Ocurrió el pasado fin de semana en San Sebastián, Gorliz, Bermeo y Portugalete. Ocurrió siete días antes en Lekeitio. Ocurrió hace dos semanas en Deba y Bilbao. Ocurrió hace tres semanas en Urretxu, Villabona y de nuevo la capital donostiarra. Y ocurrió antes en Plentzia, Arrigorriaga y Santurce. En todos esos casos ocurrió que grupos de jóvenes lanzaron objetos contra los agentes de la Ertzaintza desplazados a esos lugares para disolver botellones y fiestas que son ilegales por la normativa frente a la pandemia del coronavirus.
Esta suerte de nueva moda entre algunos jóvenes vascos preocupa y ocupa a los agentes de la Policía Autonómica y también a los miembros de los cuerpos de policía locales. En varios de los casos antes citados los policías tuvieron que cargar y emplear material antidisturbios. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana dos personas fueron detenidas en San Sebastián por lanzar botellas contra una patrulla de ertzainas.
A priori, disolver un botellón parece una tarea sencilla, pero en estos meses de julio y agosto se está convirtiendo en una acción de riesgo para los policías. Botellas, vasos y piedras son los objetos más utilizados contra los despliegues de seguridad de la Ertzaintza y sus compañeros de las policías municipales. En lo que va de verano varios agentes han resultado heridos en este tipo de altercados.
No todos los jóvenes atacan a los ertzainas, pero ya es un patrón que en cada una de las aglomeraciones algunos lancen botellas, vasos y piedras a los agentes
Naturalmente, no todos los jóvenes presentes en los botellones atacan a los ertzainas. Pero ya se ha convertido en un patrón de comportamiento que en cada una de las aglomeraciones haya grupos que sí ataquen con objetos a los agentes. El secretario general de ErNE -sindicato mayoritario de la Ertzaintza-, Roberto Seijo, explicaba en una reciente entrevista a El Diario que este fenómeno empezó el pasado mayo, en el contexto de las restricciones impuestas por la pandemia.
Falta de medios
Desde ErNE vienen denunciando hace semanas la falta de medios de la Ertzaintza para hacer frente a los botellones y aglomeraciones. A su juicio los operativos no cuentan con el personal suficiente ni están bien coordinados con las policías de las diferentes localidades. Asimismo señalan la falta de previsión para colocar a agentes en los lugares donde vayan a celebrarse este tipo de reuniones. Y, por todo ello, apuntan como responsable al Departamento de Seguridad del Gobierno vasco.
El hartazgo de los agentes es tal que ErNE decidió a principios de agosto pedir amparo al Ministerio del Interior. Ante lo que consideran un claro caso de "inacción" por parte del Ejecutivo autonómico, desde el sindicato remitieron un burofax al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, para que les ayude. ¿Cómo? En su carta explican que en el País Vasco "se han normalizado" los ataques a los agentes que acuden a disolver botellones y, por ello, exigen que Interior active las medidas necesarias para castigar a los culpables, endureciendo las penas legalmente si es necesario.
Entre los partidos, el único que ha hecho hincapié en este tema es el PP vasco. El pasado fin de semana la secretaria general de los populares del País Vasco, Laura Garrido, reclamaba "mayor respaldo por parte del Gobierno Vasco y una mayor dotación de medios humanos y materiales para que la Ertzaintza" y denunciaba la "incomprensible la inacción del Gobierno de Urkullu en esta materia".
En este contexto, cunde la preocupación entre los agentes por lo que pueda ocurrir en las "no fiestas" de Bilbao, entre el 21 y el 29 de agosto, fechas de una Semana Grande que no va a celebrarse pero que quizás algunos se empeñen en celebrar.
