueves. El presidente les recordó que a comienzos de mes dejó claro que su salida, si no había acuerdo de renovación, se haría efectiva "en cuestión de semanas" y que en la próxima semana se cumplirá un mes desde el anuncio.
Los vocales consultados por este medio explican que Lesmes, lejos de explicarse con claridad, fue muy ambiguo en cuanto a sus intenciones y la fecha de salida. Por ese motivo, algunos de los presentes mostraron sus discrepancias con que abandone la presidencia en un momento tan delicado como el actual. "Hay un sentimiento generalizado de que su dimisión no sería buena para el Consejo", explican las voces consultadas.
A todo ello se añade el descontento que ha generado no solo el anuncio que hizo en presencia del rey Felipe VI, sino también sus movimientos para diseñar su salida. Tanto es así que hay un sentir mayoritario acerca de que no debería entrometerse en el futuro de los órganos una vez abandone la presidencia. El motivo de la desafección reside en un informe que encargó al gabinete técnico del Supremo para delimitar quien le sucederá.
El documento determinó que será el actual vicepresidente en funciones del TS, Francisco Marín, el que tome las riendas tanto en el alto tribunal como en el CGPJ. Aunque los vocales no se pronunciaron sobre este asunto en el Pleno del jueves, sí consideran que es una imposición y que la decisión, en lo que respecta al órgano de gobierno de jueces, dependerá de los vocales y no del gabinete técnico.
"Lesmes está presionando"
Hasta que ese momento llegue, los vocales prefieren no sacar a relucir el tema y centrarse en las negociaciones para renovar el TC. De momento, el bloque conservador sigue sin proponer candidatos. Dilatan la renovación por su rechazo a la reforma del Gobierno con la que se les prohibió efectuar nombramientos y con la siguiente modificación para actuar únicamente con el TC. Primero apelaron a la necesidad de dar tiempo a las conversaciones para alcanzar un consenso; luego, que lo ideal sería esperar a que se renueve el CGPJ para que fuera el nuevo Consejo el que eligiera a los candidatos.
No obstante, las semanas pasan y las negociaciones políticas están enquistadas, incluso pese a los intentos del comisario europeo desplazado a España. Por eso, Lesmes mantiene su plan y fija el próximo 5 de octubre para que los equipos negociadores del bloque conservador y progresista avancen en el acuerdo. Si hay visos de pacto, se celebrará un Pleno extraordinario al día siguiente para efectuar los nombramientos. De no haber avances, se reunirán de nuevo en un Pleno el 13 de octubre.
"Está presionando. Necesitamos sosiego", comentan vocales a este medio. Pese a que la Ley otorgaba como plazo máximo para nombrar a sus candidatos el 13 de septiembre, los vocales siguen con posiciones encontradas. Los más críticos aguardaban a la visita de Reynders, esperando que fuera capaz de acercar posturas. El emisario belga se ha reunido en apenas unas horas con prácticamente todos los actores del conflicto, pero aún ni con esas hay acercamiento.
Los jueces recurren a Batet
El comisario de Justicia hizo hueco en su apretada agenda para recibir a dos de las cuatro asociaciones de jueces del país. El mensaje que lanzó fue claro: "Es prioritario cumplir con los informes de Estado de Derecho de al UE". Incluso avanzó que otro factor a tener en cuenta en esta crisis es la presidencia española de la UE en el segundo semestre del año que viene. También se interesó por las repercusiones reales de la parálisis judicial y por el conflicto con la renovación del TC.
Sin embargo, sus intenciones de impulsar la negociación parecen quedar en papel mojado. Por ese motivo, la asociación Juezas y Jueces por la Democracia se ha desmarcado de esta agenda para instar al Congreso a que renueve el CGPJ sin contar con el PP. De hecho, en paralelo a las reuniones de Reynders este viernes con Lesmes y con el presidente del Constitucional, la asociación se entrevistará con la presidenta de la cámara baja, Meritxell Batet.
No obstante, acudirán previamente a un desayuno informativo que imparte el comisario europeo en la capital. Tras reunirse con los negociadores del Gobierno y del PP, además de las asociaciones de jueces y la ministra de Justicia, hoy le toca el turno a Carlos Lesmes; el presidente del Tribunal Constitucional, Pedro González-Trevijano y, ya por la tarde, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.
