Los narcos marroquíes del hachís se mudan a Fuerteventura. La Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han detectado un incremento de la actividad de estas organizaciones criminales a raíz de la férrea vigilancia que existe en el Estrecho de Gibraltar, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. Una ruta más complicada para los criminales, pero con la que corren menos riesgos con el objetivo de colocar la droga en la Península y después trasladarla a otros países de Europa.
Algeciras está cada vez más controlado. Ese es el temor que ha corrido como la pólvora en el último año dentro de los principales grupos de narcos marroquíes. La presión de la Policía Nacional y la Guardia Civil ha dado sus frutos en toda la zona del Estrecho.
El recorrido del hachís
Los suculentos beneficios que se llevaban por este negocio han dejado de ser rentables. Esta ruta de los narcos tiene el alto coste de tener que pagar una planeadora y un piloto con el riesgo evidente que supone y las pérdidas de tener que volver a empezar si son apresados.
Ante esta situación, los principales narcos del hachís marroquíes han señalado un nuevo punto en el mapa: Fuerteventura. La isla tiene kilómetros y kilómetros de playas sin vigilancia y donde campan los turistas. Una zona perfecta para descargar los alijos tranquilamente y con mucha seguridad.
¿Cómo llega el hachís desde Marruecos?. Esa pregunta tiene dos respuestas. Los narcos trasladan la droga desde la ciudad de Tan-Tan y después la desplazan hasta Tarfaya. Desde esta ciudad a Fuerteventura son unos cien kilómetros, 60 millas de navegación, que realizan en menos de un día.
De Fuerteventura a Madrid
Para llevar a cabo este trabajo utilizan una zodiac con un motor de apenas cuarenta caballos para entrar sin muchas prisas y contratiempos en España. Una vez el hachís llega a Fuerteventura, comienza la parte complicada del trabajo que supone redirigir las rutas hacia la Península.
Ese es el punto más difícil y arduo para estas organizaciones criminales. Pagan una cantidad de unos 300 euros para que los fardos sean trasladados por empresas de logística legales a Madrid. En ese punto tienen colaboradores de confianza que o bien lo guardan, en zonas como Vallecas, o los montan en furgonetas de alquiler para bajarlos al sur.
Los policías se juegan la vida
Los investigadores de la droga se juegan la vida para perseguir el rastro de estos delincuentes. En las vigilancias estrechas algunas veces han sido 'mordidos', término que se utiliza cuando son descubiertos, y ha corrido peligro su integridad. En una de las últimas operaciones, uno de estos grupos intentó atropellar a un agente.
A pesar de todas estas complicaciones, tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil siguen dando 'golpes' constantes a estas organizaciones criminales de narcos. La última conocida fue la 'Operación Citizen' desarrollada por los agentes de la UDYCO de Canarias.
Los agentes intervinieron en un chalet de Fuertventura 510 kilos de cocaína y una tonelada y media de hachís. La banda criminal utilizaba un entramado logístico propio de una empresa multinacional para recepcionar y distribuir la droga por la geografía española.
España, puerto de los narcos
En este caso el destino final del hachís de los narcos era Fuengirola desde esa zona, previsiblemente en contenedores, el alijo se ditribuía por los países europeos. Desde hace tiempo los crimanales usan a España como 'puerto' de la droga porque los principales beneficios los obtienen en países como Reino Unido o Alemania. Allí los precios del hachís se duplica.
Aún queda por comprobar si la última operación policial ha hecho mella en estos narcos. Los daños, a pesar del esfuerzo policial, son mínimos, ya que los beneficios menguan los resquicios económicos que sufren. Sin embargo, con el último golpe de la Policía Nacional, estos delincuentes tendrán que volver a diseñar su estrategia, lo que conlleva un tiempo de tranquilidad o un paso al frente de otras bandas.