Los policías que entraron en la casa donde se ocultaba María Sevilla encontraron un panorama "desolador". Los dos niños que estaban en la casa parecían "lobos" y llegaron a "oler" a los agentes de Policía Nacional que detuvieron a su madre por secuestro. Llevaban semanas ocultos entre grandes medidas de seguridad pero el extraordinario trabajo de los agentes adscritos a la Policía Judicial de Plaza Castilla propició que se consiguiera dar con su paradero, según han recordado a Vozpópuli fuentes de la investigación.
Los hechos se remontan a marzo de 2017. En esa fecha, María Sevilla se trasladó de Madrid a Granada con el hijo, que por aquel entonces tenía 11 años, que tiene en común con su expareja, Rafael Marcos. No le consultó y la justicia otorgó la custodia del menor al padre en diciembre de ese año.
María Sevilla en una pedanía
La mujer se encontraba en busca y captura desde septiembre de 2018 por incumplir esta sentencia judicial. Los agentes de la Policía Judicial estuvieron únicamente dos meses con las investigaciones. En un primer momento investigaron una pista en Granada ya que la vicepresidenta de Infancia Libre, Rocío de la Osa, era de allí. Después centraron sus pesquisas en Sevilla La Nueva, un municipio madrileño por donde se movía Sevilla.
De esta forma llegaron hasta una pedanía de 6.000 metros cuadrados en la localidad conquense de Villar de Cañas. Allí, los agentes comprobaron que se encontraba escondida en una urbanización despoblada y totalmente vallada. Sevilla estaba oculta con su hijo, su actual pareja y una hija que tienen en común.
Una cinta opaca cubría la casa
Los niños solo podían salir de la casa media hora al día. Los agentes rodearon la casa en un dispositivo durante cuatro días para reunir las pruebas suficientes y que el juzgado pudiera otorgar la orden de entrada y registro en su interior. Habían instalado una cinta opaca de color azul para que no se pudiera ver lo que sucedía dentro de la casa.
Con la orden correspondiente, los agentes consiguieron acceder a su interior el sábado 30 de marzo de 2019. "Tenían un perro de la raza pitbull que redujimos sin ningún problema. Al ver a los niños parecían 'niños lobo'. Llegaron a oler a los funcionarios", explican fuentes de la investigación a Vozpópuli.
Los niños estaba sin escolarizar y llevaban meses sin tener asistencia sanitaria. La madre les daba clases en una especie de cuarto de juegos donde les trasmitían los mensajes evangélicos con cuadernillos espirituales. "Había gran carga de adoctrinamiento en los niños. Cuando les llevamos en el coche de vuelta estaba totalmente en shock", detallan estas fuentes.
La investigación para dar con la localización de María Sevilla pasó por diferentes unidades de la Policía Nacional pero finalmente fue la Policía Judicial de Plaza Castilla, la que dio con el paradero de la familia. Después volvió el niño al cuidado de su padre.
La evolución del niño
En una entrevista a Vozpópuli, Marcos se mostró orgulloso de la "enorme evolución" que ha experimentado su hijo, que ahora tiene 15 años. "No era difícil mejorar por el estado en el que llegó. Vino con un nivel académico de segundo de primaria. No sabía restar grandes cantidades", advierte.
El niño estaba privado de sanidad, le faltaban por poner once vacunas y también tenía algunas alergias. "Todas las hemos superado menos la de trazas de nueces", explica. "Vino con un montón de miedos. Ella le trataba como un niño enfermo. Tenía que llevar una mochila con toda la medicación. Es verdad que tenía alergias pero eran normales", afirma.
"Le hacía creer que era un niño como tonto y muy dependiente de ella. Pero gracias al apoyo psicológico ha podido superar esta dependencia", detalla. Ahora el niño ya está al día en cuanto a las vacunas, tiene aparato dental, va a clases y entra y sale de casa en compañía de sus amigos.
Miedos
También está medicado ya que cuenta con un déficit de atención. Unas pastillas que la madre no quería que se tomara a pesar de que los sanitarios lo han requerido. En la actualidad tiene 15 años y se encuentra estudiando segundo de la ESO. "Le cuesta mucho pero va sacando las cosas mientras tiene extraescolares y disfruta del pádel", asegura.
Cuando fue rescatado por los agentes de la Policía Judicial adscritos a Plaza Castilla al menor le habían inculcado grandes creencias religiosas evangelistas. "Ahora no cree dice que es mentira. También tenía muchos miedos. Sobre todo a dormir solo, a que le juzqguen y a que le trataran como un niño corto. Ha superado sus inseguriades", agradece.
Una de las cosas que el niño no quería hacer en un principio era comer en restaurantes. "Les tenía pavor", explica el padre que es cocinero de profesión. Gracias a ir a los establecimientos y hablar poco a poco con los chefs ha podido superarlo. "Ahora solo quiere ir a los restaurante a comer", bromea Marcos, que tiene una batalla judicial por delante contra el indulto a su exmujer y también tendrá enfrente a la ministra de Igualdad, Irene Montero.
Pensativo
Hoy en otro periódico está la noticia del presunto secuestro de otro niño por lo que Podemos llama “madres protectoras”. El desproposito es tal que yo espero que en las próximas elecciones ese partido y el PSOE que lo respalda salgan del gobierno
S.Johnson
Hay una víctima, quizá dos, a la que es necesario proteger, el niño. Esperemos que no lo olviden... y que se haya llegado a tiempo y no sea irreversible. Y que los fanáticos desaparezcan de la faz de la Tierra.
Cibeles
No entiendo cómo el voto masculino de la población española puede ir a estos partidos para los que el hombre es considerado un maltratados siempre. No sólo los padres sino los abuelos paternos estamos privados en muchas ocasiones del contacto cercano con nuestros niños. El dolor es terrible
Deragon
Como es posible que esta señora haya sido indultada, no hemos vuelto todos locos?,