La celebración de San Juan hizo vivir a malagueños y visitantes una noche mágica a orillas del mar pero, como ocurre cada año, también ha dejado un manto de basura sobre la arena. Las playas de Málaga han pasado de reunir a miles de personas en torno a las hogueras, moragas y rituales, a amanecer repletas de botellas, plásticos y bolsas, entre otros.
Los servicios de limpieza municipales se han afanado desde primera hora de esta mañana para devolver la normalidad a las playas de la capital, donde se han recogido 37,4 toneladas de residuos, más del doble que el año pasado. El fin, además de limpiar las playas era que este sábado, donde los termómetros rozarán los 30 grados, pudieran estar disponibles a los bañistas lo antes posible.
Así, un total de 218 operarios, de los que 150 lo han hecho como refuerzo a los 68 destinados habitualmente al mantenimiento del litoral de la ciudad en temporada alta, ha comenzado los trabajos de limpieza desde las 6.00 horas de la mañana, según ha informado el Ayuntamiento de Málaga.
Asimismo, se ha contado con la ayuda de 68 vehículos, 15 de servicio habitual a los que le suman 53 del refuerzo especial de San Juan. Todo ello, con el apoyo de Policía Local y Nacional para la retirada de carpas y desalojo de personas, facilitando la entrada de maquinaria y personal de Limasam.
Este dispositivo ha actuado para que las playas de Málaga, desde El Palo hasta Sacaba, estuvieran en perfectas condiciones de uso entre las 10.00 horas y las 11.00 horas. Sin embargo, como ha detallado el Consistorio, han sido un total de 34.740 toneladas de residuos recogidas, lo que supone un incremento del 106% respecto al año anterior que se recogieron 16.850 kilos de residuos. Este aumento se ha notado en todas las playas pero con especial incidencia en el tramo de La Malagueta-Caleta que ha provocado que la limpieza se haya retrasado hasta las 13.00 horas.
La noche de San Juan se ha vivido en todas las playas de Málaga pero ha sido la de la Misericordia la que ha acogido las principales actividades, como fuegos artificiales, música y la quema del 'júa', este año en alusión a la situación que atraviesa el Málaga CF, tras descender a Primera RFEF
