Por primera vez desde que Mariano Rajoy es presidente del Gobierno, el Ejército verá como aumenta, aunque sea mínimamente, su partida presupuestaria para el año que viene. Un exiguo 1% subirá la dotación de Defensa, cantidad que el Ejecutivo reconoce que debe servir para "mantener las capacidades operativas mínimas e imprescindibles de las Fuerzas Armadas". No obstante, hay un truco: el crecimiento nominal previsto para el próximo año es del 2,7%. Así que la partida de Defensa queda bastante por debajo de la media que se espera de aumento de la economía. En términos reales, seguirá bajando.
Sin embargo, los militares ya no tienen que desayunarse con titulares que hablaban de recortes de casi dos dígitos. En los PGE de 2012, cuyo anteproyecto se aprobó de forma extraordinaria en la primavera de ese mismo año ante la negativa del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a cerrarlos en tiempo y forma antes de las elecciones del 20 de noviembre de 2011, el primer Gobierno Rajoy ya asestaba un tajo del 8,8%, pasando de casi 7.000 millones a 6.261. Ese mismo año, en otoño se aprobaba otro super recorte del 7,7% para 2013. En 2014 un tercer recorte seguido (2,3%) dejaba el presupuesto un 18% más bajo que a principios de la legislatura del Partido Popular.
Caen los gastos de personal
Aunque reconocen que no han tenido tiempo de consultar en profundidad los PGE, desde la Asociación Unificada de Militares Españoles creen que el Gobierno "no se toma en serio" el aumento del presupuesto de Defensa. Y relatan los muchos problemas que vienen sufriendo en su doble condición de funcionarios y miembros del Ejército. "La gente cobra menos, y encima no puede ascender, y eso ha repercutido muy gravemente". También recuerdan que se mantiene exactamente igual (en 79.000) el límite máximo de efectivos de tropa y marinería, que según aseguran son de lejos "el eslabón más perjudicado, los que peores salarios tienen y un régimen de derechos inferior con contratos infumables".
Para Inteligencia sí que hay dinero: sube el presupuesto del CNI (Presidencia) y del Cifas (Defensa)
Pese al aumento del presupuesto en términos nominales, el gasto de personal para el Ministerio de Defensa se reduce un imperceptible 0,1% hasta los 4.302,83 millones de euros. Sí que se nota, sin embargo, el recorte respecto a 2011: 337 millones de euros que suponen un 7,3% menos en gasto de personal desde que Mariano Rajoy alcanzó el poder en diciembre de 2011. A este periódico le ha sido imposible contactar con el portavoz socialista de Defensa, Diego López Garrido, aunque en el propio grupo parlamentario han reconocido que difícilmente habría podido ver los Presupuestos Generales del Estado en su parte relativa a Defensa.
Para espionaje sí hay dinero
No obstante, en este contexto de contención presupuestaria sorprende que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) vaya a disponer de 223,6 millones, 20 más que en 2014. La mayor parte del presupuesto del CNI -dependiente del Ministerio de Presidencia de Soraya Sáenz de Santamaría- se destina a gastos de personal -167,6 millones- y gastos corrientes en bienes y servicios -46,4 millones- de los que 19,8 millones corresponden a los fondos reservados y el resto a gastos de funcionamiento del centro. En cuanto a las inversiones, el centro de inteligencia dirigido por Félix Sanz Roldán calcula unas inversiones reales de 9,2 millones.
Precisamente el Cifas (Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas) también ha subido su partida, confirmando que este Gobierno sí tiene dinero para espionaje: "Tendrán que expilcar por qué se aumenta la inteligencia", aseguran desde la AUME, "pero nosotros pensamos que es fundamental siempre que se aplique a este tipo de cosas: a veces la inteligencia se ha utilizado para investigar a las asociaciones, que dediquen esos recursos a otras cuestiones operativas y amenazas que tenemos a unos cuantos kilómetros". Es decir, la inteligencia debe ir centrada sobre todo a luchar contra el terrorismo islámico.