La nueva dirección de Podemos, el grupo más cercano a Pablo Iglesias, no termina de convencer a los simpatizantes que han apostado fuerte por este proyecto desde el principio. Si bien hay amplio consenso en que el eurodiputado debía ser asumir el liderazgo del partido (de forma individual o compartida es otro debate), no puede decirse que exista la misma coincidencia respecto a los demás integrantes de la nueva dirección. De la Asamblea Constituyente Sí se puede, clausurada el pasado sábado, salieron elegidos un secretario general (Pablo Iglesias), un Consejo Ciudadano (62 personas) y un Comité de Garantías Democráticas (10). Estos dos últimos órganos también estuvieron copados por miembros de la candidatura del eurodiputado.
Sin embargo, la presencia de paracaidistas en ambas estructuras ha generado malestar, según ha podido saber Vozpópuli, entre simpatizantes de Podemos, incluyendo aquí voces del sector crítico con la organización, así como militantes de Izquierda Anticapitalista (IA). Este partido no ha tenido oportunidad de colar a miembros de su formación en la nueva Ejecutiva, ya que lo impedía el borrador ético que aprobó la Asamblea fundacional de Podemos. Este grupo, en el que se encuentra la eurodiputada Teresa Rodríguez-Rubio o el activista social Miguel Urbán, tendrá que esperar a la refundación de su partido en las próximas semanas para adaptarse al marco de Podemos y salvar la prohibición de la "doble militancia".
Militantes que se han remangado más en la redacción de documentos y en su negociación con otros compañeros se han quedado fuera del Consejo Ciudadano
La inclusión por parte de Iglesias en el Consejo Ciudadano -máximo órgano entre asambleas- de personas de su confianza sin que hayan trabajado activamente en el nacimiento del partido desde el pasado enero ha despertado recelo, sostienen fuentes internas, en aquellos simpatizantes que sí han dedicado horas y horas a consensuar propuestas y principios. En esa relación de paracaidistas a juicio de los críticos se encuentran, entre otros, nombres como los del cocinero Xosé Xuacu Rodríguez Morón, que ha estado vinculado a Izquierda Asturiana, o la violonchelista Belén Guerra -hermana del cantautor Pedro Guerra-, que ha sido alto cargo con IU en el Ayuntamiento de Rivas. En declaraciones a este diario, Xosé Xuacu Rodríguez asegura que ha formado parte del círculo de Oviedo/Uviéu desde su constitución y que ha participado, entre otros actos, en la elaboración de los borradores organizativo y ético del equipo Podemos Participar Más.
En cambio, militantes que se han remangado más en la redacción de documentos y en su negociación con otros compañeros, como ha sido el caso de Clara Marañón, de Construyendo Pueblo (equipo que aglutinaba a miembros de círculos de Madrid, Sevilla, Murcia, Tenerife, Ciudad Real, Alicante y Guipúzcoa) o Cristina Oliván, del Círculo de Enfermeras, se han quedado fuera del Consejo Ciudadano. Ambas, según la votación, han estado a las puertas de entrar en este órgano ejecutivo.
Uno de los hechos que ha levantado más ampollas entre las bases ha sido el proceso seguido por el grupo de Pablo Iglesias para la confección de su lista. Fuentes internas sostienen que la candidatura del eurodiputado recibió el aval del Círculo de la Complutense -trámite necesario para poder concurrir a la votación- pese a estar incompleta. La lista del Consejo Ciudadano fue presentada a dicho círculo sin la totalidad de sus integrantes. No obstante, sí aparecían en ella los principales colaboradores de Iglesias: Iñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescana y Luis Alegre. En cuanto a la de la Comisión de Garantías Democráticas, tampoco contenía los 10 aspirantes.
Por su parte, el Círculo de la Complutense ha confirmado que "lo cierto es que se nos presentó una lista incompleta, con muchos nombres pero no todos. Aún así, la mayoría decidió avalar su candidatura por el hecho de que un aval no ha de ser entendido sino como un 'consideramos legítimo que esta gente se presente a las elecciones'. No es lo mismo que votar y, aclarada esta distinción, la mayoría decidió avalar", explica el círculo.
Con todo, el aval a una "lista incompleta" no infringe norma interna alguna. De hecho, el propio reglamento de Podemos establecía que "cada círculo puede avalar a un máximo de 2 equipos y sus listas, no necesariamente completas". Sin embargo, este apoyo a ciegas sí que ha provocado el rechazo de quienes lo consideran como "un cheque en blanco" a la actuación de Pablo Iglesias dentro un partido que presume ser el más democrático.
Un método que 'patina' en la proporcionalidad
El otro aspecto que continúa causando discrepancias en el seno de la formación es el sistema de votación diseñado por el equipo técnico de la Asamblea fundacional, liderado por Luis Alegre. Con un método más proporcional, indican las fuentes internas consultadas, que el establecido, la candidatura de Iglesias no habría copado la totalidad del Consejo Ciudadano, en el que habrían podido entrar otras voces con amplio respaldo como las de Clara Marañón o Cristina Oliván.
El método fijado por el grupo organizador establecía listas abiertas, pero también permitía la elección de candidaturas en bloque, circunstancia ésta que ha sido determinante para que los paracaidistas de la plancha de Iglesias -desconocidos para buena parte de la militancia- saliesen entre los 62 más votados.
A ello hay que unir la alta abstención en estas primarias. De los 252.068 inscritos en Podemos, participaron en la votación 107.488 simpatizantes, o lo que es lo mismo, un 42,6% del total de afiliados. En concreto, fueron 95.311 los que apoyaron a Pablo Iglesias (el más votado), lo que supone un 37,8% de los inscritos. En cambio, quienes no se pronunciaron fueron el 57,3% de la militancia. Entre ellos, el eurodiputado Pablo Echenique y su equipo Sumando Podemos, la principal opción alternativa, que declinó concurrir en desacuerdo con este método de votación.