Le preocupa a Íñigo Errejón la ausencia de primavera y así lo ha reflejado en sus redes sociales, en uno de esos mensajes telegráficos que tanto le gustan a la izquierda malasañera. La que denuncia, pero no ahonda, dado que ir más allá del eslogan a veces es muy cansado.
Un poco antes de la publicación de ese mensaje, los 'artistas' de su partido habían compuesto un cartel en el que se aprecia un cucurucho de helado sobre el que hay una bola del mundo que se derrite. Mónica García iba un paso más allá y afirmaba: “El negacionismo del PP pone en riesgo nuestra salud”. Vaya, que culpaba a Isabel Díaz Ayuso de que haga calor y de que los pobres pingüinos tengan que pasar el mes de julio a 25 grados en la Antártida.
Desde hace un tiempo, cada vez que hace calor, los informativos dedican infinidad de recursos a abordar este tema y 'los errejones' se desgañitan con la vehemencia propia de los profetas del Apocalipsis. La temperatura media ha subido 1,8 grados en Madrid entre 1973 y 2021. El grado de atención mediática y política de cada ola de calor y cada tormenta, temporal, ciclogénesis explosiva, tornado en Oklahoma y dana en Florida... se ha disparado hasta lo insoportable. Hasta lo paródico.
El informativo de La Sexta dedicaba este martes a mediodía varios minutos a hablar de la 'ola de calor', de lo mal que lo pasan los estudiantes que se examinan estos días (a los que regalan "fruta ecológica"), de lo agotador que es ser obrero de la construcción en estas condiciones y de la escasez de agua en los embalses. En un momento dado, mostraba unas imágenes de un día de junio bochornoso, en 1994. Aparecía una señora remojándose en una fuente, el experto de cabecera -en este caso, Bernabé Tierno- alertaba sobre el aumento de los asesinatos cuando el sol aprieta; y una mujer, sofocada, atribuía los 43 grados a la actividad de los volcanes. "O yo qué sé", añadía.
"Algo estaba empezando a ocurrir, pero estas personas todavía no sabían lo que era", decía la voz en off del noticiario. En otras palabras: todavía no se había declarado la alerta climática. Aún no había que soportar todos los veranos a 'los errejones', que aparecen puntualmente cada vez que hace calor, como el sarpullido, y que pretenden todo menos el análisis riguroso de la circunstancia térmica.
Errejón se asa de calor
Habrá quien piense que las palabras de los líderes de la escisión más polite de Podemos buscan abrir un debate serio y honesto con respecto a este fenómeno, pero no es así. Ése no es su objetivo. Ni siquiera el cambio climático es su preocupación. Es la excusa. Una buena excusa, por cierto, pues mientras se envía a una reportera a un parque de Sevilla, no se le tiene recopilando datos macroeconómicos, en rojo. Muy rojo. Más rojo que los mapas meteorológicos.
La izquierda contemporánea emplea el mismo mecanismo en estos casos que los fundamentalistas religiosos: alarma para imponer. Nunca sucede de golpe. La linde se mueve centímetro a centímetro. Con cada día caluroso o cada tormenta, se apela al cambio climático. Con cada anécdota cotidiana, al micromachismo de la sociedad patriarcal. Con cada excentricidad de millonario imbécil, a la necesidad de generar una sociedad más justa. Aquí suele errarse en el análisis, dado que el objetivo de toda esta verborrea no es el cambio. Es el poder. Y tanta ansia tienen por conseguirlo sus líderes que no dudan en impulsar ese cambio. Caiga quien caiga. Eso lo saben algunos de los lobbies más siniestros del entorno internacional. Por eso se posicionan en favor de esta izquierda pop.
Conversaba hace unos días con Ramón Tamames sobre la figura de Pedro 'El Ermitaño', que según Carlo Cipolla fue un influyente religioso medieval cuyo ascetismo le resultaba demasiado duro. Tan sólo comía carne y pescado, pero no le gustaban sosos. Cuenta la leyenda que convenció a diversos jóvenes de la época para embarcarse en cruzadas contra los musulmanes. El objetivo que planteaba era el de llevar el cristianismo a tierras de infieles. En realidad -cuenta Cipolla- el religioso soñaba con la apertura de nuevas rutas comerciales -cerradas tras la caída de Costantinopla- que le permitieran condimentar con pimienta sus alimentos.
Desconozco el gramaje de verdad que habrá en esta anécdota, pero el mecanismo del ermitaño es el mismo que emplea la izquierda de Más País y el resto de marcas blancas progresistas. Convencen a los ciudadanos de la existencia de un fin elevado -se llamaba Dios, se llama igualdad o justicia climática- con un único objetivo: el de tratar de aferrarse y mantenerse en la cúspide de las sociedades.
La izquierda machacona
Recurren al alarmismo de forma diaria y son inasequibles al desaliento. Y no debaten porque saben que los diálogos siempre resultan menos efectos que la imposición. E imponer es muy sencillo si se recurre al miedo, al chascarrillo y a la sobreabundancia de mensajes. Habrá quien relacione estos días en la subida del precio de la electricidad con la planificación de la política energética, que se ha entregado en cuerpo y alma a 'lo verde' sin disponer de una alternativa consistente a los combustibles fósiles.
Esa persona se equivocará. Así se lo harán saber Errejón, Mónica García y compañía. Le dirán que la culpa de todo la tienen el oligopolio energético y el neoliberalismo voraz. Nunca el fundamentalismo supuso un problema para la estabilidad de las sociedades y para nuestros bolsillos. ¿Cómo puede usted pensar eso?
¿Y cómo decirle a Errejón que desde mediados de abril hace buen tiempo y en mayo la floración le ha hinchado a usted las narices y enrojecido los ojos? Usted siempre se equivoca. Errejón y su grupo de iluminados nunca pierden la razón. En ninguno de los dos sentidos que puede adquirir esa frase. ¿Cómo puede usted pensar lo contrario?
Yorick
Hasta en un medio tan hostil como el sistema de comentarios de VP proliferan parásitos y apologetas de la estulticia. Nada acabará con ellos: ni el mítico cambio climático ni el zotal. Acabarán con lo poco de sapiens que queda en el planeta.
Chus
EL INFIERNO SON LOS NUESTROS. Si en el teatro de Jean Paul Sartre ("A puerta cerrada"), "el Infierno es el otro" hoy, para la Izquierda clásica (la que no es Disidencia Controlada; controlada por el globalismo), "el infierno son los nuestros".
Tisvepunez
"En las diversas tradiciones, digo de la izquierda: - Yo nunca me he reconocido en esa palabra. Digo de la izquierda en sentido amplio. Digamos, en las diversas tradiciones del pensamiento emancipador." (Errejón, 26 de noviembre de 2021, en una charla pública, con Amador Fernández Savater) Es evidente que Errejón no se siente representado por la izquierda, así como que el pensamiento emancipador, no es de izquierdas ni de derechas, sino que hay de todo, y lo que une a esa diversidad, es emanciparse de una situación que consideran injusta, para alcanzar una situación que consideren más justa que la anterior. Saludos.
Tisvepunez
"Nos llamamos nacional populares porque nuestras conquistas no son de parte, sino para toda la nación." (Iñigo Errejón, 15 de abril de 2022) Es evidente que Errejón no está ni en la izquierda, ni en la derecha, sino que trasciende a ambas. Saludos.
Tisvepunez
"El segundo mal, es el mal, si queréis, contrario: - El mal según el cual, las fuerzas progresistas, en todos los lugares podrían tener patria, menos en España. Que tendríamos algún tipo de particularidad, por la cual, aquí [en España], la reivindicación nacional le está vetada a las izquierdas. No es un vocablo que a mi me interese particularmente el de: - Las izquierdas. Se lo regalo al que quiera. [Le está vetado] a las fuerzas progresistas." (Errejón el 25 de noviembre de 2017, durante su intervención en las jornadas "Volver a Mirarnos" en la universidad de Córdoba, España) Saludos.
Sor Intrepida
Buen artículo Ruben.Sobre los iluminati de siglo XXI.
00_andurinha
Errejón y su tropa son unos sacamantecas de libro que asuntan a todo ignorante que se les cruza; en medio incluso consiguen llevarse a gente con cierta formación intelectual, que generalmente ven cualquier propuesta con mucha buena fe y poca profundidad en el análisis. Arranz, me ha gustado tu artículo. ¡Enhorabuena!
Kj26
Qué Errejon, experto en calentar el medio político, pontifique sobre el Cambio Climático no debe sorprendernos. Es lo suyo. Hablar de lo que ni puede demostrar, ni es evidente la causa efecto. Aunque con un objetivo: alcanzar cuotas de poder, engañando a los más crédulos y captando sus votos. El artículo toma una cita del manual progre: "de lo mal que lo pasan los estudiantes que se examinan estos días (a los que regalan "fruta ecológica"), de lo agotador que es ser obrero de la construcción en estas condiciones y de la escasez de agua en los embalses." Mi padre segaba la mies con hoz y se pasaba en el campo de sol a sol. Ese si que sufría el cambio climático. Hoy las cosechadoras hacen la faena. El relato del 'Cambio Climático' es muy sufrido, no hay que demostrar nada. Si hace mucho calor, cambio climático. Si hace mucho frio, cambio climático. Si sopla el viento, cambio climático. Quién se atreve a decir que nos están engañando? Por favor, que alguien pregunte a los políticos tan preocupados por el cambio climático que planes tienen para: 1. sustituir todos los vehículos de explosión, por eléctricos. Pero que para llegar a todo el mundo deberán poder comprarse entre 15-20000 eur. 2. Que van a hacer para abaratar las baterías, que con carga rápida no pasan de tres años de vida y vienen a costar 10000 eur.? 3. Que van a hacer para abaratar la construcción e instalación de paneles solares? 4. Que van a hacer para asegurar que el alcance de un eléctrico sea igual al menos que el de uno de combustión. Puntos de recarga, cambio de baterias... Verán que no tienen respuesta. La alarma del político es proporcional a su ignorancia y a su incapacidad para asegurar que el nivel de vida de todos los ciudadanos se mantiene en la transición. Y este es el asunto, nos quieren perjudicar, reduciendo el nivel de vida varios escalones y no tienen otra escusa que el Cambio Climático. Ya saben que ni a favor, ni en contra hay base para discutir.