España

Feminismo, guerra... Sánchez dobla el pulso a Iglesias y asfixiará a Podemos hasta las elecciones

El presidente del Gobierno, lejos de frenar el choque con su socio, está dispuesto a someterlos: "Nosotros tenemos 120 escaños y ellos 35. No hay más que decir", zanja una alta fuente socialista en Moncloa

  • El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez -

Se acabó. Pedro Sánchez está decidido a doblar el pulso a su exvicepresidente Pablo Iglesias, quien sigue manejando los hilos de Podemos lejos de la primera línea. El análisis del núcleo duro de Moncloa es que el choque sin precedentes de los morados con Ferraz por la crisis del 'sí es sí' y la cerrazón de sus dirigentes a no reconocer el 'fallo' en el redactado de la ley, que ha abierto el grifo de las rebajas de penas, es una estratagema de castigo urdida por el ex secretario general de Podemos.

El aroma a papeleta empieza a percibirse en los colegios electorales de toda España y eso explica todo. Las armas preferidas de los socios para hostigarse son las que más les dividen: feminismo y guerra en Ucrania. No obstante, Sánchez no se va a quedar recibiendo palos. Y, según fuentes monclovitas consultadas por este diario, usará esas mismas armas para devolver los golpes.

"Nosotros tenemos 120 escaños y ellos [en referencia a Podemos] 35. No hay más que decir", zanja una alta fuente socialista en Moncloa que incide en que en este momento de legislatura, al PSOE le toca imponerse y demostrar que es el "hermano mayor" de la coalición: el serio y responsable. Los incendios retóricos de los morados gustan entre poco y nada en Ferraz por mucho que los comicios expliquen la beligerancia. Por ejemplo, la hipérbole de zanjar que los socialistas buscan regresar al 'código penal de la Manada' con su contrarreforma de la ley estrella de Irene Montero. O la de señalar a los socialistas como 'el partido de la guerra' por brindar apoyo militar a Ucrania.

Nosotros tenemos 120 escaños y ellos [en referencia a Podemos] 35Una alta fuente socialista en Moncloa

Por eso, con la convicción de que el conflicto por el relato lo tiene ganado, el PSOE calentará el próximo sábado 4 de marzo la previa del Día Internacional de la Mujer con un acto en el que juntará al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a la exvicepresidenta -y alma feminista de Ferraz- Carmen Calvo, al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, y la exministra de Igualdad Bibiana Aído. En verdad, hasta el 8-M tanto socialistas como morados se reclamarán ante los ciudadanos como los auténticos defensores del feminismo. La bandera morada está en juego.

Lo mismo ocurre con la guerra en Ucrania. Pese a que Podemos ha bajado el tono de la crítica, los morados siguen con su agenda de actos por la paz, a los que no invita a ningún ucraniano, con otras formaciones izquierda radical europeas. Su empeño es mostrarse como un partido pacifista a cualquier precio, frente al partido bélico que, dicen, es el PSOE. Pero Sánchez cree tenerles amarrados, porque el conflicto en Ucrania es una guerra iniciada de manera unilateral por Moscú. El discurso de la izquierda contrario a la OTAN no encaja en el molde de la opinión pública. Kiev no es Kabul y Vladimir Putin no es George Bush. Y, para más inri, a Podemos no le queda otra que tragar con los compromisos internacionales de España.

El problema del PSOE es que debe medir mucho la intensidad del choque. Porque la gran perjudicada de la guerra abierta entre socios es Yolanda Díaz. La vicepresidenta segunda, centrada en 'Sumar', su prepartido, no puede permitirse otra cacería de los morados contra su proyecto. Además, está hablando ya con los morados sobre cómo se integrarán todas las fuerzas de la izquierda en su proyecto. Y el verano es la época del calendario en la que el equipo electoral de la ministra de Trabajo quiere tener cerradas las alianzas.

Podemos no se irá

Lo sangrante es que Podemos no se irá de Moncloa. Las fuentes consultadas en el núcleo duro del partido son contundentes pese al lío del 'sí es sí' que tiene a su 'número dos', Irene Montero, contra las cuerdas. "Romper el gobierno es una frivolidad. Y si el PSOE está pensando en romper el gobierno, [los españoles] le cobrarán cara esa frivolidad. El votante demócrata, no solo el de izquierdas, sabe que la alternativa al gobierno del PSOE con Unidas Podemos es el PP con Vox. Si alguien ayuda a que eso pase recibirá un enorme castigo electoral", zanja una voz muy relevante en Podemos.

La crisis del 'sí es sí' ha dinamitado hasta 14 artículos del protocolo de funcionamiento de la coalición (1, 3, 7b, 7c, 7d, 7e, 8, 9a, 9h, 13, 15, 16, 17 y 20). Todos se refieren a la forma más honesta de manejar una discrepancia. Pero la realidad ha terminado echando por tierra los anhelos del arranque de la coalición. Las discrepancias no se resuelven de manera discreta, sino a golpe de cañonazo mediático; la estrategia preferida de Pablo Iglesias.

Los roces en el Gobierno existen y vienen por la fórmula que ha encontrado Podemos para que el PSOE cumpla con los acuerdos prometidos del pacto de medidas que selló la coalición. Los morados creen que hay temas que, aunque no pasen por sus manos, tienen que marcar. Es algo así como una mezcla entre hacer leyes y propuestas desde sus ministerios (Consumo, Trabajo, Igualdad, Universidades y Derechos Sociales y Agenda 2030) y, a la vez, aumentar la presión con lo que no pueden controlar.

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