España

Moncloa ofrece a sus socios los puestos en RTVE como contrapartida para los Presupuestos

Fuentes gubernamentales aseguran que el reparto de sillas en la dirección del ente llevaba tiempo negociándose y descartan por completo que el PP se sume

Pedro Sánchez sigue al pie de la letra aquello de que el fin justifica los medios. El presidente del Gobierno necesita aprobar los Presupuestos Generales del Estado, porque con ellos podría mandar mensajes políticos de calado. Por ejemplo, que queda legislatura y que el muerto, como le ve el PP, está vivo y coleando pese a los escándalos que le rodean. Pero el líder socialista lo tiene complicado. Por eso, uno de los últimos caramelos que ofrece a sus socios son los puestos en el Consejo de Administración de RTVE, con la idea, según reconocen las fuentes consultadas, de usarlos como contrapartida para alumbrar las cuentas públicas.

El Ejecutivo aprobó este martes en el Consejo de Ministros un real decreto-ley que amplía el número de consejeros de 11 a 15 con la idea de dar cabida en él a los representantes de las fuerzas políticas que le sostienen en el Congreso, como Bildu o ERC. Fuentes gubernamentales dan a entender que ambas formaciones independentistas podrán tener asiento. Aunque el equipo de propaganda de Moncloa lo vende como la manera de reforzar "el pluralismo en los órganos de gobierno de RTVE". De los 15 miembros, 11 los elegirá el Congreso de los Diputados, donde la coalición tiene a tiro de piedra la mayoría absoluta, y cuatro el Senado, donde la tienen los populares.

Eso, en caso de que no haya acuerdo por mayoría de dos tercios (234 diputados), como fija la ley. Las fuentes consultadas descartan por completo que el PP se sume a acuerdo alguno. Moncloa ha llamado "fórmula de desbloqueo" a la modificación del tipo de mayoría requerida: de los dos tercios citados a la mayoría absoluta en segunda vuelta (176). Lo sangrante del asunto es que el PSOE, el propio Óscar López, criticó en su momento al PP por hacer exactamente lo mismo. Los socialsitas calificaron en 2012 como “golpe institucional” el real decreto del PP que reducía las mayorías para elegir a los consejeros. Es más, anunció un recurso de inconstitucionalidad porque consideraba que se rompía “el consenso" y modificaba “las reglas del juego”. 

Pese a que el Ejecutivo oficialmente dice que iniciará "de inmediato" las negociaciones con los grupos parlamentarios de cara tanto a la convalidación del decreto como a la elección del nuevo Consejo de Administración, lo cierto es que este llevaba tiempo "muy hablado y avanzado". El real decreto-ley ha sido elaborado por los Ministerios de la Presidencia, Hacienda y para la Transformación Digital y de la Función Pública, dirigido por Óscar López -que fue el encargado de explicar este martes el cambio en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros-.

De la misma manera, Moncloa pretende que sean las Cortes las que aprueben los mandatos-marco a la Corporación. En ellos se concretarán los objetivos generales de la función de servicio público que tiene encomendados estatutariamente. Y tendrán una vigencia de ocho años prorrogables. El plan es que sean desarrollados cada cuatro años en los contratos-programa acordados por el Gobierno con la Corporación RTVE para evitar que los cambios de Ejecutivo trastoquen la linea política de la corporación.

El Gobierno sabe que ahora que se acerca la negociación presupuestaria se abre el mercado de peticiones y exigencias. Y que le queda poca mercancía que ofrecer. Precisamente, el exvicepresidente Pablo Iglesias olió la debilidad de Sánchez y se lanzó el pasado domingo a marcar el camino de Podemos y del resto de socios de izquierda radical, especialmente Bildu y ERC, a los que arengó para "doblegar el brazo" del líder socialista. En plata: a sacarle hasta los higadillos. Los morados ya han puesto precio a sus votos: romper relaciones con Israel e intervenir el mercado de la vivienda para bajar los precios del alquiler.

La correlación de fuerzas que sostiene a la coalición en el Congreso de los Diputados no es favorable a los intereses socialistas. El PSOE está olbigado a hacer más concesiones de las que quisiera. Es mas, es Carles Puigdemont quien decide, en cierta manera, el futuro parlamentario de Sánchez. El expresidente catalán no está dispuesto a rendirse. Y cada día que pasa sin ser amnistiado es más factible que deje caer al presidente del Gobierno o al menos que le torture lentamente. Hace ya semanas que le está empezando a enseñar el camino. Y, aunque lejos de formar una mayoría absoluta alternativa a la que llevó a al líder socialista a Moncloa, Pedro Sánchez debería tomar nota por mucho que ofrezca parches.

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