La bomba que Jordi Pujol lanzó el pasado 25 de julio al anunciar en un comunicado que había ocultado a Hacienda durante más de 30 años su abultado patrimonio en el extranjero, puso en alerta al líder de los republicanos, Oriol Junqueras, principal socio de Artur Mas dentro del frente soberanista. La cúpula de ERC enseguida captó que Pujol había lanzado una carga de profundidad en la línea de flotación del proceso para salvar sus intereses personales e intuyó que la siguiente detonación podía tener como objetivo a Mas, la persona que más ha contribuido en los últimos años a enriquecer la bolsa de votos de los republicanos y a colocarles, según la mayoría de las encuestas, como primera fuerza política en Cataluña.
Artur Mas ha mantenido este agosto reuniones discretas con Junqueras para medir el impacto del 'caso Pujol'
Oriol Junqueras ha mantenido varios encuentros discretos este verano con Artur Mas y en ellos, además de analizar el impacto del ‘caso Pujol’ y de pulsar su estado de ánimo, le ha preguntado directamente al presidente catalán si puede saltarle algún escándalo equivalente en su impacto al que ahora protagoniza su predecesor en la Generalitat. La respuesta de Mas ha sido inmediata: “No me pasará como a Pujol, no tengo trapos sucios que esconder”.
“La lógica nos dice que si Mas tuviera algo gordo en su armario, algún patrimonio oculto en el extranjero sin declarar, no hubiera llegado hasta aquí y se habría apeado mucho antes de esta aventura”, apunta un alto cargo de Esquerra Republicana. “Hasta ahora, creemos que está siendo sincero con nosotros y como sabemos que es una persona inteligente damos por hecho que si tuviera algo que ocultar, algún asunto turbio, habría abandonado el barco comprendiendo que el Estado tiene los medios y la capacidad suficientes como para descubrirle. Lo de Pujol es una vergüenza, pero de momento este torpedo lo aguantamos”, asegura la fuente.
Mas le ha dicho a Junqueras que está desde hace tiempo fuera del radar de la Agencia Tributaria y que las sospechas que se levantaron cuando se conocieron las cuentas de su padre en Suiza han decaído y se trata de una “carpeta archivada”.
Sin embargo, este recordatorio ha vuelto a activarse en medios parlamentarios cuando el pasado martes se escuchó al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, preguntarse en alto si los herederos políticos de Jordi Pujol estarán contaminados “por esta presunta herencia” que el molt honorable puso a buen recaudo en Andorra.
Una investigación de Pedraz de 2008
Mas se vio colocado en la diana de todas las conjeturas cuando hace cuatro años, el juez Santiago Pedraz consideró probado que su padre tuvo dinero oculto en Liechtenstein desde los años ochenta, también durante el periodo en el que su hijo fue responsable de Hacienda de la Generalitat con Pujol de president. El propio Mas figuraba como uno de los beneficiarios del dinero depositado en una entidad bancaria de este principado suizo, un detalle que el principal interesado dijo desconocer. Se habló entonces de 2,3 millones de euros refugiados en paraísos fiscales, rastreados por Hacienda desde 2008.
El presidente de la Generalitat considera que el patrimonio oculto de su padre "es una carpeta archivada"
El padre de Mas regularizó los fondos evadidos, sin explicar de dónde procedían. Al igual que ha hecho ahora Pujol, también se llegó a hablar de una herencia, en parte procedente de un negocio familiar compartido con otros dos socios que se vendió en la década de los noventa, una época en la que Mas hijo ocupó cargos de relieve en el Gobierno autónomo catalán, donde llegó a desempeñar, además de la de Hacienda, las carteras de Política Territorial y de Economía, antes de ser aupado por el propio Pujol como ‘número dos’ del Ejecutivo y ser señalado como su delfín.
El patrimonio de Mas volvería al primer plano de la sospecha política si, finalmente, llegar a constituirse la comisión de investigación sobre el ‘caso Pujol’ en el Parlamento catalán, pues hay grupos que ahora están dispuestos a ventilar en ella las corruptelas que han acompañado al nacionalismo catalán durante las últimas décadas. El Gobierno ya ha advertido en público que en esta comisión de investigación, la Agencia Tributaria sí podría volcar mucha de la información confidencial que acumula sobre Pujol y otros contribuyentes de su cuerda.