La principal condición que el PNV pone al Gobierno de Pedro Sánchez para apoyar los Presupuestos Generales del Estado es que se acelere la llegada al País Vasco del Tren de Alta Velocidad (TAV). Las obras del AVE vasco son prioritarias para el partido presidido por Andoni Ortuzar, que niega que esto sea "un chantaje", ya que se trata de "compromisos adquiridos" en el pasado que hay que cumplir para mantener la confianza entre los socios.
La llegada de la alta velocidad a Euskadi es una de las prioridades del PNV. Los peneuvistas quieren que las obras del TAV, largamente postergadas por diversos motivos, se efectúen cuanto antes. Por ello, el propio Ortuzar ha afirmado que para su formación este asunto es incluso previo a la negociación presupuestaria. O sea, para sentarse a negociar los detalles de las cuentas públicas, primero tienen que comprobar que este asunto "se encarrila definitivamente" en las próximas semanas.
En realidad, las advertencias hechas estos días tanto por el propio Ortuzar como por el lehendakari, Íñigo Urkullu, que reclamó la infraestructura esta semana en un acto presidido por Felipe VI, suponen solo un recordatorio en la presión del PNV para que Sánchez acelere el AVE vasco a cambio de mantener su apoyo en el Congreso de los Diputados. Lo recuerdan ahora porque se avecina la aprobación de los Presupuestos y una vez más el voto del PNV es decisivo.
Baza electoral
Ya hace tiempo que en Euskadi se daba por hecho que las obras del TAV terminarían después de lo previsto. Parece que toda la infraestructura no estará lista antes de 2026. Pero el objetivo del PNV es acelerar los trabajos, de manera que la alta velocidad esté en las tres grandes ciudades vascas cuanto antes. A juicio de los jeltzales la consecución de este objetivo, aunque sea parcialmente, puede ser una baza electoral importante de cara a las elecciones municipales de 2023 y a las autonómicas de 2024.
El ejemplo más claro es el de Bilbao. Teniendo en cuenta que la estación del TAV estará en el centro de la ciudad y que los trabajos de soterramiento son harto complejos, el plan conjunto del Gobierno central y el Ejecutivo vasco es, según desveló El Correo, construir antes y de forma provisional una estación a las afueras de la capital vizcaína.
No obstante, el AVE vasco no es la única reclamación que el PNV plantea a Sánchez antes de sentarse a negociar las cuentas. Porque, tal y como viene contando Vozpópuli, los jetlzales también quieren que se encaucen la transferencia al País Vasco de la gestión del Ingreso Mínimo Vital y la cesión de más competencias pendientes en el Estatuto de Gernika. Porque la reciente cesión de Prisiones es solo un hito más entre los acuerdos ya cerrados entre ambos ejecutivos.
"Hacer los deberes"
En ese contexto, Ortuzar remarca una y otra vez estas exigencias que en el seno de su partido consideran innegociables, porque ya están acordadas. "No es chantaje, es hacer los deberes". "Si compromisos que tú has asumido, no se cumplen, ¿con qué seguridad vamos a ir nosotros a una negociación de cosas para el futuro?", expresaba el líder del PNV esta semana. "Debiéramos de ser capaces en estas próximas dos o tres semanas de clarificar, antes de la negociación presupuestaria propiamente dicha, dónde tenemos los 'debes' del Gobierno de España respecto a Euskadi y al PNV, y cómo los vamos sacando adelante".
Más allá de las declaraciones, lo cierto es que la interlocución entre el Gobierno y el PNV es buena y no se prevén sobresaltos entre ambos socios. Destaca en ese sentido el papel de Aitor Esteban, portavoz peneuvista en el Congreso que siempre aboga por el "trabajo discreto" en la relación con el Ejecutivo.