España

Omella reprocha a Sánchez la "crispación social" provocada por sus pactos de investidura

El presidente de la Conferencia Episcopal y cardenal arzobispo de Barcelona invita al nuevo Gobierno a que piense "en España y asegure siempre la igualdad entre todos los ciudadanos"

El presidente de la Conferencia Episcopal (CEE) y cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha pedido a Pedro Sánchez que trabaje "activamente" con el resto de fuerzas para "coser las heridas sociales" que han provocado "algunos de los recientes pactos de investidura".

Omella se ha dirigido directamente al recién elegido presidente del Gobierno, a quien ha enviado este mensaje antes de finalizar el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Epsicopal.

"Invito al nuevo Gobierno a trabajar con la mirada puesta a largo plazo, pensando en la España que queremos dejar a las próximas generaciones, un país unido capaz de enriquecerse con las diferencias culturales y que asegure siempre la igualdad entre todos los ciudadanos", ha reclamado.

El cardenal arzobispo de Barcelona no ha obviado la conflictividad en las calles y ha pedido a los dirigentes políticos y líderes sociales y de opinión que pongan "todo lo que esté de su mano para bajar el clima de crispación social"

Al tiempo, ha hecho un llamamiento al diálogo social "sin cordones sanitarios ni exclusiones".

El presidente de la Conferencia Episcopal ha afirmado que todos los pactos son lícitos en la medida que respeten el ordenamiento jurídico, el estado de Derecho, la separación de poderes, aseguren la igualdad de todos los españoles y garanticen el equilibrio político, económico y social de la Constitución.

Necesidad de un amplio consenso

En cualquier caso, ha significado que "cualquier acuerdo que trate de modificar el statu quo pactado por todos los españoles en la Constitución de 1978 debería contar, no solo con el consenso de todas las fuerzas políticas de nuestro arco parlamentario, sino también con el apoyo de una mayoría muy cualificada de la sociedad, como establece la propia Constitución". Y ha alertado de que, de no ser así, "tales pactos solo conducirán a una mayor división y confrontación entre los españoles".

"No vale el inmovilismo para frenar cualquier reforma. Pero tampoco valen tentativas reformistas que fragmenten la convivencia en España", ha subrayado.

En el orden socioeconómico, Omella ha considerado que "la cohesión social está en riesgo", quien ha lamentedo que la mayoría de las familias españolas han perdido poder adquisitivo continuamente desde 2008, un hecho que se ve agravado por la creciente inflación.

Ante esto, el presidente de la CEE ha criticado que las administraciones central y autonómicas, a diferencia de otros países, no hayan corregido el efecto de la inflación en el sistema tributario en beneficio de los ciudadanos.

Aumenta la brecha social

Y ve preocupante que vaya creciendo la desigualdad y la injusticia social, ya que "pueden ser la cuna para populismos y desestabilizar el actual modelo de estado social y democrático de derecho".

"La democracia es el mejor de los sistemas políticos posibles, pero hay que cuidarla. La democracia enferma cuando se cuelan la corrupción y la mirada cortoplacista de los gobernantes políticos y de los dirigentes económicos, lo que conlleva que no se aborden los urgentes problemas estructurales", ha apuntado.

Por eso, ve necesario que los partidos políticos mayoritarios, pensando en el bien común, identifiquen los temas de Estado y trabajen unidos para alcanzar acuerdos duraderos para varias legislaturas.

Omella ha criticado las "respuestas cortoplacistas de las administraciones públicas española y europea" en materia de migración y ha lamentado que el derecho a migrar de forma segura, salvaguardando la dignidad de las personas en movilidad y frenando la acción de las mafias, no está garantizado.

Otra cuestión que ha centrado parte del discurso de Omella es el reto de la educación afectiva y sexual de niños, adolescentes y jóvenes "ante el incremento de los embarazos no deseados", de agresiones entre menores, así como la adicción y el acceso a la pornografía cada vez a una edad más temprana.

"Parece evidente que nuestro país no ha acertado en el modelo educativo en materia afectivo-sexual", ha lamentado el arzobispo de Barcelona, que apuesta por una educación afectivo-sexual que enseñe que la sexualidad "es bella" y no violenta "pero que necesita cumplir unas condiciones para que edifique a la persona y no la destruya".

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