La nueva Directiva de Defensa Nacional, la estrategia que recoge las amenazas y riesgos a los que España tendrá que hacer frente en los próximos años, considera por primera vez a la crisis económica como una "amenaza" a la seguridad nacional debido a los recortes presupuestarios. El impacto negativo de la crisis en la defensa de España es uno de los ejes principales recogido en la Directiva de Defensa Nacional, publicada en la tarde del miércoles en la web de la Presidencia del Gobierno después de que el ministro de Defensa, Pedro Morenés, explicara sus términos generales en una comparecencia ante los medios el mediodía.
Bajo el título de "Por una defensa necesaria, por una defensa responsable", el documento resume en diez páginas las líneas maestras que regirán la política de seguridad durante esta legislatura, renovando la directiva aprobada en 2008 con el anterior Gobierno socialista. El texto, firmado por el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, señala que en el actual contexto de recortes es preciso lograr mantener las capacidades de actuación con "eficiencia al menor coste social posible, particularmente en un momento en el que la austeridad es un imperativo nacional". Recuerda además que España debe mantener un nivel nacional de disuasión "creíble y suficiente" y, como miembro de organizaciones como la OTAN, tiene que comportarse como un socio "leal y solidario" y hacer "la mejor aportación" a la estabilidad internacional.
El norte de África, el Sahel y Oriente Próximo asoman como los escenarios de más preocupación, a los que se añade el Golfo de Guinea
El Gobierno subraya que la defensa del país es una tarea que "debe ser asumida por todos los españoles" al depender de ella la integridad territorial y la propia prosperidad. "Es necesaria la toma de conciencia social de la importancia de la Seguridad y la Defensa en una época de gran incertidumbre", se afirma. Al entender que una seguridad "eficaz" exige la participación ciudadana, se considera relevante fomentar una "cultura de defensa" en España.
La Directiva subraya que España no es ajena a nuevas "amenazas globales", entre las que cita los ataques cibernéticos, la proliferación de armas de destrucción masiva, la piratería o la quiebra de la seguridad del espacio aéreo y aeroespacial. "Son hipótesis nada alejadas de la realidad ya presente", se advierte. El norte de África, el Sahel y Oriente Próximo asoman como los escenarios de más preocupación, a los que el Gobierno añade el Golfo de Guinea por el riesgo de que la piratería lo convierta en una nueva Somalia.
Además del incremento de la inestabilidad del entorno más cercano y del impacto de la crisis, el documento señala que la seguridad de España está caracterizada por la búsqueda de un vínculo transatlántico más sólido. El Ejecutivo ve preciso llevar a cabo una transformación de las Fuerzas Armadas y replantear sus estructuras para afrontar los actuales retos. También se aboga por coordinar mejor los diferentes servicios de inteligencia e impulsar estrategia de ciberseguridad nacional, entre otros retos. Por último, se expresa el apoyo a la industria española para que pueda penetrar en mercados internacionales.