El sumario del caso Mediador recoge las pesquisas de la Guardia Civil en torno a la ‘caja B’ intervenida en la vivienda de un general del Instituto Armado, Francisco Javier Espinosa Navas, a quien se acusa junto al exdiputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes Curbelo de urdir la trama de mordidas. Según las investigaciones, este mando, que dirigió durante cuatro años un proyecto de lucha contra el terrorismo en África, anotaba en un papel la entrada de dinero en metálico que posteriormente guardaría -al menos en parte- en su propio domicilio: “Las influencias del general y el diputado no eran desinteresadas, sino que se abonaban con fiestas o ingresos, […] siempre paga el empresario que viene”, detalla el sumario.
Toda la documentación se intervino en el registro de las viviendas vinculadas con dicho general de la Guardia Civil, en la que también se aprehendió una cantidad de dinero significativa, 61.110 euros. A los agentes les llamó la atención “no sólo la cantidad en sí”, sino “la forma que la misma adoptaba”. En concreto, localizaron 30.250 euros en un estuche escondido en el interior de una caja de zapatos, a su vez situada “dentro del armario de la habitación de matrimonio”, repartidos en “fajos de 5.000 euros”.
Hay más. En el mismo armario se hallaron otros 2.400 euros repartidos en diferentes sobres. Y, en la habitación contigua, envueltos en dos rollos de ropa, otros 28.460 euros. “Así las cosas, pareciera que Espinosa Navas registraba su contabilidad ‘A’ y ‘B’, habida cuenta que los saldos que presenta la antedicha cuenta […] van muy en consonancia con los anotados en la columna ‘SALDO INICIAL’, que es distinto del real, al cual le es sumado el ‘CASH’ y que, dicho sea de paso, temporalmente se ubican en el periodo de investigación”, detallan los investigadores.
Las anotaciones de la 'Caja B'
En el sumario se encuentran fotos de los hallazgos en la vivienda del general de la Guardia Civil, con los fajos de billetes por valor de 5.000 euros, así como de las anotaciones manuscritas con los supuestos ingresos, bajo sospecha tras estallar el caso Mediador. Dichos apuntes quedan recogidos en columnas que desglosan los siguientes conceptos: “Mes”, “salgo inicial”, “saldo final”, “diferencia”, “ahorro” y “observaciones”.
Los investigadores de la Guardia Civil han certificado que parte de los ingresos del general correspondían a sus retribuciones legales por parte de la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP) y de la Dirección General de la Guardia Civil. No obstante, el sumario también recoge una serie de anotaciones y conversaciones que apuntarían a las supuestas mordidas que habría cobrado a cambio de favores a empresarios.
Así, los agentes ponen el foco en un audio que el empresario José Suárez Estévez, conocido como el drones por la naturaleza de su actividad, envió a Marcos Antonio Navarro Tacoronte, alias el mediador: “Todo lo que hago en África a través del Papa… [sobrenombre que le daban al general de la Guardia Civil]”, apuntó el empresario. Cabe recordar que se llevó varias adjudicaciones para el suministro de drones en el marco del proyecto GAR-SI Sahel que lideraba en suelo africano el general Espinosa Navas. Del mismo modo, los investigadores localizaron un papel manuscrito de el drones donde se leía “1.700 € Papa”.
"Las influencias no eran desinteresadas"
Todo ello viene acompañado de otra conversación intervenida a miembros de la trama, plasmada por los agentes de Asuntos Internos de la Guardia Civil en el sumario: “Que las influencias del general y el diputado [en clara referencia a Juan Bernardo Fuentes Curbelo, alias tito Berni] no eran desinteresadas, sino que se abonaban con fiestas o ingresos, […] siempre paga el empresario que viene”.
Y añaden: “El general recibía pagos en efectivo […]. Ese dinero era aportado por los empresarios previamente a las reuniones con el general”. Previamente, los investigadores ya destacaron que tanto el mando de la Guardia Civil como el diputado socialista llevaron a los empresarios a la Dirección General del Instituto Armado y al Congreso para proyectar una “apariencia de poder”. Que el que más ha pagado es el curita [como conocían al empresario Antonio Bautista Prado], que ha llegado a pagar al general, billetes incluidos, 19.000 o 20.000 euros”.
A esos conceptos habría que sumar otras supuestas dádivas, como los pagos de viajes a Canarias o el regalo de tarjetas prepago con dinero. Asimismo, y en otro punto del sumario, los investigadores indicaban que la Asociación Deportiva la Vega de Tetir, que presidía el entonces diputado socialista, se habría empleado para ingresar algunas de las mordidas a los miembros de la trama.
El general, por su parte, justificó todos estos movimientos en su declaración en base a que “ha ganado mucho dinero en su vida profesional, por las misiones en las que ha participado”, así como en el cobro de una herencia, la venta de un piso, el extracto de efectivo “cuando la pandemia” y el dinero que recibió de un amigo para la compra de un Rolex.
