El pasado domingo 10 de septiembre falleció el británico Ian Wilmut a los 79 años. A muchos les sonará desconocido este nombre, pero fue uno de los científicos embriólogos más importantes. La Universidad de Edinburgh ha anunciado su muerte a través de un post en X (antes Twitter), en donde comunicaba que la familia pide privacidad y respeto.
El 5 de julio de 1996, Wilmut y su equipo idearon una técnica pionera para clonar mamíferos a partir de una célula adulta y de este experimento nació la oveja Dolly. La investigación revolucionó el panorama de la clonación genética y creó pánico a nivel internacional por la posibilidad de la clonación humana.
El resultado de este experimento ha causado gran impacto en la comunidad científica y aún a día de hoy es utilizado como referencia para diversas investigaciones biológicas, tanto humanas como animales. Wilmut se retiró del mundo de la ciencia en 2012 y, unos años después, reveló que padecía párkinson.
La técnica de clonación de Ian Wilmut: el nacimiento de la oveja Dolly
El equipo a cargo de esta investigación estaba conformado por Keith Campbell -quien falleció en 2012 tras ahogarse a causa de ebriedad-, Angelika Schnieke e Ian Wilmut a la cabeza. Pese al gran impacto de su experimento, estos científicos no han sido los pioneros en la clonación.
Treinta años antes del nacimiento de la oveja Dolly, en 1962, el británico John Gurdon clonó una rana de uñas africanas, lo que le llevó a ganar el Nobel de Medicina cincuenta años después, en 2012. La técnica empleada consistió en extraer un óvulo fecundado y en su núcleo ubicar una célula proveniente del intestino de la rana. Gracias a esto se confirmó que una célula adulta tiene información genética suficiente para que el resto de funciones del organismo se desarrolle.
Ian Wilmut y su equipo retomaron las investigaciones de Gurdon en la Universidad de Edimburgo. En su caso optaron por una oveja. Dolly, que fue nombrada en honor a la cantante estadounidense Dolly Parton, nació de la célula de la glándula mamaria de una oveja Dorset Finn. El equipo de Wilmut mantuvo en secreto a Dolly hasta principios de 1997.
Le detectaron una artritis en 2001, que ocasionó la duda de que los animales clonados envejecían prematuramente. Pero la oveja Dolly consiguió sobrevivir hasta el 14 de febrero de 2003, después de que le aplicaron la eutanasia por un cáncer de pulmón.
Hasta entonces, disfrutó de una "calidad de vida normal". Dolly -y Wilmut- llegó a dejar legado: varias crías nacieron entre 1998 y el 2000. Actualmente, su cuerpo disecado se encuentra expuesto en el Museo Nacional de Escocia, en Edimburgo.