Ha sido un amor de verano, de esos que suelen ser efímeros, pero en el PP no quieren dejarlo escapar. El partido que sustenta el Gobierno en funciones pretende que Ciudadanos se convierta en su socio estable para encarar con mayores garantías el escenario de incertidumbre que se abrirá a partir de este viernes, cuando, salvo sorpresa, fracase la investidura de Mariano Rajoy.
Si ya antes del debate, y a lo largo de la negociación del pacto, los populares habían expresado su deseo de que el acuerdo de investidura se convirtiera en uno de gobierno, tras escuchar la intervención de Albert Rivera desde la tribuna, la confianza en que los centristas “arrimarán el hombro” ha aumentado, apuntaron a Vozpópuli fuentes internas. Están convencidos de que el documento consensuado “no decaerá”, añadieron las mismas fuentes. El líder emergente desgranó prácticamente cada punto del texto y explicó por qué la salida a esta situación de interinidad pasa por los compromisos adquiridos en el mismo, sobre todo en lo relativo a regeneración democrática. “Hemos acordado un paquete de medidas contra la corrupción porque la mayoría de los españoles no se fía del señor Rajoy ni de su partido en temas de corrupción. Cuando no me fío prefiero exigir y vigilar. No queremos bloquear España, pero no nos fiamos del PP así que por eso hemos puesto condiciones", dijo Rivera.
Todavía está por ver si Rajoy hace un ofrecimiento formal a Rivera para contar con ministros naranjas en un eventual gobierno bicolor
De esta manera, emplazó al líder socialista, Pedro Sánchez, a que se abstenga después de fijar condiciones a Rajoy. El presidente de C’s llegó a tender la mano al secretario general del PSOE e incluso a Podemos para “fiscalizar a un Gobierno que no tiene mayoría absoluta”, para “legislar y hacer los cambios que necesita este país”. En este contexto, advirtió al dirigente popular de que deberá “aprender a gobernar en minoría”. “Cuente conmigo para una oposición responsable”, delimitó Rivera. Pero, claro, ese gobierno en minoría (que no en solitario) puede ser bicolor.
Todavía está por ver si Rajoy hace un ofrecimiento formal a Rivera para contar con eventuales ministros naranjas. Y es que, como opinan voces destacadas de la dirección naranja, qué mejor manera de controlar a un hipotético Ejecutivo popular que desde dentro. No obstante, fuentes de la cúpula de C's optaban ayer por mantener distancia y remitían a la próxima Ejecutiva del partido, previsiblemente el lunes. De momento, los 150 compromisos para mejorar España tienen como fecha de caducidad el 2-S.
Ni Rajoy pidió ayer a Rivera que sea su vicepresidente ni el líder de C’s incidió como antaño en que nunca formará parte de un gobierno que no presida. Lo que sí hubo fueron mensajes velados del jefe del Ejecutivo en funciones a su nuevo socio. “Francamente, no creo que el señor Rivera y yo pasemos a la historia por el acuerdo que hemos firmado el otro día, pero a lo mejor pasamos por otra razón, Dios quiera que buena, señor Rivera", vaticinó Rajoy. “El acuerdo no fue fácil, pero la voluntad suele romper las dificultades. Agradezco al señor Rivera que me acompañara en las negociaciones y a su buena voluntad. Nos vamos a llevar bien, señor Rivera, porque no nos queda otra, y es bueno en la vida hacer amigos de vez en cuando”, auguró el dirigente popular en otro guiño al emergente. El fruto de las conversaciones con los centristas lo calificó de "buena base para conseguir mejoras en el funcionamiento de muchas cosas" en España.
Un calendario de actuaciones para cuatro años
Si bien Rajoy habló de “construir un futuro juntos”, aludiendo a C's, en la misma línea se pronunció su portavoz parlamentario, Rafael Hernando, quien invitó a la formación naranja a ir alcanzando “más acuerdos” que los “avances” ya recogidos en el pacto. Al final, después del clásico tira y afloja, el contenido del acuerdo rubricado el pasado domingo incluyó una previsión de gastos e ingresos hasta 2020, demasiado compromiso para respaldar sólo la investidura.
De hecho, el vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez-Maillo, se cansó de repetir durante las negociaciones que si Ciudadanos pretendía poner cifras a lo que son actuaciones a largo plazo, ya estaba entrando en el terreno de una alianza de gobierno para la legislatura, como la que firmó con Sánchez el pasado febrero y que mantuvo hasta la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones. Alianzas de este tipo hay en otros países europeos, que el propio Rajoy ha puesto como ejemplo de entendimiento para afrontar los nuevos retos de la política.