Con el título Ni Rajoy ni Sánchez, el editorial del diario El País de este domingo explica que el futuro de España pasar por la retirada de los líderes de los dos principales partidos para desbloquear la formación del Gobierno. Sostiene el periódico dirigido por Antonio Caño y presidido por Juan Luis Cebrián que Mariano Rajoy y Pedro Sánchez han sido incapaces y que han de dar un paso atrás para evitar la convocatoria de unas terceras elecciones.
La opinión del rotativo significa una vuelta de tuerca contra Sánchez. Hasta ahora sólo había pedido la abstención del PSOE para favorecer el Gobierno de Rajoy. Pero esta andanada es un disparo contra la línea de flotación de la actual dirección del PSOE. Los responsables del diario desechan la opción del “no es no”: “Hemos pedido insistentemente que el PSOE se abstuviera en la investidura de Rajoy y que le permitiese formar Gobierno, por muy poco que lo mereciese. Esa posibilidad se ha esfumado por la terquedad de Sánchez en su viaje a ninguna parte”.
Dice 'El País' que Sánchez ha llevado al PSOE a la irrelevancia
El editorial exhibe una dureza inusual contra el secretario general del PSOE: “Su incapacidad para hacer buen uso de esos 85 diputados que le han dado los ciudadanos ha sido palpable. Ya debería haber renunciado tras dos derrotas históricas consecutivas. Pero él mismo se ha cargado de razones para hacerlo durante este periodo en el que ha conducido al PSOE a la irrelevancia”. Es una opinión en la senda de los viejos rockeros del PSOE (Felipe González, Alfonso Guerra, José Luis Rodríguez Zapatero) y los barones díscolos.
Rajoy es otra pieza que debe ser sacrificada por ser "la figura que simboliza a un partido que debe pagar un precio por la corrupción". El País se alinea así con la tesis del expresidente socialista Felipe González. Y le pide al presidente en funciones que haga un sacrificio personal por el bien de España.
Solicita el editorial que en caso de bloqueo gobierne la fuerza más votada: “Falta en la Constitución un mecanismo de salida para situaciones de bloqueo como la actual. Y convocar las terceras elecciones generales en un año no puede sustituirlo: llevamos dos y ni siquiera está claro que a la tercera vaya la vencida. Por eso las cúpulas partidistas, tan dispuestas a ponerse de acuerdo para una reforma exprés de la ley electoral, tienen otra tarea prioritaria: pactar un procedimiento que impida el grotesco recurso a otras elecciones navideñas”.