La victoria de Pedro Passos Coelho en las elecciones portuguesas de hace dos semanas alumbró la esperanza en el PP. Un partido conservador que, pese a los ajustes y los sacrificios que ha tenido que llevar a cabo, logró vencer en las generales. El panorama ha girado drásticamente al apuntarse un principio de acuerdo entre las fuerzas de izquierda para apartar del Gobierno al partido vencedor, algo que nunca había ocurrido en el país vecino.
Alarmas en Moncloa
Este hecho ha lanzado todas las alarmas en Moncloa, que teme esa posibilidad como la peor de sus preocupaciones. Mariano Rajoy lo quiso dejar bien claro en la apertura del Congreso del PP Europeo, que se ha inaugurado este miércoles en Madrid, al que asisten más de una docena de jefes de Estado y de Gobierno de UE. Grecia ya no es el terror de Europa. Ahora es Portugal. "No tengo la más mínima duda" de que el PSOE hará lo que sea para impedir que él siga en La Moncloa, señaló el presidente. Y recordó los pactos del partido de Pedro Sánchez en comunidades autónomas y ayuntamientos para desterrar del poder al PP, pese a ser la lista más votada. "Esas cosas siempre terminan mal", apuntó Rajoy.
El presidente del Gobierno quiso subrayar también que el PP nunca pretenderá gobernar si no es la fuerza más votada, pero da por hecho que el principal partido de la oposición no tendrá ningún problema a la hora de alcanzar La Moncloa, sea al precio que sea. La indefinición de Ciudadanos, que se vislumbra como la futura clave a la hora de decidir el color del próximo ejecutivo, también intranquiliza seriamente en Génova, donde piensan que la dirección del partido naranja prefiere respaldar a Sánchez antes que a Rajoy. Este será el argumento definitivo en la campaña. Entregarle el voto a Ciudadanos es jugar a la bono-lotto, porque nunca sabes dónde va a acabar, si en el PSOE o en el PP. Los sondeos aúpan al partido de Rivera en forma unánime y en Génova ya se teme un posible respaldo de Ciudadanos a Sánchez, en el caso de que la matemática parlamentaria les fuera favorable.
El presidente del Gobierno subrayó que el PP nunca pretenderá gobernar si no es la fuerza más votada
La misma teoría fue difundida por los diferentes oradores del partido anfitrión que intervinieron en la jornada inaugural. Tanto Dolores Cospedal como Esteban González Pons o Alberto Núñez Feijóo subrayaron la tradición de nuestro país de que siempre ha gobernado el vencedor en las urnas, y advirtieron, con distintas formulaciones, de este peligro. La vicepresidenta Sáenz de Santamaría optó por centrarse en los logros económics conseguidos y no transitó por ese terreno del temor a un gobierno de perdedores.
Portugal era, hasta hace unos días, el espejo donde mirarse, un ejemplo para la izquierda española, que no parece decidida a respetar al partido más votado. Pero la situación acaba de dar un vuelco este martes al anunciar el líder de los socialistas vecinos que nunca pensó en gobernar con el centro derecha y que había condiciones para que se formara una coalición de izquierdas.
Rajoy está recibiendo parabienes y respaldos de todos sus correligionarios europeos en esta gran cumbre en la que, entre otras cosas, se va a suscribir una declaración en defensa de la integridad territorial y en contra de cualquier tipo de tentación secesionista. Algo se apuntó en el congreso celebrado en Dublín, hace año y medio. Pero ahora, este texto ha sido votado y tendrá carácter vinculante. Otra mala noticia para Artur Mas, justo el mismo día en que el tesorrero de Convergencia ha sido detenido en una vasta operación sobre la financiación del 3 por ciento en Convergencia. A última hora, no obstante, trascendió el resultado de los votos, que arrojó un resultado levemente sorpresa puesto que no hubo unanimidad, de acuerdo con lo manifestado por alguno de los asistentes. Se sabe, por ejemplo, que los socios bávaros de Angela Merkel, del partido CSU, evitaron dar su apoyo a la iniciativa, al considerar que se trata de un asunto sobre el que prefieren no pronunciarse. España, con todo, está muy satisfecha de este pronunciamiento, pactado durante meses con Francia y con Alemania, y que supone un espaldarazo a su posición ante el conflicto planteado por los soberanistas catalanes.
Para este jueves se espera la llegada a la cumbre de los populares tanto de Angela Merkel como de Nicolas Sarkozy y otros dirigentes continentales, quienes vienen con mensajes de apoyo y elogio a Rajoy bajo el brazo. Este congreso de la derecha europea se va a convertir en el primer gran mitin de la campaña del PP a las generales, puesto que se celebra a tan sólo dos meses escasos de la cita con las urnas.
Los populismos, la crisis de los refugiados y la situación económica de la UE serán otros puntos a tratar en este cónclave que reúne a más de cuatro mil participantes. Un respaldo decidido, un impulso sociológico para el PP, que atraviesa por unos momentos de enorme debilidad, tal y como apuntan los sondeos.