El escándalo por la salida de la sede social de Ferrovial de España ha provocado numerosas críticas desde la coalición del Ejecutivo. Si en fuentes de Moncloa se adivinan de intereses personales en la decisión de la dirección de Ferrovial de trasladar su sede a Países Bajos y considera que el argumento que alegan para justificarla, que busca más seguridad jurídica, son meras excusas que califican de "ridículas", los miembros del Gobierno se han adentrado ya en el terreno de la descalificación personal hacia el máximo responsable de la decisión: Rafael del Pino.
El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha afirmado este jueves que la sensación que tiene respecto a la posible marcha de la compañía es la de que existe una "motivación cortoplacista de arbritraje fiscal" de la empresa para tributar menos que en España. "Lo que me suscita así, de repente, es decir qué mala consejera es la codicia a veces", ha señalado Escrivá en declaraciones a TVE.
El ministro ha indicado que esta situación con Ferrovial le recuerda a cuando las entidades financieras de distinto tipo, antes de la crisis de 2008, "tomaron mucho riesgo porque estaba esa codicia por tener bonus más grandes y beneficios más grandes". Para el ministro, aquel comportamiento de las entidades financieras fue "cortoplacista", pues luego llegaron a presentar resultados negativos.
Yolanda Díaz ha recordado a Ferrovial que le han "salvado con dinero público" cuando se acogió a varios ERTEs.
El titular de la Seguridad Social se ha pronunciado solo un día después de que la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, cargase contra la decisión de la compañía. Este mismo jueves, ha asegurado este jueves que el Ejecutivo y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) estudiarán si tiene "sustancia" el argumento de Ferrovial de que su traslado a Países Bajos facilitará su cotización en Estados Unidos.