La Policía Nacional ha liberado a una mujer a la que sus padres iba a obligar a casarse con un desconocido en Pakistán y ha detenido a su progenitor y madrastra como presuntos responsables de trata de seres humanos con fines de matrimonio forzado.
La investigación ha contado con la colaboración del Agregado de Interior y la Cónsul en Pakistán, explica una nota de la Policía Nacional.
La víctima fue trasladada a Pakistán para la celebración del matrimonio forzado y tras negarse, le prohibieron volver a España como castigo.
En España sufría un control férreo en sus movimientos y vestimenta e incluso tenía vetado cualquier contacto con sus amistades.
La investigación comenzó en septiembre de 2023, cuando se recibió denuncia de esta situación y en la que comunicaban que una joven había sido trasladada en junio a su país de origen para contraer un matrimonio forzado.
Desde entonces, y tras negarse a casarse, había permanecido en Pakistán en contra de su voluntad y solo podía salir de casa durante una hora y siempre acompañada por un familiar.
Las indagaciones de los agentes permitieron que la víctima pudiera ser localizada en su país y ser oída en declaración por videoconferencia.
La joven manifestó que vivía en España junto su padre y su madrastra y que no le dejaban moverse libremente ni adoptar decisiones básicas.
Tras conseguir que la dejaran estudiar, no se le permitía relacionarse con nadie, debiendo ir de casa al colegio y viceversa. Además, era obligaba a vestir de cierta manera, no pudiendo elegir siquiera su propia ropa y su madrastra le tenía retenida la documentación.
También denunció que en el último año fue cuando su situación empeoró, ya que su padre había decidido que tenía que casarse, aumentando el control sobre ella y comprándole finalmente un billete de avión a Pakistán para que se realizara el matrimonio.
Un mes después de llegar al país, su padre había encontrado a otro hombre con quien casarla, pero la víctima se negó rotundamente.
Ante su negativa constante, finalmente su padre y su madrastra decidieron volver a España, si bien, le prohibieron a la joven volver con ellos, dejándola en Pakistán sin su documentación y sin dinero para un billete de vuelta como forma de castigo.
La situación de la víctima en Pakistán era cada vez peor, ya que era controlada durante las 24 horas del día.
Finalmente, con la colaboración del Agregado de Interior en Pakistán y la Cónsul de España en ese país, se consiguió liberar a la víctima, que tras regresar a España y tras las pesquisas policiales fue acogida por una ONG especializada en trata de seres humanos.
La investigación permitió la detención del padre y la madrastra de la víctima, a los que tras ser puestos a disposición de la autoridad judicial se les dictaron sendas órdenes de protección para evitar que puedan acercarse o contactar con la víctima.