Mariano Rajoy es consciente de que su tropa está muy inquieta y soliviantada. También hay una gran parte que se encuentra en avanzado estado de pesadumbre. El chorreo de asuntos relacionados con la corrupción ha sacudido de lleno a su partido. Cada día, un cimbronazo. Este bombardeo se convierte en un permanente estado de ansiedad difícil de superar. Las palabras de Dolores Cospedal sobre que no se puede hacer más contra la corrupción han sonado con estruendo en el seno de su formación.
Por eso el presidente ha dedicado algunas horas en los últimos días a conversar con sus más fieles, con su equipo de siempre, el núcleo duro del Gobierno y del partido. Le han visto tan fuerte y tan tranquilo como siempre, según una fuente próxima a su círculo íntimo.
Rajoy ha comentado a sus más fieles que nada tienen que ver con la realidad determinados mensajes que circulan por las filas del PP
No caer en el desasosiego
En estas charlas informales se han repasado algunos de los asuntos que sacuden la actualidad política en forma de titulares o informaciones que cortan la respiración. La actitud del presidente es la de siempre. Esos asuntos son antiguos, salen ahora porque la Justicia no es precisamente rápida pero no hay que dejarse invadir por el desasosiego. Mucho menos, por el desánimo.
Rajoy les ha confirmado que nada tienen que ver con la realidad determinados mensajes que circulan con insistencia por las filas del PP. En especial los que hacen relación a su cansancio en la Moncloa, a su fatiga por luchar con los elementos, a los adversos sondeos que se avecinan y a un futuro de inquietud en las próximas citas electorales. Rajoy va a seguir, pese a lo que aseguran los intrigantes y los correveidiles. No se dispone a hacer cambios importantes en el partido, al menos de momento. No hay prisas para formar las listas electorales, pese a las presiones de los barones. Y no hay que dejarse seducir por la estrategia de los rivales, empeñados en centrar todo el foco de la actividad política en la corrupción.
Palabras premonitorias
En este sentido cobran notable importancia sus palabras de ayer en Alicante, en un foro empresarial, al anunciar que "la próxima legislatura volveré a plantear una rebaja de impuestos, porque yo creo en eso". Lo hará, naturalmente, si es reelegido, algo que ahora mismo no duda. Influencias de Pedro Arriola, seguramente, tal y como sugiere la mencionada fuente. "Arriola cada día goza de una mayor influencia y peso en el ánimo del presidente", comentan.
Rajoy insta a sus más estrechos a huir del pesimismo e insistir en airear los logros económicos
Los consejos de Rajoy a sus más estrechos colaboradores es que sigan en la línea de destacar las cosas buenas que se hacen, en huir del pesimismo, y en insistir en airear los logros económicos y la recuperación. Este va a seguir siendo el libreto del PP en los próximos meses. "España es un gran país con empresas modélicas emblemáticas y cuando alguien sufre una enfermedad infecciosa no tiene que ingresar en el hospital con un cheque de 500.000 dólares", mencionó.
Le preocupa Cataluña, y reconoce que no termina de entender la actitud irresponsable de Artur Mas, que lleva a su Comunidad a una situación muy comprometida y peligrosa. Pero no se va a cambiar el criterio desarrollado hasta ahora de ley y diálogo, aunque lo segundo cada día parece más difícil. Algunos le sugieren que salga más, que comparezca más en público y hable más con los medios. No es su estilo, responden. Ayer en Alicante ni siquiera tuvo a bien departir con los periodistas medio minuto. La norma de la casa es "mucha templanza y explicar las cosas cuando corresponde". Nada de movimientos bruscos o decisiones espectaculares de las que luego se pueden arrepentir. Y nunca hablar más allá de lo que corresponde.