El comité federal es el máximo órgano del PSOE entre congresos y, según los estatutos del partido, le corresponde decir la última palabra sobre las alianzas postelectorales. Pedro Sánchez ha querido dar voz y voto a la militancia en los acuerdos de Gobierno que podría alcanzar con Podemos, pero sabe que pondría al partido contra las cuerdas si lo que autorizan los afiliados luego es desaprobado por la dirección socialista. Por esta razón, trabaja en garantizarse la mayoría en este comité reduciendo al mínimo la contestación que pilota la presidenta andaluza, Susana Díaz, y que han secundado las federaciones de Asturias, Extremadura, Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana y Aragón.
Las federaciones de Extremadura, Asturias y la comunidad valenciana han reducido su contestación a Podemos
Se trata de las federaciones de mayor peso, tanto por el número de militantes como por la responsabilidad de gobierno que han asumido en estas comunidades después de las elecciones de mayo. El balance del trabajo hecho hasta ahora desde Ferraz por César Luena, responsable de Organización, es positivo para los intereses de Pedro Sánchez: el valenciano Ximo Puig ha vuelto a cambiar de bando y ahora se alinea con quienes no ven en Podemos al demonio, al extremeño Guillermo Fernández Vara le han salido díscolos los secretarios generales de Cáceres y Badajoz y al asturiano Javier Fernández le zumban los oídos ya que su principal antena en la ejecutiva federal, María Luisa Carcedo, no solo no ve pegas al posible pacto con Pablo Iglesias sino que ha sido incorporada por el propio Sánchez al equipo negociador.
Rotas las federaciones de la Comunidad Valenciana, Extremadura y Asturias, el objetivo ahora, según fuentes socialistas, es dejar reducida la contestación a Andalucía y Castilla-La Mancha. “Sabemos que Susana Díaz es irreductible porque su operación de fondo consiste en cargarse a Pedro. Lo mismo pasa con Emiliano García-Page, pues sigue al dictado lo que le dice que haga José Bono”, aseguran en medios próximos a Sánchez. “Para Díaz y Page, lo de menos es el pacto con Podemos, a lo que aspiran es a frenar la llegada del partido a La Moncloa porque son conscientes de que entonces Pedro podría perfectamente agotar la legislatura y consolidarse en el Gobierno”.
La apuesta por el derecho de autodeterminación
Las organizaciones regionales que no han planteado ningún tipo de problema a la posibilidad de gobernar con Podemos son las de Cataluña, País Vasco, Castilla y León, Galicia, Murcia y Baleares. Las dos primeras son las que han tomado un papel más activo en el auxilio a Sánchez. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, ha comenzado los contactos con En Comù Podem, con 12 diputados en el Congreso, para que suavice su apuesta por el derecho de autodeterminación, una de las condiciones impuestas al secretario general del PSOE por el comité federal para abrirse a un entendimiento con la formación de Pablo Iglesias. Iceta señaló este miércoles que el PSC apoya “sin condiciones” a Sánchez y que éste nunca buscará la complicidad de las fuerzas soberanistas para ser investido.
Miquel Iceta trabaja para que En Comù Podem, 12 diputados, suavice la exigencia del referéndum
Los socialistas vascos, con Patxi López a la cabeza, también han entendido desde el principio que al Partido Socialista le vendría bien llegar a La Moncloa si el precio a pagar no es demasiado caro, teniendo en cuenta que unas nuevas elecciones supondrían un serio riesgo de perder parte de la menguada representación obtenida el 20 de diciembre y, sobre todo, de verse superados por Podemos. López, como presidente del Congreso, apeló ayer al diálogo entre todas las fuerzas políticas para que pongan lo que les une por encima de lo que les separa y entre todas sean capaces de adaptar a los nuevos tiempos una Constitución “que no es de piedra”.