Las hemos visto casi en cada de acto de José Luis Martínez-Almeida, ya que las mascarillas de chulapo se han convertido en un completo representativo del alcalde de Madrid. Casi todos los trabajadores del Ayuntamiento las llevan en sus actos, y durante un tiempo se convirtieron incluso en un atractivo souvenir. Ahora que tanto se está hablando de las mascarillas que se compraron desde el gobierno de Madrid con irregularidades, hemos querido descubrir de dónde salen los reconocidos cubrebocas que utiliza el alcalde, que nada tienen que ver con el escándalo de las comisiones.
Como buen fanático de Madrid, Almeida ha apostado por empresas madrileñas para sus mascarillas: Bordados Trebor es la compañía que las fabrica y Xiosi es quien las comercializa. Detrás de cada una de ellas hay un equipo de 15 personas, que montan el engranaje perfecto para proporcionar a su equipo los "cientos de pedidos que realizan", según explican desde Trebor. El proceso es muy sencillo: el Ayuntamiento contacta con la empresa que comercializa, en este caso Xiosi. Y esta, contrata a su vez a Trebor, la empresa que realiza las mascarillas.
Esta empresa, especializada en bordados y fabricación de merchandising, también fabrica las mascarillas que utiliza Pedro Sánchez y parte de su equipo. Sin embargo, estas, al ser simplemente blancas y rojas, no son tan características. Además, el presidente del Gobierno suele alternarlas con cubrebocas de otro tipo y diseño. En este caso, el contrato es directo entre Moncloa y Trebor.
Reinventarse en la pandemia
La pandemia, que por fin está llegando a su fin con la retirada de las mascarillas en interiores, cambió muchas cosas, incluso los modelos de negocio. Esto es lo que les ocurrió en Trebor. Antes de que la covid estallara, tenían mucho éxito como empresa que realizaba bordados y productos de promoción. Entre sus clientes se encontraban empresas como KFC, Taco Bell y Hombres G.
Pero con el estallido de la pandemia, todos los eventos públicos se cancelaron, los comercios cerraron y Trebor tuvo que reducir drásticamente su actividad. La mayoría de sus trabajadores se tuvieron que ir al ERTE y, como para muchas otras empresas, fue una etapa de mucha inestabilidad e incertidumbre. El dueño de la empresa, Roberto, pensó que una manera de poder colaborar durante la pandemia era aprovechar sus instalaciones y la maquinaria para hacer mascarillas. Fue perfeccionando la técnica y poco a poco, después de pasar los correspondientes protocolos de sanidad, pudo comenzar a comercializarlas. Una manera de matar el tiempo y sacar rendimiento económico en una época muy complicada.
La crisis sanitaria fue, paradójicamente, una oportunidad de crecer para ellos. El volumen de pedidos fue tal, que todos los trabajadores pudieron reincorporarse de nuevo. "Hacíamos mascarillas por cientos, con diseños personalizados. Cuando nos contactó Xioxi para hacer las del alcalde, se nos ocurrió hacer ese diseño de chulapo. Y fue todo un éxito", cuentan desde la empresa.
Nada que ver con la estafa de las mascarillas
Estos contratos nada tienen que ver con el escándalo de las comisiones por la venta de mascarillas en el Ayuntamiento de Madrid, algo que han querido dejar claro desde ambas empresas.
El caso saltó a la luz cuando el 6 de abril, la Fiscalía Anticorrupción interpuso una querella contra los empresarios Luis Medina Abascal y Alberto Javier Luceño por el presunto cobro de comisiones millonarias con los contratos de suministro de material sanitario al Ayuntamiento de Madrid durante la pandemia. Concretamente, el Ministerio Público solicitó que se abriera una investigación judicial contra ambos por los delitos de estafa agravada, falsedad en documento mercantil y blanqueo de capitales en el marco de su intermediación en estos contratos.
Desde entonces, la publicación de distintas informaciones, como que el primo de Almeida había intervenido en el contrato de mascarillas, han dañado la imagen del alcalde de Madrid y han llevado a su equipo a una crisis difícil de solucionar.