El Ayuntamiento de Arenys de Munt, municipio situado en la comarca del Maresme, en la provincia de Barcelona, se ha convertido en el primer consistorio que sancionará a quienes retiren lazos amarillos siempre que el hecho implique "violencia" y "altere el orden público". El alcalde de la localidad, Joan Rabasseda i Ferrer, de ERC, es un férreo defensor del uso de lazos amarillos en los espacios públicos, tal y como demuestra en sus intervenciones en los medios de comunicación, como en TV3, donde manifiesta que "no se ha de ser independentista para querer lazos amarillos en las calles, se ha de ser simplemente persona".
Para Rabasseda y su equipo, los lazos amarillos se han convertido en el símbolo reivindicativo que utilizan los catalanes para mostrar su rechazo contra la vulneración de derechos civiles fundamentales. Así lo explican en una declaración a la que ha tenido acceso este diario y en la que defienden que "el color amarillo está asociado al sol, al calor, al optimismo, a la sabiduría, la inteligencia y la imaginación". Pese a que el PSC, que cuenta con una concejal en el consistorio, se ha posicionado en contra de su mensaje, el alcalde y su entorno dotan sus argumentos de carácter "institucional".
Así, desde la alcaldía quieren expresar su apoyo a la colocación de lazos y "cualquier otro símbolo que se considere", para reivindicar que la prisión cautelar de "activistas sociales y cargos electos" es injusta e injustificada. Creen firmemente en el ejercicio de "los derechos fundamentales de libertad de opinión y de libertad de expresión en el espacio público y privado".
"Los quieren en la cárcel"
Sin embargo, para la cúpula 'republicana' del consistorio, quitar esos lazos amarillos no es discrepar del independentismo. "Es aplaudir la violencia institucional -porque un encarcelamiento es un acto de violencia institucional- contra estas personas. Quien arranca lazos amarillos está diciendo que quiere a los afectados en la cárcel, incluso antes de que los juzguen", lanzan. Según los miembros de ERC retirar este tipo de símbolos es proclamarse "cómplice de la represión".
Aunque reconocen que "a otras personas" les molesta la visión de lazos amarillos, estiman que estas "los sacan o, incluso, se organizan en grupos para sacarlos y los tratan como si fueran algo repulsivo"
Aunque reconocen que "a otras personas" les molesta la visión de lazos amarillos, estiman que estas "los sacan o, incluso, se organizan en grupos para sacarlos y los tratan como si fuera suciedad o algo repulsivo, obviando, vulnerando y atacando los sentimientos y el derecho de libertad de opinión y expresión de las personas que, afectadas emocionalmente, los han puesto", según el manifiesto de la alcaldía. Para el gobierno del consistorio, arrancar los símbolos ajenos, en vez de proponer los propios, siempre es signo de intolerancia y signo de excluir al diferente: "Justamente es el eje unificador de la ideología fascista".
Ejemplos: Japón y EEUU
Por otro lado, se esfuerzan en dar un empaque internacional en el uso de los lazos. "En muchos países el color amarillo es testimonio de éxito, de prosperidad y poder. Es también apreciado por contraste con la oscuridad y las tinieblas. En Japón simboliza la gracia y la nobleza", añaden. Según el Ayuntamiento de Arenys, estos símbolos se utilizan en diferentes lugares del mundo como solidaridad y manifestación de apoyo hacia ciertas causas u opiniones, o de reivindicación para ciertas reclamaciones sociales, culturales y políticas: "Son símbolos de solidaridad pasiva que pueden tener muchos colores vinculados a la causa, opinión o reivindicación con la que se empatiza".
El lazo amarillo no es una reivindicación de la independencia, si no contra la prisión cautelar de activistas sociales y cargos electos"
Además de Japón, hay mención para Estados Unidos. "El concepto de lazo solidario como decoración de coches se hizo muy popular en Estados Unidos a raíz del éxito de la campaña del lazo amarillo como recuerdo o nostalgia por los soldados americanos ausentes", comparan. Los lazos, dicen, también han sido utilizados como símbolo de duelo con el lazo negro. Y señalan que, en el caso catalán, el lazo amarillo no es una reivindicación de la independencia, si no una reivindicación contra la prisión cautelar de activistas sociales y cargos electos por sus ideas políticas. "También los utilizan bastantes personas que no son independentistas, pero que están a favor de los derechos de las personas injustamente tratadas", justifican.
1ª consulta sobre independencia
El auge de los enfrentamientos a cuenta de los lazos amarillos -y de las cruces en las playas- ha llevado a varios ayuntamientos a tomar medidas al respecto y, en Arenys de Munt, donde se llevó a cabo la primera consulta municipal de la historia de la comunidad sobre la independencia de Cataluña, apuestan por valorar la posibilidad de sancionar a todas las personas que retiren símbolos de la vía pública y de espacios privados, sin las autorizaciones pertinentes, en cumplimiento de su Ordenanza de Convivencia y Civismo.
La división en la sociedad catalana la genera "quienes utilizan las instituciones públicas a favor de las políticas separatistas", denuncia Ciudadanos
"Condenamos que se retiren estos símbolos de la vía pública por parte de personas ajenas a las que los han puesto. Si a alguien le molesta que los arenyenses expresen libremente su opinión en el espacio público, que hagan una petición a este ayuntamiento para que valore la necesidad de atenderla desde la administración pública y por operarios públicos", zanjan.
Esta medida contrasta con la visión del PSC o de Ciudadanos que, si bien no tiene representación en el consistorio de este municipio, sí se ha pronunciado ante la polémica por la permisividad en cuanto a los lazos y cruces. La división en la sociedad catalana, ha dicho José Manuel Villegas, la genera "quienes utilizan las instituciones públicas a favor de las políticas separatistas".