España

Ecografías y asistencia en frenectomías "sin cualificación": la acusación de una extrabajadora a la clínica investigada

Apunta que "sin ningún tipo de cualificación", las "recepcionistas más veteranas" eran las que sujetaban "la cabeza de los bebés" cuando iban a realizarles la intervención

  • Entrada de los Juzgados de Plaza de Castilla. -

El caso de la clínica privada de Pozuelo de Alarcón investigada por practicar frenectomías a bebés que acabaron en Urgencias, dado a conocer por la influencer Raisa Falcao, ha provocado un aluvión de mensajes de apoyo. Además, ha sacado a la luz testimonios de algunas extrabajadoras del centro, que han relatado su experiencia en Baby Suite. Una de ellas, que ejerció como recepcionista y que ha hablado con Vozpópuli desde el anonimato, afirma que ellas, "sin ningún tipo de cualificación", eran las que sujetaban "la cabeza de los bebés" cuando iban a realizarles la intervención.

Relata en conversación con este diario que eran "las recepcionistas más veteranas" las que sujetaban habitualmente la cabeza de los bebés durante la frenectomía y que cuando entraban a trabajar por primera vez al centro se les aseguraba que "en algún momento les iba a tocar" hacerlo. En su caso, llegó a hacerlo una sola vez.

Apunta que estas trabajadoras también hacían "las ecografías 3D sin la cualificación necesaria" y que cuando sí se contrataba a alguien titulado para ello "no se le pagaba lo que le correspondía", un testimonio que coincide con la versión que otra extrabajadora ha dado en privado.

La exrecepcionista de Baby Suite con la que ha charlado este periódico califica como "desagradable y espeluznante" sujetar la cabeza de los bebés para la frenectomía y que "cada vez que entraba un bebé estaba casi diagnosticado". Señala que durante su etapa allí, los trabajadores no son conscientes "de toda la mala praxis que se producía en el centro".

Otra extrabajadora asegura de forma privada a Raisa Falcao que la investigada, cuyo nombre se corresponde con las siglas P.C.R., "insistía mucho en la venta de los cortes de frenillo, llevaba un control personalmente y caía bronca si no lo vendían". Esta misma persona relata a la influencer que "les daba 10 euros de incentivo por cada procedimiento realizado", algo que la recepcionista con la que ha charlado Vozpópuli no ha podido confirmar, aunque señala que cuadra con la forma de proceder del centro, ya que "era habitual que en otros tratamientos como la fisioterapia se incentivase la venta".

"Intervenir o desangrarse"

Unas acusaciones que llegan después de que la creadora de contenido destapase, una vez el caso estaba judicializado, que uno de sus gemelos casi fallece después de ser sometido a una frenectomía. Según cuenta a este diario, su hijo estuvo hospitalizado durante siete días y necesitó ser reanimado en dos ocasiones tras sufrir una parada cardíaca. El bebé tenía "33 días cuando ingresó" por perder mucha sangre tras un corte "demasiado profundo" durante la intervención.

Apunta que su bebé estuvo cerca de morir y que así se lo hicieron saber los médicos del Hospital La Paz, quienes se hicieron cargo del tratamiento del bebé una vez fue estabilizado en Puerta de Hierro. Asegura que antes de que los cirujanos intervinieran a su bebé en el hospital para cortar la hemorragia, tuvo que firmar un documento en el que autorizaba al hospital a realizar la intervención pese al riesgo real de muerte.

"En Puerta de Hierro vi a los médicos maldecir por no poder reanimarlo y caras de desesperación por no poder cortar la hemorragia", apunta Falcao. Según relata, su bebé acabó cubierto de sangre después de vomitarla en varias ocasiones por la profundidad del corte.

No es la única madre con la que ha charlado este diario. Otra afectada, que ha preferido mantenerse en el anonimato, cuenta a este diario un caso similar. En su caso, decidió acudir a Baby Suite por la buena atención que recibió anteriormente. Allí les aseguraron que como mucho habría que poner un punto de sutura, pero que era poco frecuente.

Una vez se le realizó la frenectomía a su bebé, esta madre relata que comenzó a sangrar y fue imposible detener la hemorragia. Primero probaron, por recomendación de la matrona, darle biberón para "crear un coágulo por la presión que hace la lengua", pero no hubo éxito. Tampoco surtió efecto un líquido coagulante, por lo que tuvo que ir al hospital.

Al igual que le ocurrió a Raisa, los médicos instaron a esta madre a firmar una autorización antes de intervenir a su bebé de urgencia, ya que había probabilidades de que este falleciera en quirófano. "Era intervenir o desangrarse", relata en conversación con Vozpópuli. Preguntada sobre por qué no denunció, apunta que pensó que "fue mala suerte y que su bebé pertenecía al 1% de los casos que salían mal". Apunta que fue la Fiscalía quien le informó de que "había algunos casos" y que estos se habían producido de forma "muy seguida".

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