El secretario general del sindicato mayoritario en la Ertzaintza, ERNE, Roberto Seijo, ha comentado este lunes que ya le "gustaría que hubiera compañeros en el pinar de Plentzia (Vizcaya), con gente de paisano, para proteger a todos esos jóvenes, pero es que no hay personal para poner dispositivos preventivos".
En declaraciones a EFE-TV, Seijo ha insistido en la falta de medios de la policía vasca para combatir los altercados que se han producido este verano en Euskadi, cuyo último episodio ha incluido la denuncia por parte de una menor de una violación la madrugada del domingo en Plentzia, colindante con Gorliz, donde los fines de semana se suceden los botellones con incidentes en un gran pinar.
Aunque la alcaldesa pidió ayuda este mes de agosto a las instituciones, Seijo ha señalado que "se le ha prestado auxilio, pero no es suficiente, como se ha visto este fin de semana".
"Lo hemos visto con la banda de los 'koalas' en Amorebieta (dejaron a un joven en coma) y seguimos viendo que hay cuadrillas, aunque no sean bandas, que están ejerciendo la violencia contra la juventud", ha apostillado.
Atentados contra la autoridad
"Vemos día tras día que hay atentados contra agentes de la autoridad, y no tenemos ni los medios ni los dispositivos necesarios para hacer frente a eso. Hay una posición de agresividad que no habíamos visto, y eso viene de como consecuencia de la inacción de las instituciones".
Por una parte, Seijo ha reprochado la inacción de la fiscalía, "que tiene que actuar contundentemente, con tolerancia cero en esos atentados contra agentes de la autoridad, y no se produce".
Por otra, el Gobierno vasco y los ayuntamientos "no se personan en las causas para defender a sus propios trabajadores o las agresiones al resto de la ciudadanía".
A ello se suma que no se realiza un trabajo de prevención policial. Seijo ha puesto como ejemplo los incidentes en Bilbao en mayo durante la primera final de Copa de fútbol, cuando se concentraron miles de personas en plena pandemia, lo que no se repitió en la segunda final, quince días después, gracias al despliegue policial.
"Esa es la inacción, hay que prevenir para evitar las aglomeraciones de gente, porque estamos en una pandemia y en una pandemia violenta, donde una parte de la sociedad ve que es gratuito atentar contra los policías".
Según Seijo, a la Ertzaintza le faltan medios personales y materiales: "El Estado paralizó las OPES de la función pública, pero el departamento de Seguridad ha tenido cuatro o cinco años para corregirlo. Somos 900 menos (de una plantilla teórica de 8.000 agentes, hay 7.100 en activo)"
Se traduce en "70 patrullas de seguridad ciudadana que tenían que estar y no están. Hay zonas con cuarenta mil habitantes con solo una patrulla de la Ertzaintza".