Para todas, todo / 327 ppm al nacer / Madre de dos mujeres / Madre de 3 / Padre de 4 hijos / Adicta a la sonrisa de mi hijo / …habrá muchas islas / Nunca te rindas / Urban and Technological Transformation. Estas son algunas de las divisas que las y los ministros del Gobierno lucen en sus perfiles en Twitter. La mayoría de las ministras cuida su sitio en la red tuitera con un perfil muy elaborado en imagen y lema personal que no siempre conduce a un resultado brillante, incurriendo en el postureo ideológico, la cursilería o la apariencia artificiosa. Los varones que se sientan en el Consejo de Ministros, salvo excepciones, no exhiben en la red del trino el protagonismo de sus compañeras.

La doble alma -sanchista y podemita- de lo que Pedro Sánchez llama Gobierno de coalición progresista, se aprecia notoriamente con la duplicidad de comparecencias tras los Consejos de Ministros que tratan sobre iniciativas del sector UP de la coalición. También se advierte con algunas medidas anunciadas y después rectificadas, en un afán de unas y otros por diferenciarse que llega hasta las redes sociales. Así, la presencia en Twitter de los miembros del Ejecutivo está claramente diferenciada en el fondo y en la forma entre las ministras del PSOE y las de Unidas Podemos.

Con el denominador común de confundir el apunte biográfico con la declaración trascendente o la profesión de fe política, en el ala PSOE de las ministras sobresalen Isabel Rodríguez (Política Territorial y portavoz), exalcaldesa de Puertollano, declarándose ciudadana del mundo que cree en la política que transforma la vida de las personas. O la diplomada en Magisterio Pilar Alegría (Educación) adicta a la sonrisa de mi hijo y a Zweig.

Los autorretratos tuiteros dan un salto cualitativo, ideológicamente hablando, con las ministras del sector Unidas Podemos. Tanto Ione Belarra (Derechos Sociales) como Irene Montero (Igualdad) marcan territorio propio desde el grafismo en la cabecera de su perfil y echan mano del retruécano para definirse. Es el caso del Para todas, todo, que es como se presenta la psicóloga y ecofeminista Belarra o de la también psicóloga y feminista Montero: Madre de 3. Yo por ellas, madre, y ellas por mí, un laberinto de palabras torpemente extraídas de una estrofa del A la huelga de Chicho Sánchez Ferlosio (1963) y adornadas con minibanderas LGTBI y trans.

Más intrincado es el remate de la presentación de Teresa Ribera (Transición Ecológica y Reto Demográfico, vicepresidenta tercera): Por un desarrollo justo, próspero y dentro de los límites ambientales. 327 ppm al nacer, sin especificar si con ppm se refiere a la limpieza atmosférica del día que nació o a las pulsaciones por minuto que le registraron, siendo ppm la unidad de medida de la calidad del aire.

Del atributo de maternidad también presume Montero, María Jesús (Hacienda), con un ligero añadido identitario al presentarse como Médica andaluza, madre de dos mujeres. Esos rasgos personales los esquiva Yolanda Díaz (Trabajo, vicepresidenta segunda), la ministra que más se trabaja su imagen física y política pero que aprovecha Twitter para promocionar supropia carrera, de ahí que a la condición de Abogada y Galega añada como seña biográfica Un proyecto de país para la próxima década con @Sumar. La seña de identidad territorial más notoria asoma en el perfil de Meritxell Batet (presidenta del Congreso de los Diputados), que no forma parte del Ejecutivo pero es la persona de máxima confianza de Sánchez para controlar el Legislativo. Con el salón de plenos de la Cámara Baja de fondo, Batet seautorretrata en catalán con exquisitez artística-cultural: Els llibres, la musica i la dansa són la meva passió.

La ya ungida como candidata del PSOE a la Alcaldía de Las Palmas, Carolina Darias (Sanidad) tiene su perfil tuitero en modo preelectoral, aunque necesitado de cierta hermenéutica para descifrar lo que quiere decir con Si nos lo proponemos… habrá muchas islas. Más fácil de entender es el apunte promocional de su compañera Raquel Sánchez (Transportes), Trabajando cada día por la igualdad y la justicia social.

La sección masculina del Gobierno, alma PSOE, es más sobria, a veces simplona, en sus perfiles de Twitter. Vuelve a salir a colación, en este caso la paternidad, con José Manuel Albares (Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación), quien usa incorrectamente el símbolo arroba para cumplir con el lenguaje inclusivo: Padre de 4 hijos. Socialista. Trabajo por l@s español@s en Europa y el mundo. Y uno de los ministros que hace menos ruido, Luis Planas (Agricultura, Pesca y Alimentación) parece más ciudadano del mundo que su colega Isabel Rodríguez a tenor de su procedencia, coronada por una aseveración: Córdoba-Madrid-Bruselas. Mi lema: Nunca te rindas.

También circulan por la discreción los ministros varones del alma Unidas Podemos, con la particularidad de que Joan Subirats (Universidades) no quiere saber nada de su condición de ministro. No menciona su pertenencia al Gobierno de España, distanciándose del pelotón con cierta superioridad en un perfil con alarde trilingüe: Innovació Democràtica; Políticas Públicas; Cultural, Urban and Technological Transformation. Opiniones personales, no institucionales. Alejado del tufo clasista, Alberto Garzón (Consumo) se limita a dejar constancia de que es ecosocialista y autor del libro ‘¿Quién vota a la derecha?’.

Del resto de miembros del Consejo de Ministros nada hay de singular en sus perfiles neutros, donde se limitan a poner el cargo. Y por encima de todos se sitúa su presidente Pedro Sánchez, quien en su perfil añade a esa condición la de Padre, con un lema/eslogan de difícil encaje en los tiempos que corren: Trabajamos por instituciones dignas, la igualdad y la justicia.

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