Madrid

Detenido un ladrón que amenazaba con explosivos para robar bancos: "Llevo una bomba debajo de la chaqueta"

La Policía Nacional ha detenido a un hombre que robaba sucursales bancarias de Madrid amenazando a los trabajadores con un manuscrito en el que decía que tenía explosivos

Sin rostro y sin voz; como un auténtico fantasma. La Policía Nacional se ha enfrentado en las últimas semanas a un complejo caso bajo un hermetismo absoluto por la peligrosidad de las amenazas de este individuo. Un ladrón de bancos que se acercaba a los trabajadores y, sin pronunciar palabra, dejaba un manuscrito sobre la mesa de las oficinas: "Tranquila, esto es un atraco. Dame 2.000 euros en billetes de 50 que llevo una bomba debajo de la chaqueta". Ha sido una auténtica carrera contrarreloj que ha permitido su detención en un tiempo récord.

La investigación desarrollada por el Grupo 13, especializado en atracos, se ha llevado a cabo en apenas tres días. Un tiempo en el que este ladrón, de nacionalidad española de 52 años, cometió un robo e intentó otro en bancos cercanos a la zona de Retiro y Goya, de Madrid. Y es que la intervención ha contado con la colaboración de los agentes de Seguridad Ciudadana de la Comisaría de la Policía Nacional de Salamanca.

La carta de amenaza a los trabajadores de los bancos

El primero de los atracos de este ladrón fue perpetrado el pasado 13 de mayo en una sucursal bancaria de la Plaza de Felipe II. El hombre entró ocultando su rostro con una mascarilla. Dejó una nota manuscrita en la puerta de la empleada de la oficina. "Tranquila esto es un atraco dame 2.000 euros en billetes de 50 llevo una bomba debajo de la chaqueta". De esta forma se consiguió llevar 600 euros.

Así, el grupo de atracos se hizo cargo de la investigación y solicitaron las cámaras de seguridad del establecimiento. Unas grabaciones que poco podían aportar a la causa, más allá de una posible identificación en caso de volver a repetir sus acciones criminales.

El ladrón no cesó en su empeño de intentar conseguir unos euros de esta forma. Su segundo atraco tuvo como escenario otro banco ubicado en el número 96 de la calle Alcalá y fue el 16 de mayo. Iba ataviado de la misma forma para que nadie reconociera su identidad. Su aspecto tampoco delataría que este hombre era un ladrón de bancos.

Sin embargo, en este caso, su planificado asalto no salió como él esperaba. Volvió a depositar con delicadeza un texto escrito a mano en la mesa de una de las empleadas. "Tranquila esto es un atraco dame 3.000 euros en billetes de 50 llevo explosivos debajo de la chaqueta". Aumentó la cantidad requerida y cambió el presunto arma que tenía entre sus manos.

Un intento fallido en una oficina

Con educación, la trabajadora le comunicó que la caja estaba cerrada y no le podía proporcionar los euros que solicitaba. El hombre abandonó a la carrera el local pero los trabajadores del banco denunciaron el intento de robo a las autoridades.

Las pesquisas reflejaban la peligrosidad de este hombre que tenía un 'modus operandi' más o menos estable. La amenaza de los explosivos era una de las grandes incógnitas y temores de los investigadores de la causa. De ser cierto sus escritos era un hombre que tenía que ser apresado cuanto antes.

El Grupo 13, con la colaboración de sus compañeros del distrito de Salamanca, establecieron un dispositivo de seguridad en toda la zona de las calles comerciales donde había bancos que podían captar la atención de este ladrón. Tenían su descripción física y parte de su rostro. Lo que se dejaba ver tras una mascarilla.

El operativo funcionó y fue arrestado en la calle Narváez tan solo un día después de su último asalto a un banco. Se le acusó de un delito de robo consumado y otro en grado de tentativa. Con todas las diligencias pasó esta semana a disposición judicial. No se llegaron a encontrar los famosos explosivos con los que amenazaba a los empleados de los bancos.

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