"Septiembre va a ser un mes complicado". Con esta frase, la consejera de Salud del Gobierno vasco, Nekane Murga, confirmaba este viernes que la segunda ola del coronavirus ha vuelto a desbordar sus previsiones, que de por sí ya eran pesimistas. Lo hacía tras dar a conocer que en las 24 horas anteriores se habían registrado 724 casos nuevos. Un récord de contagios que supera la cifra más alta desde el inicio de la pandemia.
Ahora mismo, el Ejecutivo que lidera Íñigo Urkullu apela, en palabras de la propia Murga, a la responsabilidad de cada ciudadano. "Debemos buscar grupos reducidos y control de los contactos. Es la clave, crear pequeños grupos de relación, pequeñas burbujas en las que convivamos y disfrutemos, pero no darle opción al virus a alcanzar a nuevos grupos y nuevas personas. ¡La vacuna eres tú!". En esa misma línea, afirmaba que "podemos cambiar la curva ascendente, porque el futuro no está escrito, depende de lo que hagamos hoy".
El discurso del Gobierno autonómico descarga la responsabilidad en los propios ciudadanos. Sin rastro de autocrítica. Mientras ultiman la repetición de su alianza para gobernar, PNV y PSE comprueban por la vía de los hechos que los contagios aumentan sin parar. La situación epidemiológica es cada vez más complicada. Pero, eso sí, la consejera de Salud insiste en que la situación actual "no es comparable" a la de marzo porque entonces se hacían muchos menos test a los ciudadanos.
Los problemas de la vuelta a clase
Como en el resto de España, las carencias en la gestión del Ejecutivo autonómico se ven sobre todo en lo referente a la vuelta a las clases. En su citada comparecencia, Murga admitía que se avecina "un septiembre complicado" por la vuelta a las clases y a la actividad laboral de los vascos. Pero se limitaba a pedir que se reduzcan las relaciones sociales también entre los más pequeños.
Por ahora, lo previsto es que cada centro educativo presente su propio plan de contingencia siguiendo las recomendaciones del Gabinete autonómico.
La realidad es que a quince días que se inicien las clases el Ejecutivo de PNV y PSE todavía no ha presentado un plan común para la vuelta a las clases. Por ahora, lo previsto es que cada centro educativo presente su propio plan de contingencia siguiendo las recomendaciones del Gabinete autonómico. Sin embargo, el Gabinete de Urkullu mantiene su previsión de que las clases se inicien de forma presencial.
Asimismo, pretenden hacer pruebas a profesores, pero no a todos, como ocurrirá en Galicia, sino a los que tengan más riesgo de contagiarse. Algo que ha enfurecido a los sindicatos de educación, que también reclaman un fuerte aumento de la contratación a profesores que, al menos por ahora, no está sobre la mesa. La sensación es de cierta improvisación, porque Murga reconocía que están estudiando "compartimentar las aulas" pero sin concreción alguna.
En un primer momento el Ejecutivo anunció que prohibía las reuniones de más de diez personas pero después reculó para admitir que sólo se trataba de una recomendación
Los contagios siguen y siguen. Los 724 dados a conocer este viernes superan a los 723 del pasado 25 de marzo. En este contexto, el pasado lunes el Gobierno vasco activó la emergencia sanitaria. Como ya informó este diario, sobre la mesa están tanto un posible toque de queda nocturno como los hipotéticos confinamientos parciales en lugares donde haya fuertes rebrotes. Pero Urkullu y los suyos todavía no han querido ir tan lejos.
Medidas y rectificaciones
Lo que está pasando estos días recuerda a lo que ocurrió unos meses atrás. Una de las críticas más fieras que entonces hizo la oposición al unísono se refería a las continuas rectificaciones del Gobierno de Urkullu. Esta misma semana se ha vivido algo similar, porque en un primer momento el Ejecutivo anunció que prohibía las reuniones de más de diez personas pero después reculó para admitir que sólo se trataba de una recomendación.
El cierre de los locales de ocio nocturno y otras restricciones están generando, como en el resto de comunidades, las quejas de parte de la oposición y de los afectados. Después de que cierren su acuerdo en los próximos días para investir a Urkullu, PNV y PSE van a tener una dura tarea por delante. De momento, la pandemia los supera.