Manuela Carmena no quería ser candidata a la alcaldía de Madrid, pero Jesús Montero, dirigente de Podemos en Madrid, no se iba a dar por vencido fácilmente. La elección de Esperanza Aguirre como cabeza de lista a las elecciones del 24 de mayo fue clave para que Carmena decidiese dar el salto a la política, como revela al diario El Mundo la propia representante de Ahora Madrid, que rechazó la propuesta hasta siete veces.
Todo empezó un domingo por la noche, una semana después de las europeas de mayo de 2014, con la televisión puesta y la que se perfila como próxima alcaldesa de Madrid discutiendo con el exministro José María Maravall en el programa Salvados, de La Sexta. Montero, que veía aquello, no dudó en ver en su pantalla el camino más corto para que su formación llegase al Palacio de Cibeles, sede del consistorio capitalino.
Montero disuadió a Monedero de ser el candidato a la alcaldía: habría supuesto la diana perfecta para el discurso beligerante de Aguirre
“Para mí había sido una referencia moral e intelectual”, cuenta Montero, que la conoció muchos años antes aunque no tenía contacto con ella. No lo iba a tener fácil para imponer su idea, porque ella no quería y había otros muchos que ambicionaban el puesto. Era el caso de Juan Carlos Monedero, ideólogo de la formación, que tenía en mente presentarse en el consistorio.
Montero no veía claro que Monedero fuese el candidato adecuado para alcanzar el objetivo de llegar a la alcaldía. Primero, porque creía que impediría una confluencia con otras formaciones, algo que se ha visto fundamental para el éxito de Podemos (ha sacado mucho mejor resultado con marcas alternativas) y porque ya se barruntaba que enfrente estaría Esperanza Aguirre. La líder del PP de Madrid tenía en Monedero la diana perfecta para su discurso, en el que siempre intenta relacionar a la formación morada con Venezuela, un vínculo muy presente en Monedero e inexistente en Carmena.
Plan de ataque
Salieron otros nombres, como Mayor Zaragoza, pero Montero siempre pensó en Carmena como la primera opción, según cuenta en El Mundo. Para convencerla trazó un plan de ataque en el que incluyó a Pablo Iglesias, a amigas de Carmena e incluso a su hijo. La llamaron la Operación One Girl. Todo el mundo de su alrededor le recordó a la exjuez que presentarse era casi una cuestión de necesidad.
Eso, y el anuncio de que la rival sería Aguirre (Carmena la ve como un peligro para la ciudad) fueron el empujón definitivo para que la juez, después de muchos noes, terminase diciendo sí. El final de la historia es bien conocido: Ahora Madrid, la plataforma auspiciada por Podemos, consiguió un resultado histórico y, si finalmente logra pactar con el PSOE, Manuela será alcaldesa.
