Dumitru R.N. comenzó su declaración en la Audiencia Provincial reconociendo las atrocidades que cometió abusando de niñas de amigos y compañeras de sus hijas en Colmenar de Oreja. Un mes después la Sección Quinta ha condenado a este hombre a casi trescientos años de prisión de los que solo cumplirá 20, según ha informado este miércoles el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Ha sido considerado responsable de seis delitos continuados de elaboración y distribución de pornografía infantil, ocho de elaboración y distribución de pornografía infantil, cuatro de abuso sexual con penetración, entre otros.
El acusado reconoció haber abusado de más de 24 niñas, de entre dos y trece años, bajo los efectos del alcohol y admitió también haber grabado esos abusos en su dormitorio con el objeto de difundir posteriormente esas imágenes en una red de pedófilos y otros canales.
Solo 20 años de prisión
Tendrá que indemnizar a las víctimas con cantidades que oscilan entre los 20.000 y los 10.000 euros. A los padres deberá pagar entre los 3.000 y los 2.000 euros. En el fallo de la resolución, de 66 páginas, se decreta el comiso del material informático incautado que contenga archivos de pornografía infantil, así como la imposición al ahora condenado del pago de las costas procesales causadas, incluidas las de las acusaciones particulares.
Por último, se fija en veinte años el tiempo máximo de cumplimiento efectivo de la condena. Contra esta sentencia cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid en un plazo de diez días.
Sácalo de tu casa
"Me arrepiento y quiero pedir perdón a las familias y las víctimas. Lo lamento mucho". Esas fueron las primeras palabras de arrepentimiento de Dumitru R.N. A estas menores las conocía porque eran hijas de sus vecinos, amigos o compañeras de clase de sus dos hijos. Las recogía en el colegio y las llevaba a su casa con alguna excusa o aprovenchando la confianza que tenía con su familia.
Dumitru confesó que cometió las agresiones entre 2009 y 2018 en su domicilio donde había instalado cámaras, en el dormitorio y en el salón, para grabar las mismas. Después las compartía en grupos de mensajería o las subía a una red de pedófilos, según las investigaciones policiales.
Durante el juicio, un padre de una de las víctimas explicó que el pederasta estuvo viviendo dos meses en su casa porque su mujer le echó de la suya. Confiaba en Dumitru como en un "hermano" hasta que recibió un mensaje de su esposa. "Sácalo de tu casa que es un pedófilo, solo está ahí por los niños.... vosotros no sabéis las fotos que tiene en el móvil".
