Los SMS que Mariano Rajoy y Luis Bárcenas intercambiaron el pasado mes de marzo, cuando ya había estallado el escándalo de las cuentas suizas y de los supuestos sobresueldos a dirigentes del PP, no formarán finalmente parte del sumario que investiga la supuesta caja 'B' del partido. Las tres magistradas de la Sección Cuarta de la Audiencia Nacional han dictado un auto por el que rechazan la pretensión de una de las acusaciones en la causa, la que representa a la Asociación DUDH-DESC, de investigar el tráfico de llamadas y mensajes que habían registrado en los dos últimos años los cuatro teléfonos móviles que usaba el político ahora encarcelado. Los abogados de esta asociación entendían que la información que podían aportar dichos aparatos sobre los movimientos de Bárcenas ayudaría a revelar dónde oculta éste "ingentes cantidades de dinero" así como "la existencia de cómplices, encubridores y coautores" que le hubieran ayudado en una "probable obstrucción a la investigación". La Audiencia Nacional considera que acceder a la práctica de dicha diligencia es "desproporcionado e injustificado" y que, además, violaría el derecho al secreto de las comunicaciones del extesorero.
Tres magistradas consideran que recabar el tráfico de llamadas y el posicionamiento de los cuatro móviles del extesorero es "desproporcionado e injustificado" y que, además, violaría el derecho a la intimidad de las comunicaciones de éste
La acusación había solicitado la práctica de dicha investigación en tres escritos que presentó entre el 27 de agosto y el 4 de septiembre pasado, cuando varias informaciones periodísticas revelaron la existencia de un cruce de mensajes de texto a través del móvil de Bárcenas con el presidente del Gobierno y con el supuesto intermediario entre el extesorero y el partido, Mauricio Casals, hombre fuerte del Grupo Planeta en Madrid y amigo personal del propio Rajoy y del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. En dichos SMS se hablaba, precisamente, de la situación en la que se encontraba el político ahora encarcelado tras surgir las primeras revelaciones periodísticas. "Luis, sé fuerte. Mañana te llamaré", fue el contenido del último mensaje que el inquilino del Palacio de La Moncloa le remitió al que fuera máximo responsable de las finanzas de su partido. Por todo ello, la asociación solicitaba recabar los datos del móvil de Bárcenas para "determinar las relaciones mantenidas entre el imputado y otras personas tanto ya imputadas como que pudiesen tener relación directa con estos hechos, con su posible encubrimiento y con la más que probable obstrucción a la investigación".
Para ello, pedía entonces solicitar a las compañías de telefonía el cruce de llamadas y mensajes de los cuatro móviles cuyo uso se adjudica al extesorero en los dos últimos años así como "los posicionamientos BTS de dichos teléfonos" para conocer exactamente donde se encontraba éste. Según destacan, la limitación de ese margen temporal estaba determinado por el hecho de que las empresas sólo guardan esos datos de sus clientes por ese periodo "y ya llevamos meses perdidos". Para reformar su petición, la acusación recordaba que el propio Bárcenas había "renunciado al ejercicio del derecho fundamental al secreto de las comunicaciones" ya que, en su opinión, él era "la persona que está filtrando a la prensa" los SMS, e incluso recordaban que durante la comparecencia de su secretaria como testigo en la Audiencia Nacional, sus abogados esgrimieron también mensajes de móviles durante el interrogatorio y el juez Ruz no puso objeciones para incorporar éstos a la causa.
Investigación "compleja y profusa"
Sin embargo, el instructor, con el apoyo de la Fiscalía, se negó en todo momento a la práctica de dicha diligencia y la asociación DUDH-DESC terminó presentando recurso de apelación ante la Sección Cuarta de la Audiencia Nacional. Finalmente, las tres magistradas de este órgano, Ángela Murillo, Teresa Palacios y Carmen González, acordaron el pasado viernes desestimar la pretensión de la acusación. En el auto, del que es ponente la jueza Teresa Palacios, el tribunal considera que la investigación no debe "detenerse en lo que ni es delictivo ni esencial por no incidir sobre lo nuclear ni coadyuva al esclarecimiento de hechos de naturaleza penal". Además, señala que su compañero Pablo Ruz ya fijó los límites de la investigación en un auto del 19 de septiembre y que en los mismos no tiene cabida la diligencia que reclamaba la acusación. "Ha de ser en torno al mismo [en referencia a dicho auto] sobre el que gravite la investigación que ya de por sí viene siendo compleja y profusa", recalca.
En el escrito judicial, incide que "apartar" el "sin fin de diligencias" que en la actualidad está practicando el juez instructor es "desporporcionado e injustificado". En primer lugar porque considera que los "datos recabados, obtenidos y otros pendientes", que ya obran en la causa, respaldan "seguir en esa línea y no acudir a la planteada". Además, recuerda que tomar medidas que limiten derechos constitucionales, como el de la intimidad de las comunicaciones, debe ser acordado sólo cuando no exista otra forma de conseguir la información que se pretende recabar con los datos sobre el tráfico de llamadas y la situación de los móviles. "Está claro que en [el] supuesto que nos ocupa, la orientación del procedimiento, cargado de diligencias prácticas y otras en marcha, no requiere para la investigación seguida cercenar derecho o valor alguno de aquel calado, como única solución válida para la misma". Por todo ello, las tres magistradas de la sala acuerdan desestimar el recurso, una decisión a la que ya no cabe interponer recurso alguno. Los SMS entre el extesorero del PP y Rajoy se queda, por tanto, fuera del sumario sobre los 'papeles de Bárcenas'.