España

El Opus Dei cambia de tercio y se expone mediáticamente sobre Torreciudad explicando su versión del conflicto

Tras meses de silencio informativo, la prelatura publicó en su página web un documento de preguntas y respuestas sobre lo que lleva aconteciendo en el santuario en los últimos años

  • Vista aérea del Santuario de Torreciudad (Huesca).

Llueve sobre mojado en el conflicto entre el Opus Dei y la diócesis de Barbastro-Monzón acerca de Torreciudad. El gran tema de debate en la esfera pública del catolicismo patrio sigue enquistado como lo lleva estando desde julio del 2023. Nunca en la historia de Secastilla (Huesca), la pequeña localidad de apenas 150 habitantes que alberga la ermita, se había producido un cisma de tamaña entidad.

Como bien recordarán nuestros lectores, pues en Vozpópuli hemos dado un gran seguimiento a esta cuestión, la cordialidad entre ambas partes saltó por los aires el pasado 18 de julio, día en el que Ángel Javier Pérez Pueyo, obispo de la diócesis de Barbastro-Monzón, cesó de su cargo como rector de Torreciudad a Ángel Lasheras, nombrando como nuevo garante del santuario a José Mairal.

El Opus Dei, molesto por la contundencia de la acción llevada a cabo por el Pérez Pueyo, presentó un recurso ante el obispado, alegando que no era competencia del pastor poner o quitar rectores. Este conflicto, que llegó incluso a oídos de la Santa Sede, no es en absoluto nuevo.

En el año 1962, la diócesis de Barbastro y la Inmobiliaria General Castellana (ya extinta, ahora denominada Desarrollo Social S.A.), a través del obispo y el consiliario del Opus Dei, respectivamente, firmaron ante notario una serie de acuerdos que culminaron en un censo enfitéutico, a través del cual el obispado cedió el dominio útil la ermita y la hospedería al Opus Dei, con el fin de reservarse el dominio directo y la consecuente pensión anual en reconocimiento de esta propiedad.

Así pasaron los años hasta 2021, incluyendo la construcción en 1975 por parte de la Obra del templo que ahora corona la zona. El pacto firmado trajo la normalidad a una situación que llevaba mucho tiempo astillándose, aunque el fiel promedio supiera poco o nada de este conflicto en la sombra.

Ambas partes, al margen del nombramiento de Mairal que dio origen a mediatizar sus diferencias, pusieron encima de la mesa sus diferentes quejas. Por parte de la diócesis, y citando fuentes del obispado consultadas entonces, el 3 de enero convinieron con la prelatura en la idoneidad de rescatar el censo enfitéutico y elaborar un nuevo contrato.

El 30 de agosto, por su parte, el Opus Dei remitió a la diócesis una propuesta de nueva configuración canónica que erigiera Torreciudad como santuario diocesano, pero no obtuvo respuesta alguna más allá de una nota de recepción por parte del obispado.

A propósito de rescatar el censo, el Opus Dei recibió el 2 de diciembre a través un burofax la citación a un acto de conciliación Juzgado de Barbastro solicitado por el obispado a solicitud del obispado. A la mesa de diálogo propuesta para el 20 de diciembre no se sentó el Opus Dei, que considera que el acuerdo debe ser revisado, pero en ningún caso restituido de cero, decidió, tras la recomendación de su equipo jurídico, "la no comparecencia porque ya estaba abierta la vía de la negociación y por la naturaleza de las reclamaciones exigidas".

Si nos vamos al otro lado del conflicto, más de lo mismo. El obispado no da su brazo a torcer ni pretende dar marcha atrás al nombramiento de Mairal porque considera que lo pactado en 1962 se encuentra desactualizado y la Inmobiliaria General Castellana, entidad que formalizó el acuerdo, está extinta. Por su lado no cabe más que un nuevo entendimiento.

El Opus Dei rompe su silencio mediático

Mientras tanto, en estos meses el obispado sí ha publicado comunicados de prensa respondiendo a las cuestiones de actualidad desde el famoso nombramiento en julio, el cual no entró en vigor hasta el 1 de septiembre de 2023. El Opus Dei, por su parte, las escasas declaraciones habían sido entre bambalinas, en ese tira y afloja entre periodistas y prelatura a través de su gente de comunicación.

Pues bien, eso cambió radicalmente el pasado 1 de marzo, cuando el Opus Dei publicó en su página web un documento de preguntas y respuestas, dirigido a sus fieles, sobre todas las cuestiones que rodean al cisma de Torreciudad. Desde su punto de vista, por supuesto.

Si uno accede al documento, se ve como el Opus Dei trata de contextualizar la situación de Torreciudad, haciendo un breve repaso histórico de los hechos desde 1962, fecha de la firma anteriormente citada. Posteriormente, proceden a responder a algunas cuestiones básicas en todo este asunto, tales como a quién pertenece la ermita, la talla de la Virgen y su uso, el templo de 1975, el sostenimiento económico del santuario y en qué fase se encuentra el conflicto civil entre ambas entidades.

Dos apuntes significativos de lo publicado por el Opus Dei. En relación con el mantenimiento, la prelatura sostiene que "los gastos de sostenimiento se atienden, en primer lugar, con las limosnas y donativos que ofrecen los peregrinos y visitantes, y con el excedente que dejan algunas actividades como la exposición 'La experiencia de la fe'".

"Sin embargo, estos ingresos cubren menos del 30 % de los gastos anuales del santuario. Para equilibrar el presupuesto y garantizar la sostenibilidad de todo el conjunto, se constituyó la Asociación Patronato de Torreciudad, que, con voluntarios de todo el mundo, desarrolla una intensa actividad de búsqueda de recursos", finaliza el escrito.

A fecha de 2022, el Opus Dei cifra el gasto total de Torreciudad en 1.388.916 euros. Respecto a los ingresos, según la prelatura, recogen 399.985 euros de actividad ordinaria y 1.069.942 de actividad extraordinaria. Con respecto a las dificultades de encarar una solución a corto plazo, en el documento sitúan como clave la disparidad de criterios respecto a rehacer el censo enfitéutico y la desproporcionada "aportación que la diócesis planteó en su día".

Fuentes del Opus Dei consultadas por este periódico apuntan que la publicación de este documento responde a la "necesidad imperante de dar su versión", del mismo modo que señalan que hay "cero avance" y que las "conversaciones no se han roto, pero no existen novedades jurídicas reseñables". El obispado, por el momento, no tiene intención de hacer declaraciones.

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