Un ladrón de patinetes 'tiró' de imaginación para evitar ser detenido. Cuando llamaron a su puerta los agentes de la Policía Nacional planificó su propio secuestro: se puso cinta aislante alrededor de la nuca y también se ató las manos. La pericia de los funcionarios fue mayor ya que desde el primer momento no se creyeron la 'trola' de este hombre que presuntamente robó cerca de cuarenta patinetes eléctricos en una tienda de Talavera de la Reina valorados en más de 40.000 euros, según informan fuentes policiales a Vozpópuli.
El robo en el municipio de Castilla-La Mancha se produjo el pasado 24 de julio en torno a las dos de la madrugada. Varios individuos forzaron la cerradura de la puerta, desconectaron la alarma del local y se llevaron cerca de cuarenta patinetes eléctricos. Según la denuncia del dueño una quincena de ellos eran nuevos y otros estaban en reparación.
Un secuestro al ver a la Policía
Varios testigos fueron los que presenciaron el movimiento dentro de la tienda. En ese momento comenzaron las investigaciones de la Policía Judicial.
Las indagaciones de la Policía Nacional gracias a las cámaras de seguridad y al posicionamiento de dispositivos móviles encaminaron sus pasos hasta un local ocupado en el distrito madrileño de Carabanchel. La colaboración entre funcionarios permitió que una patrulla de Seguridad Ciudadana del distrito acudiera ese mismo día a las tres de la tarde al establecimiento. Habían tapiado el exterior de la tienda para que no se viera que había en el interior.
Los agentes de Carabanchel llamaron a la puerta de ese emplazamiento y estuvieron dos horas esperando en la zona. El 'inquilino' que se encontraba en su interior, al percatarse de la presencia policial, ideó un plan contrarreloj para evitar su detención.
De forma paralela, los funcionarios confirmaron con los vecinos del barrio que el día anterior las ventanas se encontraban abiertas y que, en ese momento, presentaban unas tablas de grandes dimensiones para evitar que se viese el interior desde fuera. Inmediatamente lograron ponerse en contacto con el propietario legítimo del inmueble y éste les informó que la cerradura había sido cambiada sin su consentimiento.
Intentó tirar una gorra por el baño
Lo primero que hizo fue tirar por el retrete una gorra que portaba en el momento del robo en Talavera de la Reina. Un complemento que el baño no pudo succionar y tuvo que pasar a una idea alternativa. Se ató con cinta aislante alrededor de la nuca, se maniató las manos por delante y se introdujo sus calcetines en la boca.
Al cabo de una hora los agentes que esperaban de forma paciente en la puerta oyeron quejidos del interior del local. "Me han dado una paliza", dijo este ladrón a través de una ventana a los policías a los que ayudó a acceder al interior a través de ella.
Nada más entrar, los funcionarios se dieron cuenta que no cuadraba el relato de la supuesta víctima, un venezolano de 33 años. Un indicativo sanitario se personó en el lugar y no fueron capaces de encontrar las lesiones que dijo sufrir por la fuerte paliza que había recibido con patadas incluidas. Eso sí, algunos de los patinetes robados estaban en el interior de la estancia.
Vigilaba los patinetes
Los investigadores sospechan que este hombre estaba haciendo labores de vigilancia para la organización criminal. Las diligencias siguen abiertas para identificar al resto de integrantes del grupo que robaron los patinetes eléctricos.
La víctima del 'supuesto' secuestro imaginario fue detenida. Una intervención que en gran medida se produjo gracias a la insistencia y paciencia de los agentes de Carabanchel que no cesaron en su intento de acceder al local a por los patinetes.