El presupuesto del desfile militar del próximo sábado, con motivo de la Fiesta Nacional del 12 de octubre, aún esconde partidas que cuestionan el intento del Ministerio de Defensa por organizar un acto austero. El 30% de los gastos previstos por el Ejecutivo se destinará al pago del montaje de las pomposas tribunas para acomodo de autoridades y público. La instalación de estas estructuras supondrá un desembolso de algo más de 260.000 euros, ascendiendo la cantidad inicial reservada por Defensa para la organización de estos fastos a unos 823.000 euros, según fuentes ministeriales.
No obstante, las mismas fuentes creen que el coste total, una vez se realicen todos los pagos tras la celebración del desfile, si bien puede incrementarse, no estará por encima del millón de euros, cantidad a la que se elevó esta parada el año pasado (primera vez que la organizó el Gobierno de Mariano Rajoy). Las campañas publicitarias también van integradas en este cómputo.
El Gobierno recurre a una empresa de "marketing ferial" y delega en ella los trabajos de levantamiento de unas estructuras que parecen perpetuarse en el formato de esta marcha
El departamento que dirige Pedro Morenés, según ha podido saber Vozpópuli, ha recurrido a una empresa privada especializada en "grandes eventos y marketing ferial", delegando en ella los trabajos relacionados con el levantamiento de unas estructuras que parecen perpetuarse en el formato de esta marcha. A través de la Subdirección General de Servicios Económicos y Pagadurías, el Ministerio de Defensa ha tramitado por la vía de urgencia la concesión de dicho contrato, que partió en un principio de un importe base de licitación de 450.000 euros, impuestos incluidos. Sin embargo, tras convocarse el concurso y celebrarse el mismo conforme a procedimiento ordinario, la cantidad ofertada por la empresa adjudicataria para conseguir el contrato se ha quedado en 264.385 euros, una cuantía que no deja de ser significativa por cuanto supone el 30% del presupuesto reservado por Defensa para la organización del desfile.
El uso de estas vistosas tribunas para presenciar el desfile en primera fila está reservado a la Familia Real así como a los miembros del Gobierno, otras autoridades políticas nacionales y autonómicas, altos cargos del Ministerio de Defensa, diplomáticos extranjeros y prensa. Más alejadas de la plaza de Neptuno, perímetro de máxima seguridad, se ubicarán otras tribunas de acceso libre para público, aunque la mayoría de quienes se desplacen hasta las inmediaciones tendrá que ver de pie la parada.
Negocios con el Grupo Prisa
La firma adjudicataria ha sido INK Cien por Cien Eventos S.L., la misma que organiza actos para empresas del Grupo Prisa -está entre sus principales clientes- como los diarios El País y Cinco Días, Cadena SER o Editorial Santillana. Entre los eventos diseñados por INK en los últimos años destacan Juntas de Accionistas de Red Eléctrica y Grupo Prisa, la entrega de premios Ortega y Gasset de Periodismo o la inauguración de la nueva terminal del aeropuerto de Alicante en marzo de 2011, con el socialista José Blanco como ministro de Fomento.
En la carpa principal estarán el príncipe Felipe, que presidirá este año el desfile en ausencia del Rey, convaleciente aún de su última operación de cadera el pasado 24 de septiembre, la princesa Letizia, el presidente del Gobierno, el ministro de Defensa, los presidentes de Congreso y Senado y del Tribunal Constitucional, así como el jefe del Estado Mayor de la Defensa, entre otras autoridades. Doña Sofía y la infanta Elena tampoco estarán presentes en esta plataforma para no restar protagonismo a Don Felipe de Borbón y su esposa. No obstante, luego sí participarán en la recepción que tendrá lugar en el Palacio Real.
Lejos quedan ya los 2,8 millones de euros que costó el desfile en 2011, con Carmen Chacón (PSOE) al frente del Ministerio de Defensa. Siguiendo el guión de la edición del año pasado, no habrá marcha de carros de combate ni intervendrán cazabombarderos. El único ejercicio aéreo correrá a cargo de la Patrulla Águila, cuya maniobra se incluirá en sus horas de vuelo y entrenamiento para evitar así aumentar el gasto.