El PP cada vez que arrecia la tormenta con su extesorero Luis Bárcenas, sea porque entra en prisión o porque está a punto de abandonarla, tira siempre de igual argumentario: su actuación ilegal es ajena al partido. Tanto su fortuna opaca, que llegó a los 40 millones en Suiza, como los 7,5 millones que supuestamente recaudó en b desde 1990 primero como gerente y luego como tesorero para el partido.
Bárcenas, por el contrario, siempre reitera que sus jefes en el partido siempre supieron todo sobre las donaciones opacas que conseguía o anotaba.
Hay un hecho indiscutible que aúna ambas versiones: desde que Bárcenas cayó en desgracia y fue alejado en 2009 de la tesorería no sólo desaparecieron los donativos en b en Génova 13, sino también en a.
Esto tiene varias posibles lecturas, no necesariamente contrapuestas: que, como denunció Bárcenas, parte de los donativos legales desde los años 90 en el PP no eran otra cosa que donativos en b bien troceados y camuflados por él como anónimos; que su sucesor Cristóbal Páez no fue tan diligente en la captación de donativos legales o que, como insinúan los partidarios de Dolores de Cospedal, la mano firme de la secretaria general hizo que no se permitiera ninguna broma más en la tesorería, con la anuencia de Rajoy.
De hecho, los donativos en a bajan espectacularmente en su recepción en la sede central desde que ella es nombrada para tal puesto en 2008, año en el que también asciende Luis Bárcenas de eterno gerente a tesorero.
Y los donativos que registra en b Bárcenas tiene como último año anotado 2008, con más de un millón de euros de ingresos. Ese año se ingresaron oficialmente 649.000 euros en a en Génova 13. La cifra total, en cambio, se le aproxima: el PP reflejó unos donativos legales de 1,1 millones.
Esto puede salvar la imagen del PP a partir de dicha fecha, el proyecto Rajoy forjado en 2008 tras laminar a sus oponentes, pero deja tambaleando la estructura financiera del PP de años anteriores.
Y deja planteada una incógnita que sólo en privado son capaces de responder los actuales dirigentes populares: ¿Por qué durante años la sede central copó la mayor parte de los donativos (40% en 1990, 46% en 2008) y de pronto, año 2010, cayó a cero?
¿Qué temor asaltó ese año a los donantes del PP para no querer hacer ninguna donación al partido en su sede central? ¿Temían contagiarse de Gürtel? Bárcenas ya era un apestado desde 2009. Era inminente su suplicatorio y, por ello, cesó en la tesorería.
El caso es que ese año, 2009, el medio millón de donativos provino de la periferia del PP. Singular no es sólo que desaparecieran las donaciones en a en Génova 13. Lo llamativo es que el total de los donativos legales, centrales o territoriales, cayeron también en picado.
La secuencia de donaciones totales en a es la siguiente: 1996, 2,4 millones; 1997, 1,6 millones; 1998, 1,8 millones; 1999, 3,7 millones; 2000, 2,9 millones; 2001, 3,2 millones; 2002, tres millones; 2004, 3,7 millones; 2005, 3,4 millones; 2006, 3,7 millones; y 2007, 4,9 millones.
Acaba la abundancia
Y aquí se corta tal abundancia de donativos: en 2008 bajan a 1,3 millones; en 2009 a 669.000 euros, en 2010 a 537.000 euros.
Sólo en 2011 se recupera algo el pulso histórico de donativos: 2,1 millones. ¿Nadie en el PP echó cuentas sobre este bajón? ¿Cuál era la causa? ¿Nadie se preguntó por qué el alejamiento de Bárcenas de la caja hizo descender a tal nivel los donativos?
¿La rebaja tenía que ver con la menor eficacia de su sucesor? O, sencillamente, la contabilidad b estaba unida a la a, como aireaba su extesorero
¿La rebaja tenía que ver con la menor eficacia de su sucesor? O, sencillamente, la contabilidad b estaba unida a la a, como se empeñaba ya en airear su extesorero.
Pero hay una caída que resulta más significativa que la de los donativos totales: la que se produjo en los donativos directamente ingresados en la sede central. Las cifras bajaron de un millón cada año a cero.
El descenso en las sumas captadas directamente por la sede central del PP es muy acusado tras la salida de Bárcenas de su puesto. Pero aún es más nítido el hundimiento del porcentaje que captaba Génova 13 sobre el total de los donativos del partido. Del 40% al 0% cayó. Atrás quedaba el alto listón de donativos directos a Génova 13 forjado durante años por el buen hacer, económicamente hablando, de Álvaro Lapuerta y Bárcenas como tesorero y gerente, respectivamente. Si fuera racanería por la crisis, habría afectado a todas las sedes territoriales, pero se cebó singularmente con la sede central: nadie se atrevió a heredar ciertas vías de captación de fondos.
La secuencia de la caída del porcentaje de donativos recaudado directamente por Génova 13 sobre el total de partido es la siguiente:
- en 1996, el 40,93%
- en 1997, el 24,08%
- en 1998; el 28,08%
- en 1999, el 11,07%
- en 2000, el 40,29%
- en 2001, el 29,65%
- en 2002, 41,45%
- en 2003, el 19,08%
- en 2004, el 35,12%
- en 2005, el 24,7%
- en 2006, el 33,71%
- en 2007, el 21,63%
- en 2008, el 46,97%
- en 2009, el 3,79%
- en 2010, el 0%
- en 2011, el 5,88%
La hipótesis de si Bárcenas, como denunció, transformaba parte de los donativos en b en donativos en a ha sido admitida y desarrollada por los investigadores judiciales como válida.Han hallado no pocas coincidencias entre los ingresos en b anotados por el extesorero y las entradas oficiales de donativos legales en las cuentas del partido.
Pero la serie histórica de recaudación central de donativos del PP ya apuntada refuerza aún más tal presunto nexo.
Embistió al tesorero en sutil pelea de búfalos por el control de la caja. Y esa autopista central de donativos ya nunca sería lo que fue
Puede haber versiones contrapuestas sobre si la dirección del PP conocía o no tal trasiego de maletines y la alquimia de su conversión en donaciones en a. Pero el hecho incuestionable es que desaparecen todas las entregas legales en Génova 13 tras su caída en desgracia, algo que, en realidad, ya empezó en 2008 nada más tomar tierra en la dirección del PP Dolores de Cospedal y ejercer de general secretaria.
Embistió al tesorero en sutil pelea de búfalos por el control de la caja. Y esa autopista central de donativos ya nunca sería lo que fue en los años siguientes. Los visitantes menudearon. No era para menos. Cualquiera se retrataba. La omertá se había roto. Aquel edificio de Génova 13 había dejado de ser un lugar discreto. El interlocutor en el PP podía revelarse como otro virtuoso de la libreta y hacer desfilar al empresario ante un juez para negar lo que se tiene que negar.