La alarma sobre la adicción a los opioides se encendió a nivel mundial el pasado 2023 al viralizarse las imágenes de barrios 'zombies' en Estados Unidos. El fentanilo representa uno de los mayores problemas que enfrenta la sociedad estadounidense, una plaga se ha ido expandiendo por todo el globo. El nitazeno, otro tipo de opioide hasta 40 veces más fuerte que el fentanilo y 140 veces más potente que la morfina, ha llegado a Europa y se ha llevado la vida de 200 personas.
Ya en 2019 la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) recibió una alerta sobre nuevas sustancias psicoactivas (NSP), pese a existir desde hace décadas. Los opioides sintéticos empezaban a cobrar popularidad en el mercado ilegal y en 2020 fueron el grupo con mayor número de NSP. Este nuevo grupo de droga de diseño eran los nitazenos, que comenzaron a reportarse a la Oficina de la ONU en Canadá, Estados Unidos y Europa.
Los nitazenos que empezaron a aparecer en 2020 tenían un efecto similar al fentanilo y se encuentran bajo revisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a su alto nivel de adicción. El problema de esta droga es que, al contrario que otros tranquilizantes como la morfina o la heroína, el nitazeno es una familia de opioides.
En la calle se conoce como la droga 'Frankenstein' porque puede modificarse su composición molecular para obtener una serie de efectos determinados y así crear distintas sustancias. En total se conocen 20 subtipos de este opioide, siendo el más popular el isotonitazeno, al cual llaman 'iso' o 'toni'. El Ministerio de Sanidad incluyó este nitazeno en la lista de estupefacientes de especial vigilancia en 2021.
Suelen venderse en forma de polvos blancos -también azulados, amarillos o marrones-, aunque también se han visto mezclados en pastillas con otros opioides como la oxicodona (desde 2022). Al combinar los nitazenos con otras sustancias, incrementa los riesgos de daño e, incluso, la muerte.
200 muertes desde 2019: la potencia del nitazeno ha acabado con agentes
Desde 2019 que se encendió la alarma, el nitazeno ha causado 200 sobredosis en Europa y Estados Unidos. Una de las últimas tuvo lugar en Boulder, en el estado de Colorado (en esta zona del país se han dado once fallecimientos por culpa de esta sustancia). Aunque no es una cifra tan alta como las que se ven en otras drogas, la urgente preocupación nace de la rapidez a la que han aumentado las muertes.
En 2020 se dataron diez sobredosis de esta sustancia, lo que significa que las 190 personas restantes fallecieron desde 2021 hasta ahora. La crisis de los opioides y las drogas sintéticas está presente cada vez en más territorios y con más fuerza. Según reportó la UNODC, en 2022 fueron incautados más de 800.000 kg de precursores químicos de drogas sintéticas en puertos de todo el mundo.
Las dificultades para detectar el nitazeno imposibilita que se pueda conocer el número exacto de sobredosis por este opioide. Además, la continua aparición de nuevas fórmulas ayuda a este problema de localización. El laboratorio identificó que una de las dos muertes en Boulder ha sido por una versión inédita de este opioide, N-Desetil etonitazeno -considerada la primera muerte por este compuesto-.
La ONU, a través de varios de sus organismos, ha alertado en multitud de ocasiones del peligro que supone los opioides y que su manipulación incorrecta puede tener consecuencias fatales en los agentes que la intervienen. "Ha habido situaciones en las que han muerto agentes porque abrieron un paquete como si fuera cocaína y resultó ser fentanilo", indica la oficial de ciencias forenses de la UNODC en Costa Rica, Marcela Ruiz.
Como solución, la UNODC ha puesto a servicio de los agentes una formación práctica sobre identificación de drogas que reforzará la capacidad de las fuerzas del orden y de los expertos en control. De esta manera, aprenden a manipular este tipo de sustancias con seguridad y usar los equipos de protección adecuados, así como a deshacerse de ellas.
El origen del nitazeno
Los opioides aparecieron en los años 50 de la mano de la empresa química suiza CIBA en la búsqueda de diferentes sustancias que actuasen como analgésicos. Pero la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU nunca aprobó su comercialización por dudas sobre su utilización.
Pese a su prohibición, laboratorios ilegales pudieron acceder al historial de las investigaciones farmacológicas y desarrollaron la sustancia como una droga. Al contrario que el fentanilo, el nitazeno nunca ha cumplido la función de medicamento ni han tenido un objetivo sanitario definido.
Los nitazenos no están controlados por ninguna ley ni convención. Era una droga que había sido olvidada hasta que puso los pies en la calle en 2019. Las primeras apariciones fueron en el Medio Oeste estadounidense, más tarde se detectó en Washington D.C. y desde el 2022 su mercado ilegal ha ido creciendo cada vez más, traspasando las fronteras del país norteamericano.
Los problemas para detectar este opioide son uno de los principales inconvenientes en la lucha para frenar la adicción de opioides. Son necesarias pruebas de laboratorio especializadas para identificar esta droga psicoactiva en tests de toxicología y las tiras reactivas de fentanilo no funcionan con los nitazenos, por lo que es más difícil localizar dónde se consumen más. Las complicaciones para su detección también obstaculizan que puede investigarse sobre esta sustancia.
Por el momento, además de la detectada en Estados Unidos, existen otras seis patentes originales, aunque continuamente hay fórmulas nuevas -como la de las dos últimas muertes confirmadas en Boulder, Colorado-. Pese a no haber demasiada investigación, se sabe que el nitazeno comparte varios síntomas de sobredosis en opioides como la morfina o el fentanilo: pupilas reducidas y ralentización en los sistemas respiratorio y nervioso. Su fuerte potencia, además, puede ocasionar que los síntomas se manifiesten rápidamente.
Christopher Holstege comenta a The Conversation que el relajante muscular naloxona -conocido como Narcan- sirva para contrarrestar los síntomas de las sobredosis de nitazenos, como ocurre con el fentanilo. No obstante, debido a que el efecto de esta droga de diseño es superior a otros opioides, serían necesarias un mayor número de dosis y más potentes.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha denunciado a empresas chinas por enviar la materia prima necesaria para crear este componente que los cárteles y narcotraficantes mexicanos y estadounidenses luego venden en la calle.