La búsqueda de la foto de la unidad, la que ha llevado a Pedro Sánchez a invitar a Susana Díaz a que haga este sábado de telonera en su nueva proclamación como candidato, le ha jugado al final una mala pasada al líder socialista ya que la presidenta andaluza ha eclipsado su discurso ante los militantes reunidos en un pabellón de Móstoles. Lo primero que ha hecho es emplazarle a que juegue la batalla electoral con la ambición de ganar, de llevar al PSOE a la primera posición, y a que no se resigne a quedar en segunda o tercera posición. “Necesitamos un proyecto ilusionante, el PSOE está en el tuétano de la gente y ha nacido para ganar. Si renunciamos a querer ganar no nos van a reconocer”, ha advertido la baronesa del sur.
Susana Díaz le recuerda a Sánchez el mérito de González, Guerra, Zapatero y Rubalcaba
Díaz ha admitido de manera implícita que su partido va a estas nuevas elecciones con posiciones ambiguas en algunos asuntos de Estado, como por ejemplo el del futuro de Cataluña. “Nuestro derecho a decidir es que todos decidamos sobre lo que nos afecta a todos”, ha defendido Díaz, mientras que el PSC acaba de entrar en el gobierno del Ayuntamiento de Barcelona con Ada Colau y fuerzas independentistas.
Díaz ha intentado salir este sábado también al rescate del PSOE recordando a Sánchez que hay que defender “el patrimonio” del partido, aunque no se pueda vivir solo de la nostalgia. En este contexto ha defendido la tarea de Felipe González, Alfonso Guerra, José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba, en suma de las ‘vacas sagradas” que el líder socialista ha denostado a su manera en los últimos meses y que ahora conspiran en la sombra contra él esperando su batacazo dentro de seis semanas.
Díaz no ha reparado en utilizar las pensiones como arma electoral y ha llegado a decir que estarán en riesgo en dos años si el PP sigue en el Gobierno, situación que, a su juicio, provocaría un nuevo bloqueo político y obstaculizaría la tarea que ella y otros barones- ha citado a Emiliano García-Page, a Guillermo Fernández Vara, a Javier Fernández, a Ximo Puig y a Francina Armengol- están haciendo mientras gobiernan a 22 millones de españoles en media docena de comunidades.
Consciente de que está siendo señalada como una de las principales palancas que juegan en contra de la continuidad de Sánchez en la secretaría general, Díaz se ha esforzado también en reclamar unidad a todo el partido durante el corto recorrido que resta hasta el 26J. Las razones que la han llevado hoy a hacer de telonera de Sánchez y presentar su proclamación como candidato, algo que al presidente asturiano, Javier Fernández, le tocó hacer hace once meses, son muy claras: no quiere que nadie la pueda culpar del posible fracaso electoral del 26J, contemplado por buena parte de la actual ejecutiva y por los barones regionales como un riesgo para el conjunto del partido y no solo para su secretario general.
Sánchez responde a la presidenta andaluza que el partido no es de nadie
En todo caso, en Ferraz se admite que se trata de un cierre de filas puramente artificial, motivado por el miedo a un desplome sin precedentes en las urnas y a la posibilidad de un sorpasso a manos de Unidos Podemos –marca de la alianza entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón– que ha llevado a algunos dirigentes territoriales, como el valenciano, a intentar sin éxito el sálvese quien pueda defendiendo una alianza con Podemos en el Senado.
Consciente de que el PSOE puede perder la hegemonía dentro de la izquierda, Díaz ha acusado a Pablo Iglesias de querer “reventar” desde el principio un Gobierno de cambio y de preocuparse solo por su presencia en los medios. “Lo que diferencia a un socialista de un populista es que éste agita la desigualdad para el combate político y solo quiere el poder”, ha sentenciado la andaluza.
Por último, cuando todavía el caso de los ERE’s sigue en vía judicial, Díaz ha advertido que en la agenda del PSOE debe figurar un compromiso serio contra la corrupción y a favor de la “democracia sana”, algo que, a su juicio, no puede hacer Rajoy porque tiene a su partido “corrompido hasta la médula”.
Acabada la intervención de la lideresa andaluza, Sánchez se ha puesto en pie para reivindicar los esfuerzos que ha hecho en los últimos cuatro meses para llegar al Gobierno. En su opinión, el 26J es, más que unas elecciones, “un referéndum por el cambio” que está en condiciones de ganar su partido y que sintoniza con el lema de la campaña. El slogan con el que los socialistas comparecerán a las urnas será “Un sí por el cambio”. Y el argumentario que lo acompaña es sencillo de imaginar y reza así: “Ha llegado el momento de elegir. Para España, ahora, es sí o es no. Elegimos entre inmovilismo y progreso. Solo hay una manera de decirle no a Rajoy y es decirle sí a Pedro, sí al Partido Socialista, sí, a la regeneración económica, política y social”. Y, así, hasta el final de la campaña.
Sánchez ha respondido a Susana Díaz que se siente orgulloso de todas las ‘vacas sagradas’ que ha mencionado, pero que lo que ellas hicieron desde el Gobierno no hubiera sido posible sin la militancia socialista, el principal blindaje con el que cree, incluso, que puede sobrevivir al frente del partido aunque pierda las próximas elecciones. El líder socialista ha advertido que “el PSOE no es de nadie” y ha aprovechado la ocasión para recordar parte de su programa electoral que encaja, ha dicho, en la socialdemocracia que han representado personas como Willy Brandt, Olof Palme o Renzi.
El líder socialista se ve en la estela de Willy Brandt, Olof Palme y Matteo Renzi
Emulando a Adolfo Súarez, como en la pasada campaña hizo el líder de Ciudadanos Albert Rivera, Sánchez ha empleado el “puedo prometer y prometo” para marcar su compromiso “con la decencia, el diálogo y la dedicación”. Su mujer, que tenido un gran protagonismo en el acto, ha sido la primera en abrazarle y besarle para felicitarle por su intervención. Esta vez no ha habido una bandera de España en el acto de proclamación y en el fondo del escenario se ha preferido optar por el lema de la campaña.