"Los periodos vacacionales son siempre malos", explica a Vozpópuli una de las agentes de la Policía Nacional encargada de proteger a las víctimas de violencia de género. El pasado mes de agosto se produjeron siete asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas. Las Unidades de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) están desbordadas de trabajo. Esta policía se encarga cada día de luchar por la protección de 115 víctimas en su demarcación.
El caso de esta agente no es excepcional. Es un problema recurrente en los equipos de UFAM de las grandes ciudades de España. Cada policía tiene que encargarse de una media de entre 100 y 150 víctimas. La principal de sus reivindicaciones es que se amplíen los puestos de trabajo.
"Somos una especialidad y tenemos por obligación un teléfono oficial del que tenemos que estar pendientes las 24 horas de los 365 días del año. Eso supone un complemento", relata al comenzar a explicar su trabajo diario. Su principal tarea es el seguimiento de las víctimas de violencia de género.
Desde las UFAM realizan este trabajo integral basándonos en el nivel de riesgo que corre la mujer: extremo, alto, medio, bajo y no apreciado. Una valoración que se hace a la víctima desde el primer momento cuando hace la denuncia con base a un cuestionario de cerca de una veintena de preguntas.
Desde ir a juicios a las casas de las mujeres
"Nos organizamos cada día y empezamos con las denuncias que se hacen desde las 22 a las 8 horas. También tenemos que estar pendientes de los cambios de demarcación o de los traslados de mujer", explica. "Entra muchísimo trabajo y más los fines de semana", relata.
Su primera tarea es revisar las víctimas de violencia de género con riesgo alto: se ponen al día con el atestado, antecedentes del agresor y actualizan los datos de VIOGEN. Entre sus cometidos está el de asistir a los juicios y también revisar el expediente de las más de cien mujeres que tienen asignadas. "Hay casos en los que nos piden ir a los juzgados por miedo", confiesa.
Esta agente hace más de una treintena de llamadas al día. Cuando no responden a los avisos tiene que acudir a visitar a los domicilios a las mujeres. Todo con el objetivo de asegurar que estas víctimas no corren peligro y están seguras en su día a día.
El perfil de las víctimas de violencia de género
"Cada víctima es diferente, pero sus historias son similares. Lo primero que tenemos que hacer es escuchar, muchas de ellas necesitan desahogarse y tranquilizarlas. Que sepan que la Policía está ahí y que disponen de un montón de recursos", asegura la agente. Y es que "muchas creen que no la necesitan pero la ayuda psicológica es clave".
Una de las claves es la "dependencia emocional" que tienen hacia sus agresores. A veces incluso reculan porque les da "pena que entren en prisión por su culpa". Por ello es muy importante contactar con el entorno para que realicen una fotografía real de la situación de violencia que sufren.
También desde el primer momento se les suministra un plan de seguridad personalizado con medidas de autoprotección. Entre ellas, el cambio de cerradura del domicilio o evitar dar pistas a sus agresores en redes sociales.
Esta agente de Policía Nacional lleva trabajando en torno a la violencia de género más de cinco años y no ha notado un aumento de la misma aunque reconoce que sí se ha producido un incremento de las denuncias. "No notamos una gran diferencia", recalca aunque antes se tenían que encargar de unas 80 víctimas. "A partir de llevar 40 mujeres estas ya desbordado", admite.
En su trayectoria en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad ha llegado incluso a salvar una vida. Hace cuatro años recibió la llamada de una víctima a las cuatro de la mañana porque era su policía de contacto. Escuchó una pelea y un grito: "No me pegues". Rápidamente geolocalizaron donde estaba la mujer y una patrulla de Seguridad Ciudadana acudió. Su expareja le estaba dando una paliza en la calle. "No sabemos que podría haber sucedido después", asegura.
"Es imposible controlar a víctimas y agresores"
La principal reivindicación de los miembros de la UFAM es que se aumente el catálogo para atajar esta violencia. A nivel personal, esta agente considera que el sistema está diseñado de forma contraria porque se debería hacer un seguimiento de los agresores. No obstante, avisa: "no podemos hacer las dos cosas porque no tenemos recursos. Es imposible controlar a víctimas y delincuentes".
Sí que es cierto que cuando un agresor es "potencialmente más peligroso", se queda sin trabajo o tiene problemas con las drogas, realizan un seguimiento discreto. También vigilan puntos problemáticos como las salidas de los colegios donde están los hijos de las parejas.
Ha sido un verano especialmente trágico en lo que se refiere a violencia de género ya que solo durante agosto siete mujeres han muerto víctimas de sus parejas o exparejas en nuestro país. La cifra, con tres meses por delante aún, se acerca peligrosamente a los niveles del año 2022. En lo que llevamos de este periodo han sido asesinadas 42 mujeres, por las 49 con las que se cerró el año pasado.
El perfil de las víctimas, un 80% no habían denunciado y con una franja de edad de entre 30 y 40 años, ha hecho reflexionar a la administración para ver qué se puede mejorar para atajar esta problemática.
En vacaciones "siempre pasa lo mismo"
"Siempre pasa lo mismo", reflexiona esta agente. Los periodos vacacionales son malos en este tipo de violencia y más desde la crisis económica. Porque las parejas pasan más tiempo juntos sin recursos y "todo salta por los aires", lamenta.
Para esta policía, lo más gratificante de su trabajo es cuando las víctimas de violencia de género "salen adelante". "Ojala salieran todas y cambiaran su vida pero con que lo haga una sola es que hemos hecho un buen trabajo", reconoce.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado realizaron durante el año pasado 31.000 valoraciones a víctimas de violencia de género en las cuales las mujeres estaban en riesgo de muerte, según fuentes del Ministerio del Interior. La cifra total de informes aportados en 2022 fue de 100.000 por lo que en uno de cada tres casos sus protagonistas corren el peligro de ser asesinadas.
La reclamación de esta agente, más medios y personal para desarrollar su trabajo, es una de las reivindicaciones del sindicato Jupol. Esta agrupación lleva desde hace tiempo solicitando que se amplíe el catálogo de las distintas UFAM para mejor el servicio.
Pepepelotas
Soy la señora marquesa, no hay dinero en caja se nos va todo en sueldos y en publicidad.
MR
No sirve para nada. No evita asesinatos, como estamos viendo. No se analizan las circunstancias para poder prevenir. Pero ademas el numero de denuncias falsas que ni se admiten a tramite o se sobreseen hace que el problema parezca mayor de lo que es.