La Comunidad de Madrid quiere que las grandes marcas de ropa y de comida bajen también al metro, junto a las que ya hay de toda la vida. La idea no es nueva pero el impulso que se le ha dado sí es reciente y se debe fundamentalmente al rechazo de Las Vegas Sands de instalar su complejo de ocio y casinos en Alcorcón, para disgusto del Ejecutivo autonómico. Sin Eurovegas, la CAM necesita explorar otras vías que le permitan generar ingresos y puestos de trabajo, y de ahí el asunto de expandir las franquicias por todo el suburbano.
En los últimos días, el Gobierno regional ha acelerado sus planes para transformar el sistema comercial de Metro de Madrid, una empresa en la que se augura un nuevo tarifazo para 2014 de acuerdo con los Presupuestos del Consorcio Regional de Transportes. La idea es trasladar a algunas estaciones, especialmente las que están remodeladas y son más céntricas y espaciosas como Sol, las tiendas que se encuentran en la superficie. Un proyecto para el cual la Comunidad, que en 2011 asumió todo el control del metro, ha pedido apoyo al Ayuntamiento, especialmente en lo tocante a la concesión de licencias y al estudio del impacto comercial, según ha podido saber este medio.
Expositores móviles
Ciertos cambios introducidos por la Comunidad ya empiezan a notarse. Cada vez proliferan más expositores y stands móviles, como los puestos de gourmet y de otras especialidades temporales que hay instaladas, por ejemplo, en la estación de Sol. No obstante, el programa estrella del presidente Ignacio González sería la instalación de las grandes cadenas, una medida que no cuenta con el visto bueno de los comercios tradicionales del Metro de Madrid.
Estos comercios –mayoritariamente bares y cafeterías, quioscos, tiendas de fotografía, de plata o de ropa- llevan años en guerra con la empresa y con el Gobierno regional, ya que consideran que éste no para de ponerles trabas. En la actualidad queda una treintena larga de comercios con unos 500 trabajadores frente a más del doble de tiendas de hace una década. “No hay que olvidar que se trata de comerciantes que llegaron al metro cuando se trataba de un transporte menos atractivo y más lúgubre y oscuro”, recuerda a Vozpópuli la diputada autonómica Paz Martín (PSOE).
Locales cerrados
La Asociación de Comerciantes de Metro (AACCM) no ha querido hacer declaraciones, ya que está inmersa en negociaciones con la Comunidad. Pero la relación de este colectivo con el Gobierno regional no ha sido fácil en los últimos tiempos. Hace un año, todavía con Esperanza Aguirre en el cargo, se les exigió el pago de una deuda cercana al medio millón de euros que los comerciantes juzgaron abusiva. Además, la asociación ha criticado la “fobia” del Gobierno a reunirse con ellos, la liberalización de los horarios comerciales en Madrid o las subidas de alquileres.
Según Marisa Moreno, diputada de IU, hay locales nuevos cerrados en varias terminales, como Sol, Ópera o Legazpi. En Colonia Jardín también iban a promoverse nuevos espacios, pero hubo que desechar la idea por falta de liquidez. Tras el aterrizaje de multinacionales al rótulo de las estaciones (Vodafone Sol), ahora las grandes empresas pueden tomar los comercios, aunque no lo tendrán tan fácil: al parecer, los propios impulsores de la iniciativa han constatado que el nivel socio-económico de los usuarios de Metro de Madrid (un transporte cada vez más caro y estropeado) no es precisamente boyante.