La nueva cúpula del Podemos de Ione Belarra e Irene Montero ha nombrado el valenciano Pau Vivas en el importante cargo de impulsor de los círculos morados. Vivas trabajó para Pablo Echenique y es conocido como uno de los artífices de las purgas más cruentas en la formación morada. Asistirá a Lilith Verstrynge en la difícil tarea de relanzar el partido, con el principal encargo de frenar los tránsfugas hacía Más País. Si bien oficialmente aparece como la futura mano derecha de Verstrynge, algunos sugieren que Montero quiere que, en realidad, vigile y controle la acción de la nueva secretaría de Organización.
El nombre de Pau Vivas tiene una doble connotación en Podemos. En primer lugar, es conocido por ser un miembro destacado del grupo de la “sociedad civil” capitaneado por Rafa Mayoral, aunque el dirigente madrileño ahora ha perdido peso en el organigrama interno. La promoción de Vivas, de hecho, refleja la voluntad de Irene Montero de sustituir a Mayoral con uno de sus fieles, lo que deja abierto el camino a otro caso de "traición" interna. En segundo lugar, porque es considerado “el fontanero” de Echenique y de Juanma del Olmo en las principales purgas que han afectado a los errejonistas en 2018 y a los pablistas críticos en 2019.
El caso más llamativo fue sin duda el de Valencia. Vivas militó en la Izquierda Unida valenciana antes de entrar en Podemos, y en los últimos meses, de acuerdo con la dirección pablista, y sus compañeras Esther Sanz y Pilar Lima, ha laminado a todo el sector que controlaba el grupo en las Cortes y despedido a varios trabajadores, que han llevado a los tribunales su cese. Vivas actuó de "cerebro" de la purga. Internamente, de hecho, se le conoce como un dirigente más hábil en la eliminación de díscolos que en creación y construcción de grupos de trabajo.
Frenar el transfuguismo hacia Más País
De ello están convencidos cuadros y dirigentes de Podemos, que recuerdan que Vivas fue jefe de gabinete de Echenique en el Congreso, antes de ascender a nuevo responsable de los círculos morados. También formó parte del equipo de la secretaría de Organización durante la etapa de Echenique. En ese sentido, Irene Montero e Ione Belarra buscan con Vivas colocar a un dirigente que no le va a temblar el pulso si debe frenar el transfuguismo hacia Más País. Vivas es conocido también por su animadversión hacia el errejonismo y sus aliados como Compromís.
Vivas es considerado uno de los más fieles ejecutores de las órdenes de Del Olmo. Su nombramiento, como adelantó Vozpópuli, significa el alejamiento de Rafa Mayoral de los principales cargos del partido, pero también el hecho de que tanto Del Olmo como Irene Montero han colocado a una persona de máxima confianza en una de las secciones más delicadas del partido. Algunas fuentes de Podemos sostienen que su nombramiento sirve para reducir la autonomía de Lilith Verstrynge como secretaria de Organización.
Mano derecha y vigilante
Oficialmente Vivas actuará como “mano derecha” de Lilith Verstrynge en la difícil encrucijada de la historia de Podemos tras la salida de Pablo Iglesias. Verstrynge se enfrentará al gran problema de relanzar la organización del partido. Los círculos morados están desapareciendo; Podemos ha perdido pulso en los territorios y las purgas han reducido la captación de talento. La ausencia de aparato es la razón, según algunos, de la promoción de Montero a la exasesora de Iglesias en la vicepresidencia.
No obstante, fuentes de Podemos aseguran que Verstrynge "no es de la cuerda" de Irene Montero. Y es por ello que ahora la número dos puede aspirar a encorsetar la actividad de jefa de la Organización con la presencia de Vivas. La frontera entre ayudar y vigilar, en definitiva, es muy sutil, y la acción de Vivas puede garantizar a Montero y Belarra que Verstrynge cumpla con las órdenes de la dirección aunque sean impopulares. Verstrynge, de hecho, tiene una formación más teórica que práctica de política de base, lo que favorecerá la tutela de Vivas, y, tal vez, condicionará su trabajo.