El terremoto que se vive estos días en el Partido Popular es de tal magnitud que tiene derivadas en casi todos los territorios. La cuestión es especialmente llamativa en el caso del País Vasco, porque no puede olvidarse que el actual presidente, Carlos Iturgaiz, llegó al cargo cuando el presidente de la formación, Pablo Casado, fulminó al sorayista Alfonso Alonso. Nada claro está qué va a pasar en un partido donde aquella decisión de Génova todavía duele y que tiene pendiente celebrar un congreso que ratifique al actual presidente.
Durante estas jornadas convulsas en Génova 13 ha abundado el silencio entre los populares vascos. Entre todos los dirigentes del partido solo Raquel González publicó un mensaje de apoyo a la dirección saliente. El propio Iturgaiz no entró en la polémica hasta que este lunes reclamó "unidad" a los dos bandos en liza y sostuvo que "yo estoy con las siglas del PP". Un tirón de orejas a sus compañeros pero sin decantarse.
Ese mismo día por la noche, cuando los cambios en la dirección nacional ya parecían evidentes, por fin el PP vasco movió ficha con más claridad. Iñaki Oyarzabal, líder del PP alavés, reclamó el congreso extraordinario en el partido. Por la mañana siguiente, en este martes negro en la historia de los populares que terminó con la dimisión del secretario general y la sensación de adiós del presidente, Iturgaiz se sumó a las voces de los barones que reclamaban ese cónclave.
¿Cómo afectará esta gravísima crisis del PP a los populares vascos? Es más que complicado saberlo. Tal y como publicó Vozpópuli, en los últimos tiempos Iturgaiz, que en principio llegó como candidato a lehendakari y después se convirtió en presidente, se estaba consolidando claramente como líder. Sin alternativas. Sin nadie que hiciera sombra. Sin disputas internas. Con un partido pacificado y unido en torno a su figura pero con fuertes dudas, eso sí, sobre si él será el candidato en las próximas autonómicas.
Parecía era que Iturgaiz seguiría uniendo al partido y daría un paso a un lado cuando llegasen los próximos comicios, quizás con la apuesta por un candidato más joven que no se desgaste durante esta legislatura
Lo que parecía y lo que se escuchaba entre bastidores era que Iturgaiz seguiría uniendo al partido y daría un paso a un lado cuando llegasen los comicios, quizás con la apuesta por un candidato más joven que no se desgaste durante esta legislatura. Esa suerte de hoja de ruta, en todo caso, estaba pendiente de la celebración de un congreso del PP vasco que lleva un año aplazado. En esa cita sería cuando presumiblemente Iturgaiz quedaría ratificado como presidente, ya que no puede olvidarse que fue elegido por la junta directiva.
Así las cosas, en el PP vasco actual parece que lo más probable es que nadie dispute el liderazgo a Iturgaiz. Pero al mismo tiempo muchos no olvidan lo que pasó con Alonso. Porque fueron Casado, Teodoro García Egea y el resto de la dirección nacional quienes abortaron abruptamente la apuesta de los alonsistas por articular "una voz propia" en Euskadi. Ese sector sigue siendo mayoritario en Álava, principal caladero de votos de la formación en la comunidad.
¿Qué hará la nueva dirección nacional con el PP vasco? ¿Dejará hacer a la dirección autonómica o dará un golpe de mando? ¿Forzará ya el congreso pendiente para elegir a Iturgaiz o apostará por un cambio de caras? ¿Resucitará ese sector alonsista para dar la batalla o se impondrá esa unidad al menos temporal? Solo está claro que el también abrupto final del casadismo aumenta todas esas incógnitas.